martes, 11 de marzo de 2014

CAPITULO 70

Ya iba como por mi tercer vaso cuando lo vi entrar a Fran. Listo, estábamos todos, matenme. Saludó a todos, incluido Julian que le puso su peor cara y luego se sentó a mi lado, dándome un beso en frente a todos. Me separé rápido, me ponía incómoda que Julian nos estuviera viendo, y tampoco quería que se enoje aún más conmigo. Estaba decidida, esa noche iba a hablar con Fran y le iba a aclarar todo, simplemente tenía que encontrar el momento. Luego del beso lo primero que hice fue mirar a Julian, había agachado la mirada y parecía bastante molesto, tenía razones para estarlo, pero igual me dolió.

- Que onda Juli? Andas con alguien ya? Digo, por la foto que subiste - preguntó Maxi en un momento y automáticamente lo mire a Julian.

Estaba tenso, eso se notaba, abrió bien grandes los ojos y al parecer no sabía que decir. Me miró disimuladamente y mi cara seguro era peor que la de él. De los nervios que tenía hice fondo blanco con el cuarto vaso, sí, me tomé todo de una, pero los nervios no se iban.

- Eh, no, bueno, no se, algo así - dijo casi tartamudeando y vi como las chicas, que eran las únicas que sabían la verdad, se reían
- Que foto? - me susurró Fran y me encogí de hombros
- Ni idea, yo no la vi - mentí y volví a mirar a Julian que me hacía señas de que tenía que hablar con Fran, pero era imposible, ni un momento a solas teníamos.

Las chicas notaron mi incomodidad y me llevaron con ellas a bailar. Por suerte me ayudaron a distraerme un rato, era mucha presión estar con los dos tan cerca y sin poder solucionar nada. Estaba harta de pensar tanto pero por suerte bailar me relajaba y me hacía olvidar de todo lo malo.

Igual la tranquilidad no me duró mucho, porque al rato se acercó Julian a bailar entre nosotras. No se si era el efecto del fernet que él tomaba pero cada tanto me sonreía, se veía bastante relajado y divertido, como si hubiera olvidado todo lo que realmente pasaba. Las chicas me miraron cómplices, y junto con una guiñada se alejaron, dejándonos solos. Creo que desde que me fui de su departamento que no estábamos a solas. Bueno, es una forma de decir, porque en realidad estábamos rodeados de gente.

- Nos dejaron solos a propósito? - preguntó frunciendo el ceño y me encogí de hombros
- Parece - contesté riendo, no se por qué, no era gracioso, era más bien incómodo, pero ya había tomado bastante y no sentía nada de vergüenza, todo lo contrario
- Deja de tomar boluda y hacete cargo de las cosas - dijo mientras tomaba mi mano para hacerme girar
- Yo me hago cargo de las cosas - contesté acercando mi cara a la de él
- Claro, por eso está el cornudo de tu novio esperándote y vos acá, conmigo - dijo sin alejarse
- Primero, no es mi novio. Segundo, estoy acá con vos justamente porque me hago cargo de las cosas, me hago cargo de todo lo que me pasa con vos - dije colocando la mano que no sostenía el vaso en su nuca, atrayéndolo hacia mí, sin despegar mis ojos de los suyos
- Ori, basta, no me va este jueguito - susurró mientras nuestras narices se rozaban
- Shh - dije para luego dejar un beso en la comisura de sus labios - vení - susurré y lo agarré de la mano para que me siguiera.

Julian no había dicho ni una palabra, simplemente me agarraba fuerte la mano y me miraba sin entender a donde lo llevaba. En realidad, yo tampoco lo sabía, simplemente necesitaba estar a solas con él, sin que nadie nos pudiera ver o interrumpir.

Entramos a la cocina, seguramente era el único lugar vacío de toda la casa, ya que la gente iba y venía por el pasillo y del baño ni hablar.

- Para que me traes acá Ori? - preguntó cuando entramos y automáticamente me colgué de su cuello
- Quería estar un rato con vos, solos - expliqué con una sonrisa enorme y él se mordió el labio mientras negaba con la cabeza
- Sos terrible - dijo tratando de aguantar la risa
- Y te encanta o no? - pregunté acercándome más y sonrió
- A vos hay que darte alcohol más seguido para que te pongas así - dijo riendo y le pegué en el hombro como de costumbre
- Callate tarado, si yo no tome nada, y además soy así siempre - dije riendo - me vas a seguir corriendo la cara? - agregué a centímetros de distancia
- Si, no está bien esto - dijo poniéndose serio pero sin dejar de mirarme la boca
- No me importa si está bien o mal - hice una pausa - dale dame un beso, uno solo - supliqué apoyando mi frente sobre la suya y él suspiró.

Sin decir nada se apartó un poco y dejó un beso sentido en mi mejilla.

- Julian - grité y levantó las cejas
- Me pediste un beso y te lo di, no estás contenta? - preguntó divertido
- No, es que no es así - dije riendo
- Y cómo es? - preguntó y no le di ni tiempo de respirar.

Me abalancé sobre él y capturé sus labios, apoyando mis manos en su nuca para acercarlo más a mí mientras él rodeaba mi cintura con sus brazos. Me siguió el beso a la perfección, como solo él sabía hacer, logrando generar una tormenta de mariposas en mi interior, cosas que definitivamente solo él causaba en mí.

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