jueves, 6 de marzo de 2014

CAPITULO 64

Me desperté con el ruido de la lluvia y algún que otro trueno. Genial, iba a ser otro día como el de ayer, pero igual eso no me molestaba cuando amanecía entre sus brazos. Sentía su respiración en mi oído y eso me daba tanta paz, parecía estar muy relajado. Intentando no despertarlo me di vuelta para poder mirarlo, y no podía creer lo que veía. Este chico es el triple de lindo cuando duerme, lo juro. Estaba todo despeinado y eso me hizo gracia, pero no quería despertarlo así que me quede en silencio. Pasaban los minutos y seguíamos igual, yo sin poder dejar de mirarlo y él dormido aferrándose a mí.

Sin hacer mucho ruido me levanté, moviendo sus brazos con tanto cuidado que ni cuenta se dio de que me había ido. Me dirigí a la cocina y le preparé el desayuno, no habían muchas cosas pero me alcanzó para hacerle algunas tostadas con jugo de naranja y café. Puse todo en la bandeja y lo llevé al cuarto, él seguía durmiendo así que deje la bandeja sobre una mesita y me tire sobre él, literal, caí sobre su espalda y comencé a darle besos allí.

- Juli - susurré en su oído - despertate gordo
- Mmm - dijo girando un poco la cabeza para verme, con los ojos apenas abiertos
- Dale Juli - dije riendo y dejando un beso en su mejilla - te traje el desayuno
- Esto es un sueño? Pellizcame - dijo divertido y lo hice
- Orianaaaaaa, era una forma de decir - se quejó y no pude evitar tentarme
- No me digas Oriana, idiota - grité y de un solo movimiento se dio vuelta, dejándome abajo de él
- Que haces? - pregunté entre risas y él solo me miraba fijo a los ojos
- No le puedo dar un beso de buenos días a mi novia?
- Pero yo no soy tu novia - dije poniéndome seria
- Shh, no arruines el momento - susurró acercándose a mí y capturando mis labios.

Estuvimos unos minutos así, sin separarnos de ese beso perfecto. Qué mejor manera de empezar el día que esa?

Terminamos de desayunar y volvimos a acostarnos, era definitivamente un día para pasarlo así, durmiendo, juntos.

Julian se quedó dormido nuevamente y yo aunque muriera de sueño no podía, no podía teniéndolo en frente y viéndolo dormir de esa forma tan tierna. Me quedé más o menos media hora mirándolo hasta que decidí hacer algo productivo. Eso significaba buscar entre sus cosas del escritorio hasta que encontré unos marcadores de distintos colores y sonreí victoriosa.

Volví a la cama y me senté al lado de él, que dormía profundamente, dándome la espalda. Con el marcador de color negro empecé a escribir en la parte de arriba de su espalda, procurando que no se despierte.

Escribí "Te quiero, para siempre", como una especie de tatuaje, y con los marcadores de colores dibujé muchos corazones y algunas otras cosas que decoraran esas simples palabras. Abajo de todo firmé "Ori S", como si fuera una obra de arte. Sonreía orgullosa por mi creación, tanto que agarré su celular de la mesita y comencé a sacarle fotos. Primero le saqué a su espalda, luego a su cara y saqué una última foto dándole un beso mientras él seguía completamente dormido.

Mientras miraba las fotos muerta de ternura, y con una sonrisa gigante, su celular comenzó a vibrar. Me sobresalté, y mi cara cambió al instante cuando en la pantalla leí "Sabri". Que mierda hacía llamándolo un domingo al mediodía?

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