jueves, 6 de marzo de 2014

CAPITULO 63

- Me parece que nos debemos una charla - dijo poniéndose serio y sentándose a mi lado - las cosas no se solucionan con besos - agregó y asentí, acomodándome para quedar a su altura
- De qué queres hablar? - pregunté agarrando un poco de helado con mi cuchara
- Me estas jodiendo? Vos viniste acá a arreglar las cosas, ahora habla - dijo riendo y me puse un poco nerviosa
- Sí vine yo, y ya te dije lo que pensaba, yo me mande todas las cagadas, pero ya te dije que te quiero, que no aguanto que estés enojado conmigo y que me quieras olvidar. Vos nunca me dijiste lo que pensás - dije mientras él me miraba atentamente
- No era verdad eso de que me estaba olvidando de vos - dijo y sonreí - lo dije de calentón, porque no me bancaba que estuvieras con ese boludo, pero ahora que lo dejaste y me viniste a buscar a mi, todo cambia no? - dijo con una sonrisa enorme mientras se acercaba a darme un beso y yo me paralicé.

La verdad era que todavía no lo había dejado a Fran, pero cómo se lo explicaba ahora?

- Qué? Que pasa? - preguntó cuando notó mi cara
- Es que... no lo dejé - dije en voz baja y su cara se transformó
- Qué? Es un chiste no? - preguntó poniéndose serio y negué con la cabeza, apenada
- Perdón, es que estaba todo bien con él, hasta que me cayó la ficha de que estaba haciendo todo mal y de que te estaba perdiendo y me vine corriendo para acá, supongo que voy a tener tiempo de hablar con él
- O sea que es tremendo cornudo eh? - dijo y le pegue, me sentía bastante culpable como para seguirle el chiste - no lo defiendas, le re cabe - dijo riendo.

Terminamos de comer el helado entre risas y besos, hasta que nos acomodamos para dormir. Puse mi cabeza sobre su pecho y me abracé a su cintura, mientras él acariciaba mi pelo. Ya había apagado la luz y quedamos iluminados solo por la luz de la calle que entraba por la ventana.

- Ori, estás despierta? - preguntó al rato y asentí
- Por? - susurré
- Quiero saber una cosa - dijo y me separe solo un poco para poder mirarlo a los ojos
- Decime - dije a centímetros de distancia, mientras le acariciaba el rostro
- Eh... Viste lo que pasó hace un rato?
- Que cosa? - pregunté con el ceño fruncido
- Lo de... lo del sillón Ori - dijo y quedé dura, no me esperaba una charla sobre eso
- Sí, que pasa con eso? - pregunté nerviosa
- No, nada, solo quería saber por qué te pusiste mal - dijo y hubo un gran silencio
- Eh... Es que, no se, me puse nerviosa. Yo... yo nunca... bueno eso, yo nunca eso - realmente hacía falta explicarlo?
- Ah - dijo serio y no emitió ningún otro comentario
- Te enojaste? Te parezco muy boluda no? Perdón - dije muerta de vergüenza y él me abrazó, riendo.
- Me estas hablando en serio? Cómo me voy a enojar por eso? No me pareces boluda, me encanta que me hayas frenado, tenes que hacerlo cuando te sientas lista, no cuando yo tengo ganas - dijo y no pude evitar derramar un par de lágrimas, era un tierno
- Es que no quiero que parezca que te dejo con las ganas a propósito, por favor entendeme - dije un poco preocupada
- Ya se que no Ori, ni siquiera hace falta que me lo aclares, yo te voy a esperar todo el tiempo que haga falta, te lo prometo - dijo dejando un beso en mi frente y cerré los ojos, volviendo a sonreír
- Gracias, por todo, por respetarme, sos más tierno - dije y lo besé.


- Es increíble como cambias de un minuto a otro eh, sos otra persona - dijo cuando nos separamos y lo miré seria, sin entender
- No entiendo, de qué hablas?
- De que por un lado venís a mi casa a las tres de la mañana a gritarme, re loca, después te ponés toda vergonzosa - dijo y reímos - hoy conocí a dos personas totalmente diferentes
- Soy la misma Julian, ya deberías saber que soy así de cambiante, acostumbrate - dije entre risas
- Está buenisimo, es como tener dos novias
- Julian! - grité - awww dijiste "novias" - agregué sonriendo
- Ves, en una sola oración pasaste de gritarme a sonreírme - dijo riendo - igual no te hagas ilusiones que vos ya tenes novio y no soy yo - dijo haciendo puchero
- Ya te dije que lo voy a dejar, no me pelees!
- Ay no, vení - dijo agarrándome por la cintura y dejándome sobre él - no te peleo más
- Malo - dije riendo.

Estábamos a pocos centímetros de distancia, y él levantó un poco la cabeza para alcanzar mis labios. Y así nos quedamos dormidos, entre besos, uno arriba del otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario