miércoles, 11 de junio de 2014

EPÍLOGO

Me desperté con el ruido que provocaba el viento al golpear contra la ventana del cuarto. Un frío me invadió y lo primero que hice, luego de tapar mi cabeza con las sábanas, fue estirar mi mano, buscándolo a él. No estaba ahí, estaba completamente sola.

Recordé todo lo que había pasado la noche anterior y automáticamente una sonrisa se dibujó en mi rostro. Definitivamente había sido real, no lo había soñado.


No se por qué hacía tanto frío en pleno Enero. Por la ventana podía ver el viento que había y eso solo me daba ganas de seguir durmiendo, pero abrazada a Julian.

Con toda la pereza del mundo me dirigí al baño para darme una ducha. Cuando salí él tampoco estaba, así que me vestí y bajé las escaleras para buscarlo abajo. No habían rastros de Julian, ni de nadie, seguramente todos seguían durmiendo.

Volví al cuarto en busca de mi celular, revolví todo hasta encontrarlo en el bolsillo del short que tenía la noche anterior, el cual estaba tirado a un costado de la cama. No tenía ningún mensaje, así que le escribí yo.

"Juli, donde estás?"

"Buen día Ori! No te quise despertar porque estaba feo el día y vos estabas muy linda durmiendo. Me vine a la playa, para caminar un poco y pensar. Ya sabes como soy... En un rato estoy ahí, te amo" - me contestó a los pocos minutos y mi sonrisa volvió, no podía ser más tierno.

Guardé el celular en el bolsillo y me puse la campera que él me había prestado para salir. Realmente hacía frío y un viento terrible, así que me puse la capucha y emprendí camino hacia la playa, a ver si lo encontraba. Solo necesitaba verlo.

No había nadie en la playa, obviamente, por lo tanto no me costó nada encontrarlo con la mirada. Estaba sentado sobre la arena a muy poca distancia del mar, tanto que el agua que arrastraban las olas llegaba a tocar sus pies.

Sin dudarlo caminé hacia allí, en silencio, para sentarme tras él y rodear con mis brazos su cintura. No dijo nada, simplemente depositó sus manos sobre las mías y tiró su cabeza para atrás, con los ojos cerrados, hasta apoyarla sobre mi hombro. Respiró hondo y pegué mi cara con la suya, para luego esconderla en su cuello y dejar un par de besos ahí.

Era increíble la paz que se sentía, teníamos el mar en frente, el ruido de las olas, el viento golpeándonos con fuerza y el sonido de nuestras respiraciones coordinadas.

- Estás bien? - me animé a preguntar luego de unos minutos y él solo asintió, sin abrir los ojos en ningún momento
- Te pasa algo? - insistí y negó con la cabeza, con una tranquilidad envidiable
- Entonces, en qué pensás? - pregunté varios minutos después y él se encogió de hombros
- En todo - dijo finalmente y mi  confusión aumentó el doble
- Uh, me das miedo cuando estás tan pensativo - dije luego de un suspiro y él esbozó una leve sonrisa
- Miedo? Por qué? - preguntó abriendo los ojos por primera vez y girando la cabeza sobre mi hombro para mirarme
- Porque si, siento que nunca voy a entender tu cabeza - dije acariciándole el pelo y el frunció el ceño mientras me escuchaba atentamente - es como un mundo aparte, siempre pensás más de lo que decís
- Yo siempre te digo lo que pienso
- Sí? Siempre? - pregunté y él se limitó a asentir, con seriedad - Que pensás ahora?
- Pienso en nosotros - hizo una pausa un tanto prolongada, mientras volvía su mirada al mar - En cómo la vida nos sigue dando oportunidades para que estemos juntos, y, a pesar de todo y de todos, siempre terminamos así, juntos - explicó y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Dejé un sentido beso en su mejilla y él continuó hablando - No debe ser casualidad que nos hayamos reencontrado después de ocho años, y tampoco creo que todo lo que nos pasó en el último año haya sido casualidad
- No existen las casualidades, nosotros nos teníamos que reencontrar y así fue, no le encuentro otra explicación posible - dije a medida que las lágrimas recorrían lentamente mi rostro y él se dio vuelta para acomodarse de frente a mí, secándolas con sus dedos para luego dejar un beso en mi frente
- Hoy hace un año de ese día, que te ahogaste y yo te rescaté, te acordás? - preguntó con los ojos brillosos y asentí, derramando cada vez más lágrimas - Fue acá, en este mismo lugar - agregó señalando el mar
- Cómo me voy a olvidar de eso? - pregunté con la voz quebrada y él solo sonrió - Hace un año me salvaste la vida y me la cambiaste totalmente, para siempre
- Justamente por eso - dijo mirándome fijo a los ojos - quiero que estemos juntos, hasta que la vida se canse de darnos oportunidades, juntos, vos y yo, nadie más - mi corazón empezó a latir cada vez más fuerte a medida que escuchaba sus palabras
- Eso es una propuesta? - pregunté sonriendo más que nunca
- Sí, es una propuesta - dijo sincero, sosteniendo mis manos entre las suyas - Gorda, yo quiero estar con vos, siempre, verte sonreír así, todos los días. Pelearnos por pavadas y que las reconciliaciones sean como la de ayer a la noche, despertarme y verte dormida, a mi lado, abrazándome como hoy a la mañana. Bancarme tus histeriqueos y que vos te aguantes mis celos estúpidos - hizo una pausa en la que no apartó su mirada de la mía en ningún momento - Vos no querés eso? Ser... mi novia? Así, con titulo...

Quedé paralizada, por la última frase e inundada en lágrimas por todas las cosas que mencionó anteriormente. Lo único que me salió hacer fue abalanzarme sobre él, demostrar con un beso que quería exactamente todo lo mismo, y más. Soltó mis manos para llevar las suyas a mi nuca y acercarme más para profundizar el beso. Yo simplemente rodee su cintura con mis brazos, aferrándome con fuerza a él. Nos separamos con una sonrisa y apoyé con delicadeza mi frente sobre la suya, mientras él me miraba expectante.

- Y? Que decís? - murmuró cerca de mis labios
- Que sí, digo que sí. Yo quiero lo mismo, quiero ser tu novia, quiero estar con vos, siempre - respondí sincera, mirándolo a los ojos y su sonrisa se ensancho aún más - Y digo que te amo, mas que a nada en el mundo, te amo - dije cerrando los ojos y esta vez me besó el, con demasiada ternura.

- Yo.... Te.... Amo.... Más - susurró sobre mis labios entre cada beso.

Sonreí para luego esconder mi cabeza en su cuello, besándolo y resguardándome del frío. Él me rodeó con sus brazos y nos quedamos así, juntos, en ese lugar que ya era prácticamente nuestro. Demostrándonos todo lo que nos queremos, en silencio. Prometiendo estar juntos, sin importarnos nada ni nadie. Solos los dos. SIEMPRE.

sábado, 31 de mayo de 2014

CAPITULO 120 (Último)

Esperé un rato a ver si se cansaban de tocar timbre pero no, parecía bastante insistente, así que no me quedó otra que levantarme. Me tomé todo el tiempo del mundo en caminar hasta la puerta y abrirla. Pero cuando lo hice, lo vi, y mi única reacción fue cerrarle la puerta en la cara, sin darle tiempo a nada.

- Ori, abríme - gritó desde afuera y negué con la cabeza, aunque no me estuviera viendo
- Andate Julian, vas a despertar a las chicas
- Tengo que hablar con vos!

Suspiré antes de volver a abrir la puerta, era igual o más caprichoso que yo y obviamente no iba a dejar de insistir hasta que lo hiciera.

- Qué querés? - largué cortante
- Me dejas pasar? - preguntó y sin decir nada di un paso para atrás, dejándole un espacio para que pase y él mismo se encargó de cerrar la puerta.

Me crucé de brazos y me recosté sobre la pared para poder mantenerme de pie, sin desconectar mi mirada de la suya en ningún momento. Él me miraba serio, como analizándome. Odiaba que hiciera eso, me ponía demasiado nerviosa.

- Por qué lloraste? - preguntó luego de varios minutos
- De qué hablas? - respondí con el ceño fruncido y él se mordió el labio mientras negaba con la cabeza
- Te pensas que no te conozco? Estuviste llorando, me podés contar?
- Te quise contar pero tenías cosas más importantes que hacer - dije conteniendo las lágrimas y él bufó
- Es que...
- Es que nada Julian, ya está, me cansé, no quiero jugar más a esto, me está haciendo mal - dije derramando las primeras lágrimas - ya se nos fue de las manos, estamos haciendo todo mal, no te das cuenta? - agregué y apoyó sus manos en mis brazos para acercarme más a él
- Salí - grité rápidamente, empujándolo un poco y me miró algo confuso
- Ey, que te pasa ahora? - preguntó y sin hacerle caso a mis palabras se acercó aún más, apoyando su frente sobre la mía, sin soltarme en ningún momento
- Me siento estúpida poniéndome celosa de tu novia, cuando tendría que ser al revés - expliqué evitando su mirada y él sonrió un poco
- Te pones celosa? - preguntó entusiasmado y bufé
- Te encanta que estén todas atrás tuyo no? Lo disfrutas? - dije algo sacada y me detuve cuando acercó su boca a la mía, apenas rozando nuestros labios - Basta - murmuré con debilidad, juntando fuerzas para resistirme
- Shhh - susurró sobre mis labios y se tomó su tiempo para, luego de unos eternos segundos de amagues y respiraciones agitadas, capturar mi labio inferior entre los suyos.

Quise demostrar resistencia pero fue en vano, en cuestión de segundos ya le estaba siguiendo el ritmo, algo lento, pausado, y tierno.

- Sos un idiota - murmuré cuando nos separamos, por falta de aire, y él largó una carcajada
- Por qué? - preguntó con la voz entrecortada
- Porque tengo que estar enojada, pero vos venís tranquilamente y haces estas cosas - dije golpeándole sin muchas fuerzas el pecho, por lo que él solo rió y se inclinó para besar mi frente
- Ya se te fue el enojo? - preguntó volviendo a acercarse y negué con la cabeza.

Volvió a besarme pero con algo más de intensidad. Sí, lo hacía a propósito, definitivamente.

- Ahora? - insistió antes de dirigirse a mi cuello y dejó una serie de besos allí
- No - repetí y el rió sobre mi piel, logrando estremecerme.

- Y si te digo que te tengo una buena noticia? - preguntó volviendo a mirarme a los ojos, con esa sonrisa tan....
- Que noticia? - pregunté intrigada
- No se si decírtela
- Dale, tarado - dije riendo y él aprovechó para darme un beso corto.

- Em, estoy... soltero - dijo sonriente y mis ojos se abrieron como platos
- Que qué?
- Lo que escuchaste Ori
- No, pero... explicate!
- Hable con Sabrina, ya está, se acabó - dijo serio y no pude evitar sonreír ampliamente
- Es en serio esto, no?
- Si, tonta, para que te voy a mentir?
- Y cómo reaccionó? Por qué no me dijiste antes?
- Porque te hacías la enojada! Hoy cuando te dije que estaba con algo importante era porque estaba hablando con ella - dijo y quise pegarme por idiota - Y se lo tomó mal, que se yo, pero me entendió y supongo que con el tiempo se le va a pasar el "enojo". Y no vine antes porque, nada, se quiso ir, y lo mínimo que podía hacer era llevarla hasta la terminal, acompañarla - agregó y asentí
- Y vos estás bien? - pregunté poniéndome seria, mientras jugaba con su pelo
- Si, va... que se yo, más o menos. Estoy aliviado, era algo que necesitaba hacer, pero no puedo evitar sentirme una bosta. Es una buena mina, no se merecía que le hiciera eso - dijo apenado y volví a asentir
- Tenés razón, pero no sos una bosta - dije obligándolo a que me mire a los ojos - Bueno, ya está, basta de Sabrina - agregué apretándole los cachetes y él sonrió.
- Si, por favor!

- Entonces ahora te tengo solo para mi? - pregunté colgándome de su cuello y él asintió riendo
- Exacto - murmuró para luego volver a unir nuestros labios con algo de desesperación.

Me acorraló contra la pared en cuestión de segundos y no tardé nada en llevar mis manos hasta el borde de su remera para empezar a subirla de a poco. Me ayudó a terminar de sacársela y reí algo nerviosa cuando me choqué con su mirada, prendida fuego.

Fui recorriendo cada parte de su espalda mientras él dejaba un camino de besos que iban desde mi mandíbula hasta el cuello, deteniéndose allí por un largo rato.

Sin soltarme en ningún momento, me guió hasta las escaleras, caminando con algo de torpeza y me sostuve con fuerza de su cuello para no caerme a medida que subía los escalones de espaldas.

- Shhhh - dije entre risas cuando casi nos caemos en la mitad de la escalera - están las chicas durmiendo abajo - susurré y él me calló con un beso para rodear con sus brazos mi cintura, logrando levantarme un poco del suelo para llevarme hasta la puerta de mi cuarto.

Entramos sin dejar de abrazarnos y enseguida cerré la puerta con llave.

- Por si llegan mis amigas, son bastante inoportunas - aclaré cuando vi que me miraba sin entender.

Él solo rió para luego tirar de mi mano hasta hacerme chocar contra su cuerpo. Intentó, algo bruto, sacar mi camisa de adentro del short para luego desabrocharla con tan poco cuidado que hasta me pareció sentir el sonido de algunos botones rodando por el piso de la habitación. Cosa que me importó muy poco. Me deshice por fin de la camisa, tirándola por algún rincón para luego empujarlo hasta el borde de la cama. Se recostó un poco contra el respaldo y con sus manos pegadas a mis caderas me obligó a acomodarme sobre él, depositando mis piernas a ambos lados de su cuerpo.

Me entretuve besando su cuello y su pecho desnudo mientras él con una mezcla de delicadeza y desesperación se deshizo rápidamente del corpiño y luego del resto de mi ropa.



Hacía aproximadamente diez meses que esperaba este momento, volver a estar así con él, volver a sentirlo de esa forma. Y me encargué de demostrárselo, de eso no habían dudas. Se notaba que los dos nos habíamos extrañado un montón y eso hizo que todo fuera doblemente perfecto.



Nos quedamos por varios minutos en silencio, él acariciando mi pelo y yo recostada sobre su pecho, dibujando formas abstractas con mis dedos sobre su piel, mientras nuestras respiraciones de a poco retomaban su ritmo habitual.

- Te amo - susurré levantando mi mirada y él elevó un poco su cabeza para besar mi frente
- Yo más, gorda - dijo tan tierno que no pude evitar llevar mi mano hacia su nuca y atraerlo hacia mí para dejar un sentido beso en sus labios.

La habitación estaba apenas iluminada por la luz de la luna y la iluminación de la calle que entraba por la ventana. Recién me daba cuenta de detalles como éste, que había pasado por alto en el momento en que entramos, algo bastante desesperados.

Me levanté un rato después y agarré entre mis cosas la campera que me había prestado la noche anterior. Me la puse mientras sentía su risa detrás de mi y en un intento de no hacer ningún ruido, bajé las escaleras para dirigirme a la cocina a buscar algo para saciar mi hambre. En el camino me encontré con su remera tirada por el piso y no pude evitar reír al recordar la forma en la que se la había sacado. La colgué en mi hombro y seguí mi camino. Corté un poco de torta del día anterior y volví al cuarto, nuevamente cerrando la puerta con llave, por las dudas.

- Al fin nena - murmuró con la cara aplastada contra la almohada y yo reí, para luego dejar la comida sobre la mesita y tirarme sobre su espalda con toda la brutalidad del mundo.



Seguíamos despiertos cuando los escuchamos llegar a los chicos. Eran aproximadamente las 8 de la mañana y ya empezaba a entrar el sol por la ventana. Escuchamos las pisadas en la escalera y luego tocaron la puerta. Mierda.

- Ori! Estas ahí? Abríme - gritó Jenny  desde afuera y bufé
- Shhh, quedate - me susurró Julian mientras enredaba sus piernas entre las mías para que no me pudiera ni mover
- No Jenny, anda al otro cuarto - dije sin muchas ganas y él dejó un beso en mi cuello mientras esperábamos su respuesta
- Ay dale tengo que pasar a cambiarme - insistió y Juli puso los ojos en blanco
- No jodas colorada - gritó y no pude evitar reírme - anda a decirle a Pablo que te atienda - agregó y le pegué en el hombro sin dejar de reír
- Ahhh ya entiendo, perdón por interrumpir - dijo bajando el tono de voz y luego hubo un silencio, así que supuse que ya se había ido.

- Sos un tarado - murmuré volviendo a acostarme sobre su pecho y él rió
- Shhh, no me pelees, tengo sueño - dijo todo tierno mientras cerraba los ojos y me encerraba entre sus brazos.

Se quedó dormido enseguida, aferrado a mí, mientras yo me dedicaba a observarlo con atención. Cómo podía ser tan perfecto? Analicé cada uno de los gestos que hacía mientras dormía, y realmente parecía un bebé, estaba tan tranquilo y me generaba tanta paz.

Mientras lo miraba me puse a pensar en todo lo que había pasado en este último año. Cómo me había cambiado la vida de golpe al reencontrarlo y cuánta falta me había hecho todo este tiempo que estuvimos distanciados. Cerré los ojos para no pensar más en esas cosas y escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, dejando algunos besos allí antes de quedar profundamente dormida.

domingo, 25 de mayo de 2014

CAPITULO 119

Escuchamos un ruido y por instinto nos separamos enseguida, algo desconcertados.

- Ah bueno... Agradezcan que entré yo y no otra - dijo Jenny mientras traía el resto de los platos
- Que susto - exclamé tapándome la cara con ambas manos y él rió, nada le preocupaba, ni siquiera que nos pudiera ver su novia.

Lo dejé ahí parado y sin decir nada me puse a lavar los platos con Jenny, es que si no fuera por nosotras la casa se venía abajo.


- Julian si no vas a decir nada andate - dije sin mirarlo, ya que estaba de espaldas a él
- Me estás echando? - preguntó algo ofendido y mi amiga largó una carcajada que me aturdió
- No, pero me pone nerviosa que me estés mirando - aclaré girando la cabeza para verlo, sentado sobre la mesa y con su mirada fija en mí
- Pero quien te pensas que sos pendeja? - preguntó en un tono de voz divertido y yo reí - además la estoy mirando a esta colorada potra - agregó acercándose para abrazarla por detrás y apoyó su cabeza en el hombro de ella, para provocarme aún más
- Jenny!
- Es él - se defendió rápidamente y Julian se esforzó por contener la risa
- Idiotas - me quejé y ambos rieron - deja de apoyarla Julian! Es mi amiga!
- Siempre llevando todo para el otro lado vos, desubicada, la estoy abrazando nada más - dijo y bufé

- Perdón, interrumpo? - nos giramos rápidamente y sí, era ella, otra vez
- Eh, no - dijo algo nervioso y se separó de Jenny enseguida - la estaba abrazando nada más - le explicó y no pude evitar reír por lo bajo
- Ya se gordo - contestó ella sonriéndole y maldije para mi interior.

YO le digo gordo. No vos.

Se colgó de su cuello para, muy tranquilamente, chaparselo, ahí, ignorándonos por completo a Jenny y a mí. Respiré hondo unas cien veces y aparté mi mirada para no tener que soportar más esa tortura.

- Que hacían? - preguntó intentando parecer simpática una vez que se dignó a soltarlo.

Él solo me miraba sin saber que hacer o decir.

- Lavábamos los platos, querés ayudar? - pregunté junto con una sonrisa falsa y automáticamente negó con la cabeza.

Me tuve que contener para no gritarle "entonces andate por donde viniste".

- Vamos mi amor? - le preguntó haciendo énfasis en el "mi amor"
- A donde?
- Afuera, esta hermoso, vamos a la pileta - dijo y él asintió, por lo que le agarró la mano y salieron rápidamente de la cocina.

- Ayyyyyy - grité con bronca y Jenny me miró extrañada - la odio!
- Se nota - dijo entre risas y me agarré la cabeza algo desesperada
- Cuando se piensa ir? Necesito echarla de mi casa, ya!
- Calmate boluda, dejala, no ves que lo hace a propósito para que te pongas así?
- Es que logra sacarme, te juro!
- Bueno ya está, dejala que lo disfrute mientras pueda
- No, que no disfrute nada, es mío - dije cruzándome de brazos, caprichosa, y ella solo rió para luego seguir con lo suyo.

Pasamos toda la tarde en la pileta, tomando sol, el día estaba ideal. Ya había empezado a ignorarlos, a ella, a sus comentarios, sus besos, abrazos y hasta a Julian. No me iba a permitir pasarla mal y menos por ellos. Aunque bueno, un poco bastante molesta estaba.

Empezó a oscurecer así que decidimos entrar para ir bañándonos y prepararnos para la noche. Por suerte Julian se dio cuenta de que ya no daba más esta situación y empezó a juntar sus cosas para irse. Si era por Sabrina se quedaban hasta pasado mañana. La muy forra estaba disfrutando de todo esto y se notaba claramente.

Se despidió de mí al igual que de los demás, con un beso en la mejilla y con una mirada rara, como con... culpa? Se fueron abrazados y prácticamente les cerré la puerta en la cara.

Ya no me estaba gustando tanto esto de ser "la otra". La verdad que pensé que lo iba a poder soportar y hacía todo el esfuerzo porque así fuera pero cada vez se me complicaba más verlo con Sabrina y que nada le importara.



La noche llegó y con las chicas ya estábamos prontas, aunque no parezca nada creíble. Ya estábamos cambiadas, peinadas, maquilladas, habíamos comido todos juntos y  estábamos empezando a tomar.

Nos pegó algo rápido el alcohol, a los pocos vasos yo ya tenía un estado de euforia importantísimo. Aproveché para agarrar el celular, cosa que no tendría que haber hecho, y abrí la conversación con Julian. No habíamos hablado en lo que iba del día, yo había optado por ignorarlo, no quería seguir enganchándome sabiendo que él todavía no mostraba ningún indicio de que iba a dejarla a Sabrina.

"Juliaaaaaaaan" - fue lo primero que le mandé, casi sin pensarlo

"Ori, que pasa?"

"Me tiene que pasar algo para querer hablar con vos?" - bueno, lo admito, capaz estaba extremadamente MUY a la defensiva

"No, claro que no, solo me preocupó tanta efusividad, capaz que había pasado algo.. Cómo estás?"

"Mal"

"Por qué estas mal???" - mandó junto con una carita triste, lo cual me mató de amor

"Por vos"

"Estas en pedo Oriana?"

"Nooo! Y no me digas Oriana"

"Bueno, perdón Ori, pero no te entiendo, me hablas en serio?"

"Si. Llamame :("

"No puedo ahora gorda, estoy con algo importante. Hablamos después, si?"

Algo importante... Sabrina. Y otra vez se ganó una lista enorme de puteadas. Que ingenua soy, obviamente que estar con su novia es más importante que hablar conmigo, por más que le haya dicho que estaba mal.

"Matate Julian" - si soy impulsiva sobria, soy el triple habiendo tomado.

Obviamente no me contestó, lo que me dio más bronca todavía.

Pasé en menos de una hora de la euforia, de los gritos, de estar feliz a deprimirme. Por los efectos del alcohol, y por haber hablado con él, claramente. Perdí la cuenta del tiempo que estuve llorando, mientras las chicas me contenían. Decía boludeces pero me sentía mal en serio. Todos intentaban animarme pero me había puesto bastante caprichosa y no pudieron sacarme ni un segundo del sillón donde me había instalado.

- Dale Ori, salgamos, vas a ver que te olvidas de todo - insistió Jenny con una paciencia admirable
- No quiero, me quiero quedar durmiendo - dije con dificultad, entre el alcohol, la bronca y el llanto, me costaba muchísimo hablar correctamente.

- No es la solución, amiga
- Si que es, dormir y pegarle cuando lo vea, esa es la solución
- Ori deja de decir pavadas, mañana cuando te levantes no lo vas a odiar más y te vas a arrepentir de no haber salido - agregó Lola y negué con la cabeza
- Mañana también lo voy a odiar - dije cruzándome de brazos y ambas rieron
- Bueno esta bien, quedate! Pero mañana no te quejas, dale? - preguntó Jenny y asentí
- Las amo, gracias - dije volviendo a llorar y ellas me abrazaron enseguida
- Nosotras a vos - gritó Jenny y Lola rió - no llores tonta!

- Vamos? Ya son las tres - se quejó Agus interrumpiendo el momento tierno y ellas se levantaron para seguirlo
- Vas a estar bien? - preguntó Jenny antes de irse y asentí, simulando una sonrisa.


Ya se habían ido hacía una hora más o menos y yo seguía en la misma posición. Me había tranquilizado bastante, por ahí lo que necesitaba era estar sola y dejar de hacerme tanto la cabeza con Julian. Me levanté del sillón con toda la pereza del mundo y me dirigí al baño para lavarme la cara. Me asusté un poco cuando me miré en el espejo, estaba toda despeinada, y de tanto llorar se me había corrido todo el maquillaje, parecía un oso panda. Me lavé la cara, me peiné un poco el pelo y volví al living.

No tenía nada de sueño y estaba como pasada de revoluciones, así que opté por prender la tele y me enganché con la primer película que encontré. La vi hasta el final y terminé ahogada en lágrimas, solo a mí se me ocurría ver una película triste en este momento.

Finalmente apagué la tele y me acomodé para dormir, ahí mismo, ya que no me creí capaz de subir las escaleras y llegar al cuarto sin caerme. Me costó tanto conciliar el sueño que maldije unas mil veces cuando escuché el timbre sonar. Que persona coherente toca el timbre a las 5 y media de la mañana?

martes, 20 de mayo de 2014

CAPITULO 118

- Ay no, esta helada, volvamos - supliqué empujándolo con mis manos en su cintura cuando con los pies tocamos el agua
- No seas cagona - dijo riendo - usted me trajo hasta acá, ahora se la banca señorita - agregó atrapándome entre sus brazos y obligándome a caminar junto a él
- Por favor Julian, no quiero - grité resistiéndome, por lo que no tuvo mejor idea que cargarme en sus brazos y correr hasta que el agua le llegaba a la cintura, para ahí si soltarme y hacerme caer de espaldas.

Me agarró las manos rápidamente apenas salí a la superficie para que no pudiera pegarle. Me conocía tanto como para saber que se venía el contra ataque.

- Qué? Qué me vas a hacer? - preguntó desafiante, con su cara a centímetros de la mía, llevando mis manos a mi espalda, y pegando su cuerpo al mío, de tal forma que no podía zafarme.

Hubo un silencio en el que no dejamos de mirarnos a los ojos, mientras intentaba controlar mis ganas de comerle la boca. Bueno, digamos que él me ponía así.

- Te hice una pregunta - dijo luego de un par de minutos, agarrándome con más fuerza y acercando su cara aún más, llegando a rozar mi nariz con la suya
- Que NO te voy a hacer - dije finalmente en voz baja y ambos reímos
- Apa, esto se está poniendo interesante - murmuró con una sonrisa
- Basta Julian - largué luego de un suspiro y él negó con la cabeza
- Ahora quiero saber - dijo algo insistente
- No te voy a decir - contesté riendo
- Por qué? No es apto para todo público?
- Exacto - dije con algo de vergüenza y sus ojos se iluminaron automáticamente
- No juegues así conmigo Oriana - dijo apoyando su frente sobre mi hombro y reí
- No estoy jugando con vos, por qué decís eso?
- Porque me pongo loco - dijo volviendo a conectar su mirada con la mía - no me digas esas cosas
- Vos insististe - dije haciendo una mueca y él negó con la cabeza mientras se mordía el labio - Que pasa? Me tenés miedo? No te la bancas?
- Pff, me parece que vos no te la bancas, que es dif... - y me impulsé hacia adelante para por fin callarlo de un beso.

No se cómo había hecho para contenerme tanto tiempo. Él soltó enseguida mis manos para recorrer con las suyas mi espalda, por debajo del agua. Rodee su cuello con mis brazos sin apartarme de su boca en ningún momento. Desde ayer a la noche que estaba esperando este momento, necesitaba estar así con él, de nuevo.

- Te.... extrañé - susurré entre sus labios
- Mmm.... cuanto?
- Mu - beso - cho - respondí haciéndolo sonreír en la mitad del beso, acaso existe algo más perfecto que eso?

Nos quedamos un rato bastante largo en el agua. Estábamos re pegotes, como queriendo recuperar diez meses de golpe.

- Vamos? - pregunté trepada por detrás de él, juntando mis manos en su pecho, mientras dejaba un par de besos en su hombro y cuello
- Si, mejor - rió - agarrate - dijo rápidamente mientras empezaba a salir del agua.

Me aferré con más fuerza para no caerme mientras él caminaba sosteniendo mis piernas.


- Chicos paren - dijo Jenny frenándonos en la mitad del camino - bajate Ori
- Eu por qué? - preguntó Julian algo confundido mientras me ayudaba a bajarme
- Está... ehh... tu novia - contestó algo nerviosa y mi cara automáticamente se transformó
- Qué? Dónde?
- Ahí con los chicos, te está buscando - dijo mi amiga con mala cara y él asintió sin decir nada.

Giró su mirada hacia mí, hasta chocar con la mía. Mi cara era la peor. Tenía mucha bronca y creo haberlo demostrado.

- Perdón - susurró sin dejar de mirarme a los ojos, para luego darme la espalda y dirigirse a donde estaban todos.

Llevé ambas manos a mi cabeza y cerré los ojos con fuerza, contando hasta mil para no putear a nadie, mientras Jenny me miraba con preocupación.

- Ori, tranquila - dijo apoyando su mano en mi hombro y asentí
- Ya está, me la voy a re bancar - dije empezando a caminar y ella me frenó rápidamente
- Vas a ir ahí? Con ellos?
- Sí, obvio, por qué no? Yo estaba primera, si le jode que se vaya - dije con seguridad y ella sonrió, sorprendida.

- Hola - dije elevando la voz, y dedicándole una sonrisa falsa a Sabrina, quien me miraba de arriba a abajo con su peor cara.

Eso solo provocó que ella lo abrazara con más fuerza y susurrara algo en su oído. No esperaba verme ahí? Él me miró con un poco de angustia antes de dirigirse a ella, y eso me mató. Respiré hondo y me acosté a tomar sol, solo para no tener que verlos... juntos.


- Podemos volver a casa? Muero de hambre - dije luego de un rato. No podía soportar tenerlos a pocos metros, hablando bajito, necesitaba irme de ahí
- Ehh... Sí volvamos - dijo Pablo - Si quieren pueden venir - agregó dirigiéndose a ellos y le dediqué una mirada asesina, a lo que él respondió encogiéndose de hombros
- No, mejor no - contestó bastante serio Julian
- Por qué no? Si, vayamos mi amor - interrumpió Sabrina
- Ah bueno - le susurré a Jenny para rápidamente agarrar mis cosas y empezar a caminar hacia la casa.


- No lo puedo creer, que caradura esta mina - grité cuando llegábamos, aprovechando que nos habíamos adelantado y separado del resto
- Yo tampoco, la verdad que se fue al carajo -se quejó Jenny dándome la razón
- Haceme acordar de matar a tu novio cuando lo vea - dije y ella rió
- Pobrecito, no lo hizo con maldad, eso le pasa por ser tan tierno
- Ay por favor no empieces que vomito - dije y ambas reímos.


Me puse un short arriba del bikini, aprovechando que ya me había secado del todo y bajamos con Jenny y Lola, quien recién se levantaba, a preparar la comida. Teníamos un montón de milanesas ya hechas que nos había preparado mamá y era solo cocinarlas, así que al cabo de diez minutos ya estaba todo pronto. Faltaba solo poner la mesa, que fue lo que hicieron los chicos apenas llegaron.

Por suerte mi cara no puede disimular cuando algo me molesta o alguien me cae mal, porque fui muy evidente durante toda la comida. La pasé en silencio, sin emitir comentario alguno y me encargué de mirar de la peor forma a Sabrina. Con Julian crucé algunas miradas pero él, algo incómodo, me esquivaba todo el tiempo y miraba para otro lado.

No se si me lo hacía apropósito pero no paraba de abrazarlo y de darle algún que otro beso ante cualquier comentario que él emitía, dejándonos a todos los que sabíamos lo que pasaba entre nosotros, mudos.

- Permiso, me dieron ganas de vomitar - largué en medio de un silencio incómodo, mientras Sabrina hacía demostraciones públicas de afecto.

Y sin decir más nada, levanté mi plato de la mesa para dirigirme a la cocina, seguida por Agus quien hizo lo mismo.

- Les viste las caras? - exclamó entre risas mientras dejábamos los platos en la pileta de la cocina
- Boludo me lo hace por gusto, si Julian me dijo que estaba enojada con él! Qué? Ahora se le fue de golpe el enojo y se puso cariñosa? - dije completamente sacada y él volvió a reír
- No le des bola Ori, no te rebajes - dijo poniéndose serio - No vale la pena
- Pero es mi casa! Me molesta tener que estar bancándome estas cosas
- Ya está, ignoralos, es lo mejor que podes hacer.

- Permiso - interrumpió Julian y bufé - Agus nos dejas solos?
- No - dije rápidamente mientras agarraba del brazo a mi amigo y lo obligaba a pararse a mi lado
- Dale Ori, hablemos - insistió en un tono de voz suave, relajado
- No quiero Julian, no tengo nada que hablar con vos
- Bueno, yo mejor me voy, no quiero estar en el medio - dijo Agus dedicándome una sonrisa antes de desaparecer por la puerta.

Respiré hondo y empecé a dar vueltas por la cocina, algo alterada, dándole la espalda.

- Perdón - largó finalmente, luego de un silencio incómodo un tanto prolongado
- Por qué me pedís perdón? - pregunté con el ceño fruncido mientras me daba vuelta para mirarlo
- Por todo. Por este momento de mierda que te estoy haciendo pasar, por tener que bancarte a Sabrina, perdón, yo...
- Bueno, por lo menos te das cuenta - dije irónica
- Yo tampoco la estoy pasando bien, te pensás que estoy cómodo comiendo entre las dos? Yo no quise venir Ori, ella insistió y no pude negarme
- Ya se - dije cortante
- Entonces? Por qué me tratas así?
- Hace falta que te explique? Ya se que no te puedo exigir nada, no te puedo obligar a que la dejes. Pero por lo menos respetame un poquito, respetala a ella. Ninguno de los tres la esta pasando bien, acá hay algo que esta fallando, y sos vos. Te tenés que decidir Julian. No te quiero presionar, pero por el bien de ambas, elegí. Si no la vas a dejar... bueno, lo acepto, me lo merezco, pero no juegues más conmigo, ya está, la cortamos acá y punto
- No - dijo muy serio, mirándome a los ojos mientras agarraba mis manos con las suyas - no la cortamos nada. Yo ya elegí, y te elegí a vos, ante todo.
- Y ella? - pregunté en voz baja y él aprovechó para acomodar un mechón de pelo por detrás de mi oreja
- Ya voy a hablar con ella, no pude todavía, pero voy a ir de frente, ya te lo dije - sonaba tan sincero que no me quedaba otra que confiar en su palabra.

Aproveché la poca distancia que quedaba entre ambos y sin decir nada, escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, para, luego de un suspiro, ser rodeada por sus brazos.

Perdí la cuenta del tiempo que estuvimos así, en silencio, abrazados.

- Eu, dame un beso - dijo casi en tono de súplica cuando apenas nos separamos
- No - dije sonriendo y él me miró algo confundido
- Por qué?
- Tu novia me va a rayar todo el techo con los cuernos y mis viejos me matan - dije con seriedad, intentando ponerle algo de humor al mal momento
- Que tarada que sos - dijo tentado por lo que yo también reí.

Aprovechó mi distracción para tomar mi cara entre sus manos, con posesión, y capturar mis labios de forma suave, tierna, pausada. Como si tuviéramos todo el tiempo del mundo a nuestro favor.

viernes, 16 de mayo de 2014

CAPITULO 117

Nada como despertarse sin resaca después de haber tomado tanto la noche anterior. Por suerte mi memoria no me había robado ningún detalle de lo que había pasado con Julian, definitivamente no se lo hubiera perdonado jamás. Me sentía bien en todos los sentidos, hacía muchísimo tiempo que no me despertaba con una sonrisa como la de hoy. Me estiré un poco en la cama antes de meter la mano debajo de la almohada cuando sentí mi celular vibrar. Tenía algunos mensajes de Julian, de la noche anterior y de ahora, motivo suficiente para que mi sonrisa se ensanchara aún más.

"Buenas noches hermosa" - me había mandado como a las siete y media de la mañana, junto con una foto de él haciendo trompita.

No pude evitar reirme, era tan tarado y tierno a la vez que me mataba de amor.

"Buen día, ya te extraño" "Que es lo que haces para tenerme así, Sabatini?" - estos me los había mandado hace menos de media hora.

"Buen día bombón! Yo no te extraño TANTO" - le contesté junto con una foto que me saque acostada, con su campera y la capucha puesta - "Es que te tengo muy pillo Serrano"

"Awww que carita de dormida, podes dejar de estar tan buena Oriana?" "Bueno, ponele que si, estoy entregado"

"Ayyy tierno! Te aviso que no te voy a devolver nunca la campera. Es más, tendrías que ponerle más perfume, no sabes lo lindo que es despertarme con tu olor por todos lados"

"Te la regalo, total te queda más linda que a mi...." "Bueno, bueno, igual cortemos con tanta dulzura"

"Te tomo la palabra! Si por favor, cambiemos de tema, hablaste con Sabrina?"

"No pude, perdón! Pero igual ya le dije que teníamos que hablar así que tranquila porque de hoy no pasa!"

Suspiré. Bueno, no podía esperar que de un día para el otro cambie todo, pero confiaba en que esta vez si íbamos a poder estar bien, juntos, sin terceros.

"Esta bien, no me pidas perdón tarado! Manejalo como puedas, en serio"

"Gracias. Por entenderme. Te dejo porque bueno, no puedo hablar mucho. Nos vemos Ori, besos"

Guardé el celular y me levanté de la cama no tan animada como antes. No podía evitar sentirme rara sabiendo que él se estaba despertando con ella, o de alguna u otra forma estaban juntos. Igualmente, preferí no hacerme la cabeza y me dirigí a la cocina a comer algo para distraerme. En el camino aproveché para llamar a mamá. Era el primer año que no veníamos de vacaciones todos juntos y si no la llamaba aunque sea una vez por día no se quedaba tranquila.


- Buen día pendeja - dijo Pablo apenas crucé la puerta de la cocina, mientras que Jenny, a su lado, me dedicó una sonrisa cómplice
- Buen día chicos - respondí con terrible voz de dormida mientras robaba una de las tostadas que tenían sobre la mesa
- Cómo estuvo tu noche? - preguntó mi primo y miré fijo a Jenny quien negó rápidamente con la cabeza
- Bien, tranquila - contesté algo dudosa y él rió
- Te vi yéndote con Julian, a mi no me mientas! Qué onda ustedes? - mierda, no me podía estar preguntando esto
- Em, solo me acompañó hasta acá, y hablamos - dije nerviosa, o sea, sabía que Pablo era de total confianza, pero no me parecía bien andar contándolo sabiendo que él todavía tiene novia
- Mira vos, que grande el negro - exclamó con una sonrisa y lo miré con el ceño fruncido mientras mi amiga solo reía
- Ah, me olvidaba que lo querés más a él que a tu prima - dije algo celosa, ya que los últimos meses siempre se juntaba con él, hasta más que conmigo
- Obvio, hasta creo que me estoy enamorando - dijo divertido, ganándose un codazo de Jenny y mi peor cara de odio.


- Vamos a ir a la playa ahora en un ratito, venís Ori? - preguntó Jenny cuando terminamos de desayunar
- No gracias, no quiero ser paleta
- Mira que le dije a Julian de encontrarnos en la playa, vos te lo perdés - intervino Pablo y Jenny asintió
- Dale vení - suplicó en un tono de voz de nena de tres años y no me pude resistir
- Bueno esta bien - dije haciéndome la indiferente, aunque moría por volver a verlo.

Subí rápidamente las escaleras mientras los chicos, que ya estaban prontos, me apuraban desde la cocina. Me cambié, metí todas mis cosas en un bolso y bajé lo más rápido que pude.

Eran las once y media de la mañana, el sol nos estaba matando y en ese momento agradecí que estuviéramos cerca, porque no podría soportar caminar ni un poco más. De verdad no se que hacía tan temprano despierta y encima yendo a la playa. Julian lograba este tipo de cosas, en cualquier otra situación hubiera vuelto a dormir. Agus, Titi y Caro nos acompañaron, eran los únicos que habían dormido bien y eso se notaba. A Lola y Nico ni siquiera los despertamos, no queríamos interrumpir ningún tipo de reconciliación o lo que fuera.

Estaba bastante vacía la playa, por suerte, y la poca gente que había eran en su mayoría adultos o niños. Amaba ir a esa hora porque era demasiada tranquilidad. Aproveché cuando los chicos se fueron al agua para acostarme a tomar sol tranquilamente, sin que nadie me moleste. Moría de sueño, no había dormido casi nada, así que esa debe haber sido la razón por la cual me desperté con Jenny moviendo mi brazo, advirtiéndome que iba a quedar como un tomate si seguía en la misma posición. Con algo de pereza me senté sobre la toalla, viendo como todos se reían de mi cara de dormida. Genial.


- Donde estás negro? - escuché decir a Pablo por teléfono y mi corazón empezó a latir a mil por hora - Nosotros estamos acá en la bajada de la casa, en frente a los guardavidas - agregó y la miré enseguida a Jenny quien no tardó en dedicarme una sonrisa.

Bueno, sí, estaba nerviosa. Lo peor de todo es que no se por qué. Me ponía nerviosa escucharlo, verlo, todo. Jenny se dio cuenta en el momento y rápidamente me hizo señas de que me calmara. Era increíble cómo me entendía con tan solo una mirada.

Como a los cinco minutos lo vimos acercándose a nosotros. Solo, por suerte, y en cuero, con la remera colgada en el hombro. Qué necesidad de hacerme eso? No pude disimular mi cara de embobada mientras lo veía venir, tanto que Jenny se empezó a reír y le tuve que dar un par de codazos para que la cortara.

Saludó a Pablo y Agus con total confianza y yo por mi parte no dejaba de mirarlo.

- Hola - nos dijo algo tímido, mientras nos daba un beso a cada una.

Si, me saludo algo seco, como a las demás. Pero la verdad que no me importó mucho. Se sentó con los chicos aunque cada tanto cruzábamos miradas para nada disimuladas. No se si me ponía más nerviosa que me mirara de esa forma o que estuviera así de distante.

- Gordo vamos al agua? - gritó Jenny para dejarnos solos, aunque no tanto, teníamos a Caro, Agus y a mi hermana tirados en la arena a solo un metro.

Pablo asintió y se fueron los dos corriendo, dejando a Julian sentado solo, quien hizo una mueca y se acercó a donde yo estaba, con algo de timidez, raro en él.

- Hola no? - dije con una leve sonrisa
- Me parece que ya nos saludamos
- Pero no como se debe - dije apoyando las manos a ambos costados de mi cuerpo, para inclinarme hacia atrás y tomar algo de sol
- Es que no da - dijo algo cortante y lo miré enseguida
- O sea que todo lo de ayer tampoco daba? - pregunté empezando a enojarme
- Ey no, nada que ver. Si daba, sino no lo hubiera hecho. Pero no quiero seguir haciendo las cosas mal. Y si las hago mal, de última que no sea adelante de los chicos - susurró señalando con la mirada al resto
- Tarado que sos - dije empujándolo, logrando que cayera sobre la arena
- Uy no sabes con quien te estás metiendo - protestó mientras se volvía a sentar, sacudiéndose un poco
- Ay que miedo - dije riendo
- Yo que vos tendría miedo, mira que en cuanto te descuides vas directo al agua
- Ni se te ocurra - le advertí y él solo rió.

Estuvimos bastante tiempo así, hablando, riéndonos, pero algo apartados.

- Quieren que nos vayamos? Me siento re paleta - dijo Titi y Agus largó la risa
- No - grité rápidamente
- Si - dijo él casi al mismo tiempo que yo, por lo que giré la cabeza y lo fulminé con la mirada
- Uy bueno vení, por lo menos no los miramos - dijo Agus divertido, acostándose de espaldas, y Titi lo imitó enseguida
- Pendejos, los voy a matar - grité tirándoles una toalla
- Dejalos - murmuró Julian tirando de mi mano para luego encerrarme entre sus brazos.

Primer mínimo contacto que teníamos en lo que iba del día. Era un gran avance.

- Julian - me quejé riendo, aunque me encantaba que hiciera ese tipo de cosas
- Qué?
- Soltame, dale
- Si no querés que te suelte - dijo muy tranquilo mientras dejaba un beso en mi cabeza
- Me la haces más difícil de lo que es - dije rendida
- Difícil por qué?
- Porque sos consciente de cuanto me podes, y lo usas a tu favor - hice una pausa mientras procesaba todo lo que quería decirle - Julian vos tenés novia y estas acá haciéndote el lindo conmigo. No se con que seriedad te estarás tomando todo esto, pero vos venís me chamuyás un poco, me abrazas y yo ya me hago la película. Y no quiero ilusionarme al pedo - dije sincera, mientras él me miraba con atención, sin sacar sus brazo de alrededor de mi cintura
- Ey no digas eso - dijo levantando mi cara con su mano, para que lo mire a los ojos - Ori vos sabes lo que me pasa con vos, cómo vas a decir que te estoy chamuyando? - agregó y me encogí de hombros
- Es lo que siento
- Bueno pero no es así, no lo hago a propósito, me sale ser así cuando estoy con vos - dijo con seriedad
- Y ella?
- Y ella qué? - preguntó frunciendo el ceño y suspiré
- Donde está? Que pasó? - pregunté curiosa
- En el apartamento, con mi familia - dijo bastante relajado
- Y la dejas ahí y te vas? Que le dijiste?
- Seguía enojada porque ayer la dejé sola así que mucho no hablamos, solo le dije que venía a la playa.... con Pablo
- Ah
- Le dije con Pablo para no armar más bardo, nada más - aclaró y asentí
- Bueno
- Ey - dijo sacudiéndome un poco
- Qué?
- Me encanta que te pongas así - dijo con una sonrisa
- Así cómo?
- Celosa - dijo acercándose y dejando un beso en mi cuello
- Salí tarado, no estoy celosa - dije riendo - Vení - agregué parándome y agarrando su mano para que me acompañe al agua.

Él enseguida posó sus manos en mi cintura y me siguió sin decir nada.

miércoles, 14 de mayo de 2014

CAPITULO 116

Quedé ahí parada, sola, sin saber si reírme, llorar, o gritar. Estaba feliz y preocupada a la vez, no sabía que iba a hacer Julian ahora, no sabía si esto cambiaba en algo las cosas o si fue un simple beso para él. Pero igual nada iba a borrar mi sonrisa, nada. 

Fui en busca de las chicas, me dirigí al lugar que estaban la última vez que las vi y ahí seguían, pero sin los chicos.

- Y Pablo y Nico? - pregunté buscándolos con la mirada
- Fueron a comprar algo - dijo Jenny señalando la barra y asentí, sonriendo
- Y esa sonrisa? - preguntó Lola 
- Es que... Les tengo que contar algo - dije mientras ambas me miraban con curiosidad - me chapé a Julian - agregué bajando el tono de voz
- Queeeeee? - grito Jenny con una sonrisa gigante
- Me jodes? - agregó Lola con la misma expresión
- Ayyy - fue lo único que dije y me tapé la cara - lo amo chicas!
- Awww más tiernos - dijo Jenny mordiéndose el labio 
- Y ahora? Y... la otra? Que onda? - preguntó Lola y me encogí de hombros
- No se, no me dijo nada, se fue porque ella lo estaba esperando y nada más - dije algo nerviosa
- Bueno ya está, relajate, fue un re avance, y conociéndolo a él, no se va a perder semejante mina! - dijo Lola y le dediqué mi mayor sonrisa

Mi celular empezó a vibrar mientras bailábamos y me pareció lo más raro leer "Juli" en la pantalla después de tanto tiempo.

"Ori seguís acá?", "Donde estas?"

Los nervios se apoderaron de mí. Sí, parecía una nena. 

"Si, sigo adentro, estoy con las chicas cerca de la barra. Vos?" - le mandé pero no obtuve respuesta.

No me hice la cabeza, supuse que estaba con Sabrina y me pareció bien que no la deje sola, así que me relajé y seguí bailando con las chicas, hasta que unas manos en mi cintura me sobresaltaron. Giré sobre mi misma y no era ni más ni menos que él, mirándome a los ojos con la sonrisa más tierna del mundo.

- Que haces acá? - pregunté sorprendida pero sin dejar de sonreír 
- Te vine a buscar - dijo todo tierno
- Y tu novia? 
- Shhh - dijo frunciendo el ceño y reí
- Julian, donde está? Que pasó?
- Cuando la fui a buscar ya se había ido, me mando un mensaje re quemada porque no la esperé - dijo con mala cara - se enoja por todo esta mina
- Ay que bien que hablas de ella, menos mal que la amabas
- Ya te dije que yo te amo a vos - dijo pasando sus brazos por mi cintura para pegarme a su cuerpo
- Así que me amas? - pregunté mordiéndome el labio, en realidad solo quería volver a escucharlo
- Sí, te amo - murmuró mientras se acercaba para darme un beso, pero le corrí la cara ocasionando que éste sea en la mejilla - Que te haces la que no querés ahora? - preguntó riendo
- Te olvidaste que tenés novia? 
- Si, me quiero olvidar, dale dame un beso - dijo volviendo a acercarse y rápidamente pegué mi frente a la suya
- Ya me perdonaste? - pregunté y él cerró sus ojos
- Hace mucho te perdoné - dijo luego de largar un suspiro
- Entonces por qué me la hiciste tan difícil?
- No será que vos te rendiste muy rápido?
- Qué? - grité y él largó una risa - Estuve meses llorando por vos idiota, te mande mil mensajes y nunca me respondiste - hice una pausa - al final sos más histérico y resentido que una mina Julian!
- Qué? Nooo - gritó y ambos reímos
- Que pensás hacer? - pregunté pasando mis manos por detrás de su cuello, acariciando el pelo que caía sobre su nuca
- Con... 
- Sí, con ella - lo interrumpí, ni siquiera quería escucharlo nombrarla
- Quiero hacer las cosas bien, le voy a decir la verdad
- Que verdad? 
- Que solo quiero estar con vos - dijo y sonreí.

Me puse apenas en puntas de pie para volver a unir nuestros labios, mientras lo abrazaba con fuerza por detrás de su cuello y él, por su parte, no se desprendió en ningún momento de mi cintura.

- Mmm - quiso hablar pero no lo dejé - Ori 
- No lo arruines - susurré para volverlo a besar
- Me... tengo... que... ir - dijo y me separé
- Qué? Ya? Por qué? - pregunté haciendo puchero y él automáticamente sonrió
- Va a llegar ella antes que yo y no voy a estar. Ya se, soy un boludo, pero quiero intentar hacer las cosas bien
- Entiendo, y no sos un boludo, me parece bien - dije y él frunció el ceño
- No te vas a enojar? No me vas a hacer una escenita?
- Por qué? - pregunté riendo - Debería?
- No, solo me pareció raro - dijo encogiéndose de hombros y le sonreí
- Dale anda 
- No, vos te vas conmigo - dijo agarrándome por la cintura y llevándome con él
- Para, no! Julian! Que haces? Me tengo que ir con los chicos! - grité intentando soltarme
- Te acompaño hasta tu casa, me queda de pasada. Dale, dejame - dijo y asentí, la verdad que me podía.

Les hice señas a las chicas de que me iba con él y a los pocos minutos ya estábamos fuera del boliche. 

- Que caprichoso que sos eh - dije cuando empezamos a caminar y él largó una risa
- Bueno, que querés que haga? Con todo lo que te extrañé me merecía aunque sea un rato más con vos - dijo girando la cabeza para mirarme
- Awww, me extrañaste? - pregunté con una sonrisa gigante y él asintió con algo de vergüenza - Yo no - agregué rápidamente, conteniendo la risa
- Ah, listo, así quedamos - dijo apartándose, "ofendido"
- Mentiiiira - grité colgándome de su cuello y llenándole toda la cara de besos.

El camino hasta mi casa fue así, repleto de besos, abrazos, jodas, todo volvía a ser muy parecido a lo que era antes. Él me prestó su campera ya que se empezaba a notar el frío a medida que amanecía, y yo la llevaba orgullosa a pesar de lo ridícula que quedaba con una campera enorme combinada con ropa para salir.

- No te vayas, quedate acá - le supliqué cuando estuvimos en la puerta de la casa
- No sabes las ganas que tengo de quedarme - dijo sonriendo de lado y le pegué, como hace tanto no hacía
- Tarado, mal pensás todo - dije riendo 
- Bueno che, hace como diez meses que no...
- Mira, no te hagas, no me vas a decir que con Sabrina no estuviste - lo interrumpí con mala cara y él rió
- Bueno, pero yo digo con vos - hizo una pausa - Vos con cuantos estuviste en todo este tiempo?
- Uff con muchos, ya perdí la cuenta - dije y sus ojos se abrieron como platos - No boludo, con nadie - aclaré antes de que se enloquezca - Tan poco me conoces? 
- Voy a hacer de cuenta que te creo - dijo y le volví a pegar.

Nada como un celular para interrumpir momentos tiernos como éste. 

- Antendé - susurré mientras abría la puerta y veía como no dejaba de mirar la pantalla, dudoso.

Asintió y entré para dejarle algo de privacidad. Lo primero que hice fue sacarme los zapatos, no existe nada mejor que eso. Me dirigí a la cocina intentando no hacer mucho ruido y ataqué la heladera. No había más que un poco de pizza, pero me vino bárbaro, moría de hambre. Llevé las cosas para el living y me senté a comer. Como a los cinco minutos Julian atravesó la puerta, algo serio comparándolo con el Julian de hacía un rato.

- Pasó algo? - pregunté parándome para estar a su altura
- No, nada - hizo una pausa - Mujeres, celos, escenitas, ya sabes de que hablo
- Ey no me cuentes esas cosas - dije riendo - anda con ella Julian, no sigas mandándote cagadas
- Si me voy a ir yendo, a ver si puedo hablar con ella 
- Me parece bien 
- Vení - dijo riendo mientras agarraba mi mano para acercarme a él.

Escondió su cara en mi cuello mientras me abrazaba con fuerza por la cintura. Y pensar que hace tanto tiempo esperaba este momento.

- Sabes que en realidad me muero por quedarme con vos, no? - preguntó al parecer bastante angustiado, sin moverse de donde estaba 
- Shh, ya lo se - susurré acariciándole el pelo - pero ya vamos a tener tiempo, hay cosas más importantes ahora
- Vos sos lo más importante - dijo apartándose para mirarme a los ojos, mientras con su mano me acomodaba el pelo atrás de la oreja
- Te amo - largué casi sin pensarlo
- Yo a vos - murmuró y no tarde nada en acercar mi cara a la suya, aunque él prefirió dejar un beso sentido en mi frente, para luego darme la espalda y acercarse a la puerta - nos vemos, mañana
- Claro - dije con una sonrisa inmensa - para, toma la campera que hace frío - agregué rápidamente antes de que se fuera
- No Ori, no tengo frío, quedátela, en serio - dijo mientras se alejaba y asentí, mirándolo embobada, es que de verdad no podía ser más perfecto.

Esperé hasta que desapareciera de mi vista para cerrar la puerta. Deje todo más o menos ordenado y como ninguno de los chicos volvía me fui al cuarto. Me di una ducha porque no podía soportar el olor a cerveza que tenía en todo el pelo, y arriba del pijama me volví a poner su campera. Solo por el hecho de que tenía su olor, su perfume que tanto extrañaba. Era como sentirlo más cerca. Volver a "dormir con él" después de tanto tiempo. Me puse a pensar en todo lo que había cambiado mi vida esa noche y enseguida, sin buscarlo, me quedé dormida.

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Aclaro que no subi mucho estos días porque estoy con entregas de la facultad y de verdad no tengo ni tiempo de escribir. Asi que nada, perdón y gracias por leer. Quedan pocos capítulos, ya se termina.

domingo, 11 de mayo de 2014

CAPITULO 115

El resto de la tarde me la pase maquinando, pensando en él todo el tiempo aunque las chicas me lo hayan prohibido.


- Encima es re puta - grité de la nada mientras nos vestíamos para salir
- De que hablas? - preguntó Lola con el ceño fruncido
- De Sabrina, de quien va a ser? La odio! - dije re sacada - Le tiene ganas a Julian desde siempre, solo estaba esperando que nos peleáramos para meterse, no vieron como me miraba?
- Calmate Ori, si te pones así es peor, demostrale que no te importa ni él ni su novia - dijo Jenny y Lola asintió
- No puedo chicas, tengo ganas de cagarlos a puteadas a los dos, no puedo controlarme
- Bueno no te queda otra, porque sino vas a quedar como una pendeja, y eso sería peor - agrego Lola, siempre tan directa.

Me había tranquilizado un poco, las chicas tenían razón, tenía que demostrarle que podía ser más madura que él.

Me puse una pollera negra suelta y un top del mismo color, con algo de brillos, y baje junto a las chicas ya que la música ya sonaba a todo volumen y al parecer ya habían empezado a tomar. Agarré una botellita de cerveza de la heladera y salí al jardín seguida de Jenny y Lola. Titi por suerte había liberado un rato a mi amigo así que me puse a bailar con él un rato.

- Que onda con lo que paso hoy en la playa? - me preguntó en el oído ya que con la música de fondo no se escuchaba mucho
- Nada, que se mate - dije para luego tomar un trago de cerveza
- No te molesta? - agregó curioso
- La verdad que me rompe las pelotas que me venga a refregar en la cara que está con Sabrina, pero puede hacer lo que quiera, es su vida - dije seria y él asintió
- Lo querés? - preguntó insistente con el tema y negué con la cabeza
- Lo amo - respondí con una mueca de dolor
- Ay mi vida - gritó Agustín mientras me abrazaba - No le des bola, con lo hermosa que sos podes tener al pibe que quieras
- Pero lo quiero a él y no lo puedo tener
- Olvidate de él boluda, olvidate!
- Si eso intentaba hacer hasta que lo volví a ver, pero bueno, tiene novia y eso cambia todo
- Claro... Bueno no se habla más del tema - dijo sonriéndome y agarrándome de la mano para girarme al ritmo de la música.

Ya había perdido la cuenta de las botellas de cerveza que había terminado. Estaba feliz, por el momento, disfrutando con las chicas, bailando, riéndome de todo, y sin pensar en Julian.

Ya eran las 2 y media de la mañana cuando decidimos ir al boliche. Fuimos a uno del puerto, el mismo al que fuimos en año pasado con Julian, pero bueno, esta vez sin él. Entramos primero nosotras tres y quedamos en encontrarnos con Pablo y Nico en la barra de la pista principal. Agus no había venido ya que estaba hecho un pollerudo con Titi y como ella no pasaba por ser menor, decidió quedarse en casa. Fuimos al baño, como siempre, y después de una cola interminable pudimos salir y dirigirnos a la barra en donde dijimos de encontrarnos. Mientras esperábamos a que llegaran nos compramos una botella de cerveza cada una y nos pusimos a bailar ahí a unos pasos, cosa de verlos a los chicos cuando aparecieran.

Bailamos un montón de tiempo solas, como en los viejos tiempos, hasta que aparecieron los demás y me fui a la barra nuevamente, no podía tolerar sentirme paleta. Me compre la segunda botella, sin contar las que había tomado en casa, y me quedé hablando de la vida con el pibe de la barra, que era un copado.

- Una cerveza - escuché y giré con cuidado mi cabeza.

Si, como sospechaba, estaba Julian a unos metros, acompañado de... bueno, ella. Por suerte no me vieron, porque mi estado la verdad que era, muy de fracasada.

- Mi amor, voy al baño, esperame acá que ya vengo - dijo Sabrina y se despidió con un corto beso.

Mierda, otra vez tuve que presenciarlo, ver esa escena vomitiva con mis propios ojos. Mi nuevo "amigo", el de la barra, al que le había contado toda mi historia con Julian estaba ahora destapándole la botella a él. Le agradeció y con mucha tranquilidad se apoyó sobre la barra, de espaldas, mirando hacia la pista. Me pareció la oportunidad perfecta para acercarme a hablarle, tenía que aprovechar que la innombrable lo había dejado solo por un minuto. Les había prometido a las chicas que no lo iba a hacer, pero digamos que en el estado en el que estaba no podía dejar perder semejante oportunidad.

- Hola - dije fingiendo estar contenta, y con confianza imité su pose, llevando la botella de cerveza hacia mi boca
- Hola - dijo mirándome serio
- Tu novia te deja saludarme? - pregunté bien directa y él bufó
- Mi novia confía en mí, y yo confío en ella - dijo remarcando la última parte, lo cual fue un golpe bastante bajo para mí
- Entonces, si confía en vos, no le va a molestar que bailemos una canción, no? - pregunté desafiante, contectando mi mirada con la suya
- No da - respondió cortante
- Por qué? No te animas? - pregunté extendiéndole la mano y él rodó sus ojos antes de agarrarla.

Caminé hacia una esquina de la pista, donde no había tanta gente, ya que odiaba que me empujaran. Él me seguía, sin decir nada, agarrando mi mano con fuerza para no perderme entre la multitud. Sentir el contacto con su piel después de tanto tiempo me generaba algo en la panza que no puedo explicar.

Cuando llegamos a un lugar relativamente despejado me paré frente a él, mientras él de a poco soltaba mi mano.

- Tanto por una canción? Podíamos bailar allá - dijo serio
- También quiero hablar - y evite decir "tampoco quiero que nos interrumpa la puta de tu novia"
- Yo no quiero hablar - dijo y bufé
- No seas pendejo Julian - me quejé y antes de dejarlo hablar agarré su mano para que me siguiera el ritmo.

Bailamos un par de canciones y a lo último ya se había soltado bastante, hasta intercambiamos algunas sonrisas cada tanto. Él no podía evitar reírse de mi torpeza y yo me reía simplemente para que él no dejara de hacerlo.

- Ya está Ori, podemos volver allá? - dijo y sonreí al instante, hacía mucho tiempo que no escuchaba su "Ori", y me dio ternura
- Para, hablemos - grité, frenándolo
- De qué?
- De nosotros - dije con seguridad y él negó con la cabeza
- No hay más "nosotros", no te diste cuenta que tengo novia?
- Uh dejate de joder con el "tengo novia", deja de usar esa excusa para evitar hablarme de frente - dije mirándolo a los ojos, incomodándolo un poco
- Mejor hablame cuando estés sobria - dijo y reí, con algo de bronca
- Soy muy consciente de lo que digo y hago, y tal vez pueda ser más sincera habiendo tomado que estando sobria, será por eso que no te la bancas? - pregunté acorralándolo un poco
- No tiene sentido hablar después de todo el tiempo que pasó
- Me estas jodiendo? Me vas a decir que seguís resentido por un puto beso? Un beso que no significó nada y del cual me arrepiento? No te entiendo Julian, si tan fuerte era lo nuestro por qué se tuvo que cagar todo por un simple error que tuve, por qué?
- Capaz que no era tan fuerte como pensábamos
- Ah no? No era tan fuerte? Entonces explicame por qué te pone incómodo que me acerque tanto a vos? - pregunté arrinconándolo contra la pared - por que te pones así si me acerco a tu boca? - agregué mirándolo a los ojos, tan cerca que podía sentir su respiración algo agitada chocando con la mía
- Basta, por favor - suplicó apoyando sus manos en mis brazos, para evitar que me siguiera acercando
- Que haces con Sabrina? Desde cuando te pones de novio tan rápido? - pregunté y se encogió de hombros - La amas?
- La quiero - dijo apartando su mirada y reí
- No la amas Julian, por qué te mentís a vos mismo?
- Por qué me haces estos planteos? Te recuerdo que por tu culpa no estamos más juntos. Tengo derecho de rehacer mi vida, con quien quiera
- Con ella justo tenía que ser?
- Ella estuvo cuando yo estaba en mi peor momento - dijo y negué con la cabeza
- Ella estaba esperando que estuvieras en tu peor momento para aprovechar - dije furiosa
- Cortala, no la conoces
- Por suerte no la conozco - hice una pausa en la que solo nos miramos a los ojos, con algo de bronca y resentimiento - Ya te olvidaste de mí? Tan rápido? Ya no me querés? - agregué mientras unas lágrimas amenazaban con salir
- Ori, por favor, basta - dijo secando con ternura mis lágrimas que no tardaron en caer
- Respondeme - grité desesperada, aunque entre tanta música nadie se percató
- Que querés que te diga? Que te olvidé? No, no te olvide. Que no te quiero más? No, te sigo amando como siempre. Estás contenta ahora? - dijo frunciendo el ceño y mi corazón dio un vuelco.

Sin dudarlo un segundo, agarré su cara entre mis manos y acorté la poca distancia que quedaba entre nosotros. Lo besé con ganas, con sentimiento, con algo de desesperación. Volvía a sentir el calor de sus labios, el olor de su piel, de su perfume, volvía a besarlo después de diez meses, cuando pensaba que nunca más iba a poder hacerlo. Al principio se mostró algo sorprendido por mi impulso pero enseguida me siguió el beso, apoyando sus manos en mis caderas para acercarme más a él, aunque eso fuera casi imposible.

Nuestros labios encajaban a la perfección, seguían un ritmo bastante acelerado y el beso cada vez subía más de tono.


- Ori, para - susurró sobre mis labios y negué con la cabeza - dale Ori - agregó y me separé un poco, con una sonrisa
- Que pasa? - pregunté mirándolo a los ojos
- Sabrina pasa, al final le estoy haciendo lo que no me gustó que me hagan a mí - dijo demostrando tristeza en su mirada al recordarlo
- No es lo mismo, porque lo mío no fue nada, en cambio entre nosotros hay algo que ella nunca va a poder entender, ni igualar - dije acariciando su mejilla y él cerró sus ojos, como disfrutándolo
- Igual me siento una bosta - murmuró aún con los ojos cerrados, por lo que no pude evitar volver a besarlo, aunque esta vez, con ternura, lento, pausado.

- Te amo - susurré cuando nos separamos para tomar aire
- No da esto Ori - dijo mirándome a los ojos
- Lo que no da es que estemos separados, eso no da. Pero bueno, yo ya te dije todo lo que tenía guardado, ahora vos decidís. No te voy a obligar a que me perdones, ni a que quieras volver conmigo, ni mucho menos que dejes a tu novia. Vos sabes lo que haces - dije seria y él sonrió de costado
- Estas como más madura - dijo mirándome aún con esa sonrisa que me podía
- Puede ser, pasó mucho tiempo, supongo que cambié
- Para mejor - dijo y sonreí
- Anda que te debe estar esperando - dije y asintió.

Se acercó dejando un beso en mi cuello y luego se dirigió a mi oído, logrando erizar mi piel.

- Yo también te amo Ori - susurró y salió caminando, dejándome con ganas de más y más besos, con un montón de dudas y expectativas, pero por sobre todo, con una felicidad que no me cabía en el cuerpo!