El mundo me daba vueltas, sentía que todos los objetos giraban a mi alrededor y me maldije por haber tomado tanto. Tres golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. No dije nada, ni siquiera me moví.
- Ori estás ahí?
- Si - grité con las pocas fuerzas que me quedaban
- Estás bien?
- Si, no te preocupes Lola, ya salgo - dije parándome con dificultad y torpeza
- Bueno, cualquier cosa avisame - dijo preocupada y luego la escuché alejarse.
Me lavé un poco la cara porque tenía todo el maquillaje corrido y agarré mi cartera para retocarme, por suerte nunca salía a la noche sin un rímel y base, nunca se sabe lo que puede pasar... En menos de diez minutos estaba pronta, intacta, como si nada hubiera pasado.
Abrí la puerta y salí bastante apurada, sin imaginar que en el otro sentido alguien vendría a la misma velocidad que yo y nos chocaríamos.
- Ay idiota, fijate por donde caminas - grite agarrándome la frente, había sido fuerte el golpe
- Perdón Ori, no te vi, estás bien? - preguntó en un tono bastante preocupado.
Su voz me estremeció, había olvidado lo linda que era y la paz que me daba escucharlo hablar. Hacía dos semanas que no lo tenía tan cerca y no pude controlar mis nervios.
- Estoy bien - dije casi tartamudeando
- Segura? - preguntó y por primera vez desde el "choque" lo miré a los ojos.
No puedo describir lo que sentí, un tornado de mariposas en mi interior, mi corazón latiendo acelerado, a punto de salirse de mi pecho, y mi voz entrecortada de los nervios.
- Si Julian, ya está - dije amagando a irme pero su mano sosteniendo mi brazo me frenó.
Giré mi cabeza para verlo y de un segundo a otro, Julian me estaba arrastrando hasta el baño. Cerró la puerta con tranca y me acorraló contra ella, llevó mis manos a ambos costados de mi cabeza, apoyándolas contra la puerta y poniendo las suyas arriba, encerrándome entre sus brazos y mirándome fijo.
- Que haces? Estas loco? - pregunté en voz baja, quise gritar pero al tenerlo tan cerca no pude.
No podía moverme, me tenía completamente agarrada y ya no tenía fuerzas para alejar sus manos de las mías. El contacto me gustaba, pero me daba miedo su actitud, creo que nunca lo había visto así. Su mirada era... distinta.
- Julian me estás lastimando, soltáme - le supliqué
- Por que me haces esto? - preguntó ignorando mi pedido y suspiré
- No te hice nada - dije finalmente y me dedicó una sonrisa irónica
- No me hiciste nada? Y qué se supone que era lo que hacías con ese pibe? - dijo elevando el tono de voz
- Ese pibe, como vos decís, se llama Fran y me respeta, no como vos, no le llegas ni a los tobillos - dije viendo como se le transformaba la cara, y por alguna extraña razón me estaba gustando provocarlo
- Ah bueno - dijo fingiendo una sonrisa - ese ni arranca al lado mío - agregó acercándose más a mí hasta el punto de juntar su frente con la mía
- No te das una idea de como arranca - dije riendo y se separó enseguida, soltando mis manos y mirándome con odio.
No se por qué me estaba riendo, era un momento tenso pero lo estaba disfrutando, le iba a hacer pagar de alguna forma que me haya boludeado con Sabrina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario