jueves, 20 de febrero de 2014

CAPITULO 43

Cerré la puerta con tranca y me senté en el piso, o me tiré mejor dicho, apoyándome contra la bañera y escondiendo mi cabeza entre mis brazos. Un montón de imágenes y pensamientos invadieron mi mente, todo lo ocurrido con Julian, lo de Sabrina, también el hecho de estar en la misma casa que él y no dirigirnos la palabra. Recordé el casi beso con Francisco y me sentí bastante apenada, por él, por Julian, y por mí. Creo que si no hubiera tomado, no hubiera sentido esa necesidad de besarlo, o de estar cerca de él, y si no estuviera dolida por lo de Julian, tampoco. No esperaba volver a verlo tan pronto, no me había mentalizado de que lo iba a ver esa noche, tal vez por eso no supe como reaccionar cuando lo vi. Quería desaparecer en ese mismo momento, o quedarme encerrada en ese baño hasta que todos se fueran. No quería ni podía volver afuera y tener que verlos a los dos. Realmente no sabía que hacer, no me sentía preparada aún para hablar con Julian, pero tampoco me parecía muy correcto que él me viera con Fran, me puse por un momento en su lugar y yo me hubiera muerto si él invitaba a Sabrina, o a cualquier otra mina.

El mundo me daba vueltas, sentía que todos los objetos giraban a mi alrededor y me maldije por haber tomado tanto. Tres golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. No dije nada, ni siquiera me moví.

- Ori estás ahí?
- Si - grité con las pocas fuerzas que me quedaban
- Estás bien?
- Si, no te preocupes Lola, ya salgo - dije parándome con dificultad y torpeza
- Bueno, cualquier cosa avisame - dijo preocupada y luego la escuché alejarse.

Me lavé un poco la cara porque tenía todo el maquillaje corrido y agarré mi cartera para retocarme, por suerte nunca salía a la noche sin un rímel y base, nunca se sabe lo que puede pasar... En menos de diez minutos estaba pronta, intacta, como si nada hubiera pasado.

Abrí la puerta y salí bastante apurada, sin imaginar que en el otro sentido alguien vendría a la misma velocidad que yo y nos chocaríamos.

- Ay idiota, fijate por donde caminas - grite agarrándome la frente, había sido fuerte el golpe
- Perdón Ori, no te vi, estás bien? - preguntó en un tono bastante preocupado.

Su voz me estremeció, había olvidado lo linda que era y la paz que me daba escucharlo hablar. Hacía dos semanas que no lo tenía tan cerca y no pude controlar mis nervios.

- Estoy bien - dije casi tartamudeando
- Segura? - preguntó y por primera vez desde el "choque" lo miré a los ojos.

No puedo describir lo que sentí, un tornado de mariposas en mi interior, mi corazón latiendo acelerado, a punto de salirse de mi pecho, y mi voz entrecortada de los nervios.

- Si Julian, ya está - dije amagando a irme pero su mano sosteniendo mi brazo me frenó.

Giré mi cabeza para verlo y de un segundo a otro, Julian me estaba arrastrando hasta el baño. Cerró la puerta con tranca y me acorraló contra ella, llevó mis manos a ambos costados de mi cabeza, apoyándolas contra la puerta y poniendo las suyas arriba, encerrándome entre sus brazos y mirándome fijo.

- Que haces? Estas loco? - pregunté en voz baja, quise gritar pero al tenerlo tan cerca no pude.

No podía moverme, me tenía completamente agarrada y ya no tenía fuerzas para alejar sus manos de las mías. El contacto me gustaba, pero me daba miedo su actitud, creo que nunca lo había visto así. Su mirada era... distinta.

- Julian me estás lastimando, soltáme - le supliqué
- Por que me haces esto? - preguntó ignorando mi pedido y suspiré
- No te hice nada - dije finalmente y me dedicó una sonrisa irónica
- No me hiciste nada? Y qué se supone que era lo que hacías con ese pibe? - dijo elevando el tono de voz
- Ese pibe, como vos decís, se llama Fran y me respeta, no como vos, no le llegas ni a los tobillos - dije viendo como se le transformaba la cara, y por alguna extraña razón me estaba gustando provocarlo
- Ah bueno - dijo fingiendo una sonrisa - ese ni arranca al lado mío - agregó acercándose más a mí hasta el punto de juntar su frente con la mía
- No te das una idea de como arranca - dije riendo y se separó enseguida, soltando mis manos y mirándome con odio.

No se por qué me estaba riendo, era un momento tenso pero lo estaba disfrutando, le iba a hacer pagar de alguna forma que me haya boludeado con Sabrina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario