jueves, 20 de febrero de 2014

CAPITULO 42

Lo último que vi antes de cerrar los ojos fueron sus labios, a muy poca distancia de los míos. No se si era por el alcohol, el despecho por Julian, o porque Fran un poco me gustaba, pero ya estaba entregada, así que cerré mis ojos esperando que él avanzara. Lo único que sentí luego de eso, y que me erizó la piel al instante, fue un beso sentido que me dio en la frente. Sí, en la frente. Abrí los ojos de a poco para corroborar que esto de verdad estaba pasando y me encontré con su sonrisa, y sus hoyuelos. Me miraba un poco apenado y la verdad es que cada vez entendía menos.

- Me explicas? - dije riendo y él hizo lo mismo
- No me voy a aprovechar de que estas triste, de que tomaste un poquito bastante y de que le querés dar celos al pibe este - dijo con mala cara
- No le quiero dar celos a Julian - dije mirándolo serio a los ojos
- Bueno suponiendo que te creo - dijo e hizo una pausa - si pasa algo quiero que sea porque vos querés, no para olvidarte de otro
- Sos real Francisco?
- Si - rió - por qué?
- Porque sos muy tierno, en serio - dije y sonrió
- A veces no alcanza con eso - dijo encogiéndose de hombros
- Y a veces sobra con eso - no pude contenerme más así que lo abracé. Fuerte, muy fuerte, y cerré mis ojos.

No se cuanto tiempo pasó, pero fueron varios minutos los que estuvimos abrazados, yo rodeando su cuello y acariciándole el pelo y él mi espalda. Fue raro, pero me sentí bien, me generaba algo que no podía descifrar, paz tal vez.

- Gracias - dije finalmente sin separarme
- No me agradezcas, tonta

No pude evitar sonreír y abrí los ojos. Quién me mandó a abrirlos, no? Lo primero que vi fue a Julian. Nos estaba mirando. Jamás me había mirado de esa forma, ni siquiera cuando le quise dar celos con Agustín. Se notaba que tenía bronca, odio, o algo más fuerte que eso. Me cohibí y automáticamente me separé de Fran, el cual me miró extrañado, mi cara no era la mejor.

- Eu que pasó? - preguntó preocupado y negué con la cabeza
- Nada, perdón, ya vengo - dije nerviosa y me paré para dirigirme al baño.

En realidad solo quería estar sola, lejos de la mirada amenazante de Julian y mucho más lejos de la sonrisa de Francisco.

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