viernes, 28 de febrero de 2014

CAPITULO 55

Reaccioné recién cuando sentí algunos besos sobre mi frente. Sí, me había quedado dormida sobre él, y juro que no existe en el mundo mejor forma de despertar que con sus besos, y entre sus brazos.

- Mmm - dije abriendo de a poco los ojos y viendo la enorme sonrisa con la que me miraba
- Al fin, dormilona - dijo riendo - amo verte dormir pero ya me estaba aburriendo, hace como dos horas que estás así
- Que horror, no me mires, parezco una foca cuando duermo - dije con vergüenza y él se limito a negar con la cabeza y acomodó el pelo que caía sobre mi cara, detrás de mi oreja
- No sabes lo tierna que sos cuando dormís, pareces un bebe - dijo sonriendo y largué una carcajada - tenés frío?
- Si, un poco - dije apoyando una mano sobre su pecho
- A ver bancame - dijo levantándose y yendo hacia una mesa donde había una manta.

Sonreí cuando lo vi venir, me senté y pasó la manta sobre mis hombros, sentándose a mi lado.

- Gracias - dije mirándolo a los ojos y sonrió.

Nos quedamos sentados al borde de la pileta varias horas seguidas, charlando, riendo, mirando las estrellas, peleándonos y reconciliándonos a los 5 minutos. No parábamos de histeriquearnos y tirarnos indirectas, pero ojo, éramos "amigos".

- Se está haciendo de día boludo - grité sin poderlo creer, habíamos pasado toda la noche ahí, cómo es que se había pasado tan rápido?
- Mierda, ni cuenta nos dimos - dijo y reí
- Tenes hambre? - pregunté mirándolo - te va un desayuno antes de irnos a dormir?
- Juntos?
- Qué?
- Irnos a dormir juntos? - preguntó con una sonrisa de oreja a oreja y me levanté de donde estaba para ir a la cocina
- Eu para, era un chiste, me re va sí - dijo corriendo para alcanzarme.

Entramos y ya nos empezamos a reír, los chicos se habían quedado dormidos en el sillón, dudo que hayan llegado a ver el final de la película. Nos dirigimos a la cocina en silencio y revisamos toda la heladera, encontramos la mitad de una torta de chocolate y lo miré a Julian quien asintió enseguida. Cortamos unas porciones, servimos dos vasos de jugo y volvimos al jardín.

- Dormimos afuera? - preguntó cuando terminamos de comer y lo miré seria
- En serio decís?
- Y si, si los chicos ocuparon los sillones, no me da para ir a dormir a la cama de tu primo - dijo y reí - no son tan incómodas estas reposeras
- Mmm bueno, pero vos en esa y yo en esta
- Pero hay una sola manta, tendríamos que compartirla, no te parece? - dijo divertido y le pegué
- Siempre te salís con la tuya - dije y asintió, orgulloso de eso - me tocás un pelo y te mato, escuchaste?
- Si señora - dijo y me acomodé a su lado, tapándome con la manta
- Mantené distancia Julian - dije mirándolo seria
- Bueno calmate nena, no dije ni hice nada y ya saltás
- Está bien, mala mía, perdón - dije dándole la espalda y el hizo lo mismo.

Me quedé unos largos minutos pensando, el tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos me estaba volviendo bastante loca. Me di vuelta despacio y lo abracé por la espalda, él aún seguía solo con un short, así que tuve que reprimir todas las ideas que se me vinieron a la mente cada vez que lo veía así. Rodee su cintura con mi brazo y sentí como él agarraba mi mano con la suya, entrelazándolas. Sonreí. Me acerqué a su cara y dejé un sentido beso en su mejilla.

- Buenas noches, que descanses - susurré en su oído
- Buenas noches, linda - dijo sin abrir los ojos y las mariposas de mi panza hicieron una revolución en mi interior.

Escondí mi cara en su cuello y dejé un beso corto allí, para luego quedar profundamente dormida, atrapada por su perfume y aferrándome a él, deseando no separarme nunca.

jueves, 27 de febrero de 2014

CAPITULO 54

- Lo querés? - preguntó luego de unos minutos en silencio
- Qué?
- A Francisco, lo querés? - repitió y puse mis ojos en blanco, siempre arruinando los lindos momentos
- No se, creo que sí - dije dudosa
- Cómo que no sabes? Y por qué estás con él si ni siquiera sabes si lo querés?
- Lo quiero sí, o sea, no se, me gusta, me cuida, me quiere, por eso estoy con él - confesé, aun sin separarme de su abrazo
- Es un chiste? Estas con él porque te quiere? Pero vos no lo querés? - preguntó indignado, apoyando su cabeza en mi hombro
- No! Basta Julian, no quiero hablar de esto con vos, no me quiero pelear con vos ahora, no preguntes más
- Está bien, perdón, solo quería saber - dijo y asentí
- Yo también quiero saber...
- Qué? - dijo interrumpiéndome
- Todo sobre Sabrina, te gusta? Le gustas? Pasó algo? Pasa algo ahora que no estamos más juntos? La querés?
- No te parecen muchas preguntas? - dijo y reí
- Dale tonto, ahora que somos amigos quiero saber - dije y suspiró
- Em, no me gusta, puede ser que yo le guste, no se, viste que soy irresistible - dijo y le pegué nuevamente
- No me contestaste todo - dije poniéndome seria
- Hace falta?
- Si, hace - dije segura aunque no se si iba a ser lo mejor saberlo
- Pasó algo sí - dijo y me paralicé, no me lo esperaba - antes del verano, antes de volver a verte - aclaró pero igual no pude evitar ponerme mal
- Y ahora? - pregunté con los ojos llenos de lágrimas
- Ahora no, bueno, estuvimos juntos un par de días, pero fue después de que nosotros nos peleáramos, yo estaba enojado y triste por todo y ella siempre estuvo ahí, conteniéndome, bancándome, pero no fue nada, porque yo solo pensaba en vos, y ella no lo pudo soportar
- Mmm, no me dijiste si la querés - dije mientras un par de lágrimas caían por mi rostro, pero por suerte él no me veía
- Que se yo, sí, la quiero, pero no de la forma que te imaginas, no de la forma que te quiero a vos - dijo y luego dejó un beso en mi hombro
- Soltáme Julian - dije cortante pero él me abrazó más fuerte
- No, Ori, por qué te pones así? Vos me preguntaste
- Tenés razón, pero no era lo que esperaba o lo que quería escuchar - dije entre lágrimas
- Solo te quiero a vos Ori, que parte no entendés?
- Me parece que nos estamos lastimando así, con esto de ser amigos, de estar cerca - hice una pausa - me hace mal
- A mi me hace mal estar lejos de vos, dale, afloja - dijo en mi oído y suspiré.

Me quiere volver loca, definitivamente. Y la verdad que si sigue haciendo este tipo de cosas, no se cuanto tiempo voy a poder aguantar tenerlo así de cerca y no poder estar con él. Se recostó sobre la reposera, sin soltarme, lo que provocó que cayera sobre él y ahí nos quedamos por un largo, largo rato, recostada sobre su pecho mientras él acariciaba mi pelo y alguna que otra lágrima seguía cayendo por mi rostro.

CAPITULO 53

De un segundo al otro, quedó el inflable dado vuelta y ambos en el agua.

- Te dije que estaba fría - grité corriéndome el pelo de la cara
- Bueno, pero me dijiste también que el agua era lo de menos, que no le tenías miedo - dijo rodeando mi cintura con sus brazos nuevamente, pero esta vez bajo el agua
- Lo dije porque me tenías agarrada y me ibas a...
- A qué? - interrumpió rápidamente - solo te quería dar un sustito, mal pensada - hizo una pausa - qué? Vos querías que haga otra cosa? - preguntó divertido acercando nuevamente su cara a la mía
- Idiota - grité empujándolo y salí de la pileta rápidamente para secarme, realmente estaba muy fría.

Él se quedó adentro del agua y no paraba de mirarme y de reírse.

- De qué te reís Julian? - pregunté ya con bronca
- De vos, ya te dije Ori, me gusta cuando te enojas - dijo con una sonrisa enorme en su rostro
- Te odio - le grite y eso pareció divertirlo más.

Entré a buscar ropa de mi bolso y me cambié, sin hacer mucho ruido para que los chicos, que estaban concentradísimos en la película, no me dijeran nada.  Cuando volví al jardín él seguía adentro del agua, pero creo que ni siquiera notó mi presencia porque estaba nadando, de un lado al otro. No pude evitar mirarlo, no se puede explicar la espalda que se le formaba mientras nadaba, wow.

- Se te perdió algo? - preguntó divertido cuando vio que no podía dejar de mirarlo
- Si, la cerveza, pasámela - dije para cambiar de tema y rió, mientras se acercaba a la botella para alcanzármela.

Salió del agua, y se acercó a donde yo estaba sentada para darme la botella, sentándose a mi lado.

- Cuidado Juli, estas todo mojado y me acabo de cambiar - me quejé separándome un poco de él, lo que provocó que se acercara aún más, definitivamente este chico amaba molestarme - Julian me estas mojando - grité empujándolo un poco
- Bueno che, tengo frío
- Agarra una toalla - dije luego de tomar un trago de cerveza
- No, quiero un abrazo - dijo haciendo puchero y sonreí, era tierno cuando quería
- Te daría uno pero... te reíste de mí, y encima estás todo mojado, ni loca - dije riendo y mirando para otro lado
- Entonces te lo doy yo - dijo rápidamente y no me dio tiempo de girar a verlo que ya lo tenía sobre mí.

Me abrazó por detrás, rodeando mi cintura con sus brazos y escondiendo su cara toda mojada en mi cuello. Fue raro, me estremecí al sentirlo sobre mi piel, tal vez solo por lo mojado y frío que estaba.

- Juli tengo frío, estás todo mojado - dije viendo que no se pensaba separar de mí
- Shhh - se limitó a susurrar en mi oído
- No te gusta que te digan que no, no? - pregunté y rió sobre mi cuello, lo cual me erizó al instante
- No me gusta que vos me digas que no - dijo haciendo énfasis en el "vos"
- Ya te dije que sos un tarado?
- Muchas veces, y me encanta - susurró y reí mientras le golpeaba suave la cabeza.

Tenerlo unos minutos así, tan cerca, hizo que el frío se me vaya y hasta había olvidado que estaba todo mojado. Es que me sentía tan bien entre sus brazos, me sentía protegida, como si nada me fuera a pasar. Cerré los ojos y respiré hondo, mientras apoyaba mis manos sobre su brazo que rodeaba mi cintura.

- Te quiero tanto - susurró en mi oído y suspiré
- Yo también te quiero Juli - hice una pausa mientras lo sentía sonreír - mucho - agregué y me abrazó aún más fuerte.

Llevé una mano hacia atrás para acariciarle el pelo, me daba ternura, parecía un nene.

miércoles, 26 de febrero de 2014

CAPITULO 52

No se por qué pero hicimos una especie de "alianza" con Julian en contra de las dos parejas felices, y no parábamos de hacer chistes, o simplemente los mirábamos y nos reíamos, cosa que a ellos los ponía de muy mal humor y no paraban de putearnos. Se supone que nos estábamos divirtiendo como buenos... amigos? A cada rato nos mirábamos cómplices y no parábamos de reír. Tal vez el par de botellas de cerveza que nos íbamos tomando influyó en algo, no se. Los chicos habían insistido en ver una película romántica pero no tenía sentido que nosotros dos la miráramos, así que sin dar muchas explicaciones nos quedamos donde estábamos. Seguíamos en la pileta, acostados, mirando las estrellas y delirando. Se sentía tanta paz. Cada tanto él me tiraba un poco de agua y yo, entre risas, buscaba venganza, pero claramente tenía más fuerza que yo y siempre salía ganando, cosa que me daba más bronca.

- Idiota - grité cuando me tiró del inflable y caí al agua, estaba fría, a pesar de que era una noche bastante calurosa.

Él no paraba de reír y me miraba con cara burlona desde arriba.

- Amo hacerte enojar - dijo aún riendo y lo mire con mi peor cara - sos más linda así, cuando me odias y me pones esa cara - agregó y sonreí, no podía ser más tierno.

Me acerqué hasta donde estaba, con cara de no tener malas intenciones e intenté treparme a su inflable, cosa que él no se esperaba.

- Eu que haces? Nos vamos a caer - dijo divertido
- Haceme un lugar Julian - dije haciendo fuerza para subir - ayudame - grité y me sostuvo de la mano, impulsándome hacia arriba.

Finalmente había podido subir y me acomodé a su lado, entrábamos perfectamente los dos, no era tan chico como parecía.

- Así que querías estar cerquita mío, no sabía - dijo mirando al cielo y pasando su brazo por debajo de mi cabeza
- Ay si Juli sos irresistible - dije bromeando y rió.
- Ya se Ori, todas dicen lo mismo
- Sabrina también? - pregunté mirándolo y noté como todo su cuerpo se tensó
- Que tiene que ver ella? - preguntó serio
- Digo, parece que ella tampoco se puede resistir - dije un poco triste y él giró su cara para mirarme a los ojos
- Solo me importás vos - dijo sin despegar su mirada de la mía y un escalofrío recorrió mi cuerpo al instante
- Como amiga - dije intentando cambiar el ambiente tenso
- Ponele - dijo no muy convencido y sonreí, para luego apoyar mi cabeza en su pecho y rodear su cintura con mi brazo.

No se por qué, pero necesitaba tenerlo así de cerca, aunque ya no estuviéramos juntos, lo necesitaba. Empecé a dibujar formas abstractas con mi mano sobre su torso desnudo y él solo rió.

- Me haces cosquillas Ori - dijo tierno y sonreí.

Estuvimos un rato bastante largo en silencio hasta que lo tuvo que arruinar.

- No se enoja tu novio si me abrazas? - preguntó y bufé
- Julian arruinas todo - grité y se encogió de hombros - no me importa si se enoja, si yo te quiero abrazar, te abrazo, y punto
- Que linda sos - susurró y me dio un beso sentido en mi cabeza.

Mi única reacción fue cerrar los ojos con fuerza y sonreír, mientras me aferraba más a él.

- Tenés frío? - preguntó en un momento y negué con la cabeza.
- Acá no, adentro del agua si hace frío - dije levantando la mirada y lo vi sonreír, cuanta perfección en una sola persona
- Entonces... - dijo agarrándome con fuerza por la cintura para que quedara sobre él, completamente sobre él
- Que hacés tarado? Soltame ya - grité y él solo reía
- Tenés miedo de que te tire al agua fría? - susurró bastante cerca de mi cara, lo que me hizo temblar
- Te tengo miedo a vos Julian, el agua es lo de menos - dije con la voz entrecortada y volvió a reír, que bronca.

Él rodeaba mi cintura y yo solo apoyaba mis manos sobre su pecho, para no perder la distancia entre nosotros.

- Que feo eso de que me tengas miedo - dijo acercándose aún más, logrando que nuestras bocas quedaran a milímetros se distancia.

No le pude contestar, simplemente no me salían las palabras, mi corazón latía a mil por hora y el suyo llevaba el mismo ritmo, lo podía sentir. Su respiración se mezclaba con la mía y nuestros ojos no podían desconectarse.

- Juli, por favor, no - supliqué sobre sus labios pero él pareció ignorar mi comentario ya que me seguía mirando de la misma forma y en ningún momento se alejó de mí.


CAPITULO 51

El resto del día lo pasamos igual, en la pileta, tomando sol, jugando al fútbol, hasta que empezó a oscurecer y algunos de los chicos se fueron ya que tenían otras cosas que hacer, entre ellos Fran, que tenía un cumpleaños familiar al cual me negué a ir a pesar de que me rogara, realmente no estaba preparada para una presentación formal con su familia, pero por suerte me entendió y nos despedimos con un muy, muy tierno beso y abrazo. Me estaba gustando esto, teníamos una relación bastante tranquila, sin problemas, nos divertíamos como si fuésemos amigos y a la vez teníamos nuestros momentos tiernos. Eramos casi perfectos, casi porque, bueno, no era ÉL.

Quedamos solo Pablo, Jenny, Lola, Nico, Julian y yo. Nuevamente las dos parejitas felices y nosotros dos en el medio, situación bastante incómoda. Había sobrado bastante comida del asado del mediodía así que algo de eso íbamos a comer y de paso miraríamos alguna película, mientras tomábamos algo. Hace un par de semanas hubiera dicho "noche de parejas" pero bueno, ahora Julian y yo nada que ver, sobrábamos.

- Parece que otra vez quedamos afuera de la escenita romántica - dijo Juli riendo por lo bajo y lo miré
- Ya estamos acostumbrados, no?
- Ajam - dijo y reí
- Igual ahora que somos amigos no me pone tan incómoda - mentí, obvio que estaba re incómoda
- Claro, re amigos - dijo aguantando la risa y le pegué
- Ubicate Serrano, tengo novio - dije seria y dejó de sonreír
- Ah, ya son novios?
- Bueno, no, pero, ay vos me entendés...
- No, lamentablemente no te entiendo - dijo bajando la mirada y suspiré
- Quiero decir que, por favor, hacémela fácil, estoy con alguien - dije haciendo énfasis en "alguien"
- Si ya se que estás con alguien, no se si me gusta que me lo repitas todo el tiempo, pero te entiendo, y quiero que nos llevemos tan bien como antes de que estuviéramos juntos, es mucho pedir? - dijo y creo que nunca lo había escuchado hablar tan en serio, salvo la otra noche cuando me dijo que me extrañaba
- Perdón, pero a veces no me dejas otra alternativa y te lo tengo que aclarar, y obvio que yo también quiero que nos llevemos bien - dije recuperando la sonrisa
- Calentamos la comida? - preguntó cambiando de tema y asentí.

Fuimos a la cocina a preparar todo mientras los demás seguían en el jardín, chapando a lo loco, tanto que ni se dieron cuenta de que nos habíamos ido. Mientras, con Juli nos reíamos de todo, nos pegábamos jodiendo, y esas cosas que me hicieron pensar que capaz lo mejor hubiera sido ser solo amigos desde el principio, pero bueno por algo pasó todo lo que pasó y la verdad que no me arrepentía de eso, ya que con nadie había sentido todo lo que me hacía sentir él con cada beso, caricia, abrazo, sonrisa, o tan solo con su mirada. Me colgué mirándolo mientras pensaba todo eso y él al parecer se había dado cuenta.

- Qué? Qué tengo? - preguntó riendo y negué con la cabeza
- Nada, no te puedo mirar?
- Sabes qué? - dijo acercándose un poco y levanté las cejas, expectante - me encanta que me mires, pero shh, es un secreto, mira si tu novio se pone celoso - dijo divertido y no pude evitar sonreír como una tarada, obviamente cuando reaccioné le tiré un trapo por la cabeza, no podía perder jamás mi ternura
- Sos un tarado Julian - dije riendo - y todavía no es mi novio - aclaré
- Mejor así - dijo por lo bajo e ignoré su comentario.

Llevamos todo para afuera y comimos los seis entre risas, charlas, y más escenas románticas por parte de ambas parejas, momentos en los cuales con Juli nos mirábamos cómplices y largábamos la risa. Mandamos a los cuatro a lavar los platos ya que nosotros habíamos hecho todo y nos acostamos uno en cada inflable de la pileta, con una botella de cerveza grande la cual nos la íbamos pasando mientras hablábamos de la vida, y filosofábamos, como solíamos hacer antes.

- Ah bueno, creo que estamos interrumpiendo - dijo Lola cuando salió al jardín, seguida por Nico, Jenny, y mi primo
- Ni ahí, estamos hablando pavadas - dijo Juli y asentí
- Y tomando sin convidar - gritó Pablo
- Na olvidate, esta es nuestra, agarren otra de la heladera - dijo peleándolo y lo miré sonriente, no se por qué pero me había dado ternura que haya dicho "nuestra", o simplemente el hecho de que haya querido compartir solamente conmigo algo tan simple como una cerveza.
- Ese es mi equipo - dije extendiendo mi mano para que me la chocara, lo que con dificultad logramos hacer ya que el agua había separado un poco los inflables
- Me gustó eso de equipo, socia - dijo con una sonrisa de oreja a oreja
- Somos invencibles, socio - le contesté con una sonrisa idéntica a la de él.

martes, 25 de febrero de 2014

CAPITULO 50

Nos quedamos horas sentados hablando de todo un poco incluso después de haber terminado de comer. Se había armado un re lindo grupo, a pesar de sentirme un poco incómoda con el tema Julian-Francisco, la estaba pasando muy bien. Cada tanto Fran me daba algún beso, o algo así, y yo intentaba apartarlo de la manera más tierna posible, es que me ponía nerviosa tener a Julian en frente y también me sentía un poco mal haciéndole eso. Por suerte Fran se daba cuenta que no estaba bien y se controlaba. Podía sentir la mirada de Julian fija en nosotros bastante seguido y eso me hacía sentir bastante incómoda, cosa que él parecía disfrutar ya que no paraba de hacerlo. Ayudamos todos a levantar la mesa y nos quedamos tomando sol con las chicas mientras todos se tiraban a la pileta.

- Que carajo es eso de ser "amigos", Oriana? - preguntó Jenny en voz baja y yo reí
- Que tiene de malo? - pregunté y ambas largaron una carcajada
- Se comen con la mirada boluda, lo de "amigos" no te la crees ni vos - dijo Lola y me encogí de hombros
- Él insistió en eso, y no me parece tan mal que nos podamos llevar bien - dije concentrada en Julian que sacudía la cabeza mientras la sacaba del agua
- Ves, no das más, lo amas - dijo Jenny dándose cuenta y le pegué en el hombro
- Callate, lo estaba mirando a Fran - dije riendo, aunque ni yo me la creía
- No entiendo por qué estas con Francisco si querés estar con Julian, te juro que no lo entiendo - dijo Lola y me dejó pensando
- Se pusieron de acuerdo ustedes dos para hacerme sentir mal? - pregunte bastante seria, me había dado cuenta que tenían razón, pero odiaba admitirlo
- Es la verdad amiga, queremos lo mejor para vos - dijo Jenny mirándome a los ojos
- No se que estoy haciendo - confesé - capaz me estoy equivocando, pero estando con Julian no me sentía yo, o sea vivía persiguiéndome por cualquier cosa, insegura, celosa, él me daba motivos para sentirme así. En cambio Fran... es el pibe más tierno que conocí en mi vida, me respeta, me cuida, me trata bien, me quiere, se parte, que más puedo pedir?
- Si toda la razón, pero te falto decir que vos no lo querés, solo te sentís cómoda porque sabes que él si lo hace, eso te hace sentir segura. Pero no podes ser tan egoísta, estas pensando solo en vos, y él? Te pensas que no se da cuenta que no lo querés? Que estando con él solo pensás en Julian? - Jenny siempre me dejaba sin palabras, cómo es que la tenía tan clara?
- Yo, yo sí lo quiero
- Como amigo - dijo rápidamente Lola y negué con la cabeza
- No, lo quiero, me gusta, tal vez no tanto como Julian, pero...
- Pero nada - interrumpió Jenny - pensá bien las cosas antes de apurarte a tomar decisiones
- Ya lo pensé, esto es lo mejor para mí, y para él, se ve que nuestra relación no era tan perfecta como parecía si por un mínimo error se fue todo a la mierda, o no? - dije casi llorando y Jenny me abrazó
- Mientras vos estés feliz... Si fue un error o no, ya te darás cuenta, solo espero que ninguno de los tres salga lastimado - agregó Lola pasando una mano por mi espalda y asentí
- Eu que cuchichean ustedes? - preguntó Julian saliendo del agua todo mojado y sentándose al lado nuestro.

La verdad que no podía disimular lo nerviosa que me ponía cada vez que se acercaba o hablaba, iba a ser una tortura esto.

- Cosas de mujeres - contestó Lola ya que nosotras nos habíamos quedado mudas, y Julian solo asintió, riendo
- No te metes al agua vos? - preguntó mirándome y negué con la cabeza
- Que aburrida - gritó y reí
- Idiota - dije golpeándole el hombro
- Extrañaba eso - dijo sonriendo y creo haberme sonrojado - ya vas a ver lo que te pasa por decirme idiota - dijo agarrándome de ambas manos y arrastrándome hasta el borde de la pileta
- No Juli, por favor no - me quejé intentando zafarme de su agarre pero fue inútil, si que tenía fuerza en esos malditos músculos.
- Tenés miedo, Sabatini? - preguntó agarrándome fuerte de la cintura para no dejarme ir.

No hace falta decir que se me erizó la piel en el instante en que su piel tomó contacto con la mía y mis ojos no podían dejar de mirar los suyos.

- De vos? Para nada, Serrano - contesté desafiante y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro.

Sin dejarlo contestar, lo empujé, pero estaba tan agarrado de mí que inevitablemente caí sobre él. Pude sentir sus manos sobre mi espalda bajo el agua pero en el momento en que salimos a la superficie me soltó, aún con esa sonrisa perfecta.

- Te odio, me las vas a pagar - dije riendo y tirándole agua en la cara
- Eso está por verse - dijo con dificultad por toda el agua que le estaba tirando.

Sentí unas manos rodeando mi cintura por detrás pero definitivamente no era Julian, ya que lo tenía enfrente. Giré un poco mi cabeza para el costado y lo vi a Fran, con su cabeza apoyada sobre mi hombro, dejando un beso allí antes de hablar.

- Todo bien, linda? - me preguntó y lo miró fijo a Julian que ya se le había ido la sonrisa y asentí
- Todo bien, lindo - dije dedicándole una sonrisa y me abrazó aún más fuerte
- Marcando territorio? - preguntó Julian con una sonrisa falsa y le dediqué una mirada asesina
- Cuidando lo que es mio, capo - le dijo muy seguro Fran - creo que vos sabes de eso no? - agregó y Julian quedó callado
- Basta chicos - dije intentando cortar el ambiente tenso que se había formado y Fran me sonrió
- Me das un beso? - susurró en mi oído una vez que Julian se había alejado un poco y no pude evitar sonreír
- Awww sos un tierno - dije sonriendo y lo besé, delicadamente, y abrazándolo por el cuello.

CAPITULO 49

- Cuidate Ori - dijo cuando nos despedimos en la puerta de casa - a la primera que se mande ese pibe me avisas y lo mato, sí?
- Dale tarado, si es más tierno Fran - dije inconscientemente y se le borró la sonrisa - perdón - dije bajito cuando me di cuenta
- No, está bien, igual no me cuentes mucho porque viste como es... soy un amigo bastante celoso - dijo acercándose y dejando un beso en mi mejilla
- Salí Julian - dije riendo y se alejó
- Te voy a estar esperando, hasta que te canses de él - gritó luego de darme la espalda y caminar hasta su auto.

Yo solo sonreí y cerré la puerta, recostándome sobre ella y cerrando mis ojos. No podía parar de pensar si lo que estaba haciendo estaba bien, pero ya había tomado decisiones y no quería lastimar a nadie.

Al otro día me desperté más temprano de lo normal, Fran había quedado en pasarme a buscar para ir a un asado que hacía Pablo en su casa. Me puse un bikini y arriba un short de jean común y una remera corta y suelta, era blanca y con un estampado. Me puse mis vans negras, guardé un par de cosas en mi bolso y salí corriendo de casa en cuanto me avisó que ya estaba afuera.

Dejó un beso corto en mis labios y encendió el auto. En poco tiempo ya estábamos en lo de mi primo. Bajamos un par de bolsas del auto ya que Fran había insistido en comprar algunas bebidas, y nos dirigimos a la entrada de la casa, donde mi primo me recibía con un fuerte abrazo y saludó con mucha buena onda a Fran.

Salimos al jardín y ya estaban algunos chicos en la pileta, entre ellos Lola y Nico, bastante cariñosos y Agus y Maxi que me saludaron de lejos con una enorme sonrisa. Peter y Eliseo ayudaban a preparar el fuego a Pablo, y Jenny estaba a su lado haciendo apoyo moral. Los salude uno por uno y Fran me seguía. Julian todavía no había llegado, por suerte, y Jenny me miro bastante curiosa cuando notó que íbamos agarrados de la mano. Le dije bajito que estábamos saliendo y pegó un grito de emoción que se debe haber escuchado desde la casa del vecino. Fran solo reía, y Jenny nos abrazó para felicitarnos.

Dejamos nuestras cosas y nos dirigimos a la pileta, la verdad que era un día hermoso, hacía mucho calor y estaba ideal para tomar sol, así que me acosté en una reposera luego de ponerme un poco de protector.

- Así no querida - dijo Fran saliendo de la pileta todo mojado y cargándome entre sus brazos
- No, Francisco soltame - grité pero fue en vano, caímos los dos al agua y las risas de todos no pararon en llegar
- Sos un tarado - grité cuando logré salir a la supercie, pero lo vi riendo como solo él sabía hacer y se me fue el "enojo" automáticamente
- Sos tan linda - dijo aún riendo y rodeando mi cintura con sus brazos
- Vos sos lindo - dije corriéndole el pelo para atrás y colgándome de su cuello
- Mmm - fue lo único que salió de su boca antes de darme un beso.

Julian era tan oportuno para aparecer que justo en el medio del beso escuché que los chicos lo saludaban. Me separé enseguida y lo mire, estaba a dos metros más o menos de distancia y no pude evitar ponerme nerviosa, seguro nos había visto.

- Juli - dije en forma de saludo y le sonreí
- Ori - dijo devolviéndome la sonrisa y levantando una mano

A Fran lo ignoró pero a él pareció no importarle mucho eso.

- Por qué tanta buena onda? - preguntó en mi oído
- Hablamos y quedamos como amigos, o algo así - dije sonriendo y ahora yo le di un beso, para demostrarle que nada había cambiado
- Me alegro - dijo cuando nos separamos y volvió a sonreír.

Pasamos un rato más en la pileta, juntos, abrazados hasta que me puse a tomar sol junto a Lola. Creo que las dos nos debíamos una charla y Fran ya se llevaba bastante bien con los chicos, excepto con Julian, así que se puso a jugar al fútbol con ellos mientras se hacía el asado.

- Contame YA que haces con Nico - dije y se empezó a reír
- Y vos contame YA que haces con Fran - dijo imitándome y le conté todo.

Parece que lo de que Nico estaba con otra mina no era tan así y ya habían arreglado las cosas, me alegré tanto por ellos, hacían una pareja perfecta.

- A comer - gritó Jenny cuando estuvo pronto el asado y todos dejamos lo que estábamos haciendo para ayudar a poner la mesa.

Nos pusimos a comer y lamentablemente había quedado frente a Julian, y a Fran lo tenía a mi lado, GENIAL.

lunes, 24 de febrero de 2014

CAPITULO 48

Le corté y bajé las escaleras temblando de los nervios que tenía. Abrí la puerta despacio y quede muda al verlo. Estaba muy lindo, con un pantalón beige y una remera blanca. A pesar de todo seguía sonriendo, quede embobada mirándolo.

- Puedo pasar? - dijo después de un minuto de silencio y miradas entre ambos
- Si - dije cortante y cerré la puerta tras él.

Cuando me di vuelta ya estaba sentado en el sillón, haciéndome señas para que me sentara a su lado. Lo hice pero ni siquiera habló.

- Que me querías decir? - pregunté nerviosa
- Lo mismo que te dije en el mensaje pero cara a cara - hizo una pausa mientras yo lo miraba atentamente - te extraño Ori - dijo finalmente, con los ojos tristes y miré para otro lado, para evitar las lágrimas.
- Basta Juli, no sigas - le supliqué volviendo a conectar nuestras miradas
- Sigo, porque es la verdad - dijo agarrando mis manos y acercándose un poco - te necesito, capaz que me di cuenta tarde, y me mande cagadas, ya se, pero fue de boludo que soy, nunca te quise lastimar Ori, en serio - dijo con los ojos brillosos y los míos se llenaron de lágrimas, jamás me había dicho una cosa así
- Julian...
- Te quiero - me interrumpió agarrando mi cara con ambas manos hasta quedar a un centímetro de distancia
- Estoy con Fran - susurré apoyando un dedo sobre sus labios, evitando que me besara.

Su cara se transformó al instante, y una lágrima comenzó a caer por mi rostro.

- Qué? - preguntó aún bastante cerca y sin dejar de mirarme a los ojos
- Que estoy en algo con Fran, saliendo, o como le quieras decir - dije y se apartó de mí
- Soy un imbécil - gritó agarrándose con fuerza la cabeza
- Perdón - susurré en su oído, y apoyé una mano en su hombro - no quería que te enteraras así - agregué y levantó la cabeza para mirarme.

No pude distinguir si tenía enojo, odio, decepción, tristeza, o todo eso junto.

- Hace cuanto?
- No importa eso - dije intentando cambiar de tema
- Quiero saber - insistió y suspiré
- Venimos hablando desde la semana en que nos peleamos, pero, desde hoy - dije y asintió, dolido
- Te felicito - hizo una pausa - pero nosotros vamos a terminar juntos, te lo aseguro - dijo apuntándome con el dedo
- Basta Julian
- Bueno, pero por lo menos podemos ser amigos mientras estas con ese boludo? - dijo después de un silencio bastante prolongado y me mordí el labio
- Amigos? - pregunté largando una risa
- Amigos - contestó con una sonrisa
- No se si es lo mejor - dije dudando y me golpeó en el hombro, como en los viejos tiempos
- Dale boluda, no digo ser mejores amigos, solo que haya buena onda así ninguno la pasa mal o se siente incómodo con el otro, te va? - dijo extendiéndome la mano
- Mmm, está bien - dije sonriendo y agarrándole la mano, aceptando.

No se si estaba bien esto, en realidad estaba bastante mal, cómo iba poder estar cerca de él y ser "amigos"? Pero bueno, después de la noticia que le había dado, qué me costaba darle el gusto con eso? De todas formas quería que haya buena onda, aunque muriera por estar con él. Supongo que el orgullo puede más.

domingo, 23 de febrero de 2014

CAPITULO 47

"Me gustas, en serio", justo esa frase tenía que usar? Esa misma frase que usó Julian hace ocho años cuando éramos chicos, justo esa? Mi sonrisa se borró automáticamente y tuve que contenerme para no llorar, esa frase había removido absolutamente todos mis sentimientos y recuerdos.

- Te quedaste muda - dijo rascándose la cabeza, con nervios
- No, es que - dije también un tanto nerviosa y sacudí mi cabeza para que todos esos recuerdos e incluso Julian abandonaran mis pensamientos al menos por un momento - vos también me gustas - dije no muy convencida y sonrió de oreja a oreja
- Mira yo no te quiero presionar, pero tengo ganas de intentar algo con vos, te prometo que te vas a olvidar de ese tarado, por favor dame una oportunidad - dijo mirándome a los ojos, serio
- Eh... si, no se, podríamos intentarlo - dije forzando una sonrisa, es que no estaba segura si lo que estaba haciendo era lo correcto, ni estaba segura de querer olvidar a Julian
- No te vas a arrepentir - dijo más sonriente aún y me besó, con más intensidad que las otras veces.

- Mmm bueno, me voy yendo - dije intentando separarme de aquel beso y el asintió
- Te quiero - dijo dándome un cálido beso en la frente y sonreí
- Yo... también - susurré y bajé del auto, en dirección a mi casa.

Subí a mi cuarto, me acosté en la cama, aún vestida, y saqué mi celular del bolsillo. Recién en ese momento me acordé que no le había respondido el mensaje a Julian y me decidí a hacerlo. Bueno, en realidad no sabía que decirle, y menos después de lo que acababa de pasar con Fran, se suponía que estábamos saliendo ya? Cómo se lo explicaba a Julian? Me iba a odiar de por vida. Suspiré y escribí.

"Tenés razón, tendríamos que hablar" - intenté ser lo más cortante posible, en el fondo seguía enojada por lo de ayer.

Alrededor de quince minutos después, me estaba sonando el celular, era una llamada de Julian. Mierda, qué le iba a decir?

- Hola - dije de mala gana
- Abríme Ori
- Qué? - pregunté con el ceño fruncido
- Estoy en la puerta de tu casa, tenemos que hablar - dijo y mi corazón empezó a latir más fuerte, que hacía acá?

CAPITULO 46

Al otro día amanecí demasiado confundida. Me dolía muchísimo la cabeza y todo me daba vueltas. Me senté despacio y al darme cuenta que no recordaba nada, me volví a tirar en la cama, no daba más. A los diez minutos más o menos entro mi hermana con una taza y galletitas y al ver que estaba despierta se sentó en el borde de la cama, mirándome con curiosidad.

- Querés una? - pregunto extendiendo la mano
- Mmm no, si como algo vomito - dije casi en un susurro y Titi largó una carcajada
- Tuviste una mala noche, no? - preguntó aún entre risas
- Sos graciosa eh, no se, no me acuerdo - dije sosteniendo mi cabeza e intentando hacer memoria, pero no, nada, solo recordaba haber hablado con Fran cuando recién empezaba la noche.
- Uh estas arruinada, te traigo algo para el dolor de cabeza? - preguntó preocupada y asentí.

Se fue y al rato volvió con una pastilla y un vaso de agua enorme, el cual me lo tome todo de una, tenía una sed increíble.

- Gracias - dije luego y me sonrió
- Te dejo descansar - me dijo parándose - le digo a mamá que no tenés hambre, mejorate - agregó abriendo la puerta y volví a cerrar los ojos cuando la vi desaparecer tras ella.

Me desperté finalmente a eso de las cuatro de la tarde, se me había pasado bastante el dolor de cabeza pero seguía con un poco de resaca. Busqué el celular entre mis cosas y llamé enseguida a Lola.

- Ori, como andas? - preguntó cuando atendió
- Más o menos, pero para, te tengo que hacer una pregunta
- Decime
- Me podes contar que hice anoche? No me acuerdo de nada - dije un poco nerviosa y la escuché reír del otro lado
- No se que hiciste, solo te vi hablando con Fran, bastante cariñosos - dijo y cerré los ojos con fuerza - me dijo Julian que te vio yéndote con él, en serio no te acordás?
- Que Julian qué? Me vio con Fran? - pregunte bastante alterada
- Si, eso me dijo, tenía una cara... - dijo y hubo un silencio, en el cual me vinieron unos flashes de la noche anterior, más específicamente del beso con Fran.

Mierda, lo había besado. Cómo? Cuándo? Dónde? Por qué? No tenía respuestas, solo recordaba el momento del beso y después nada más.

- Estas ahí? - preguntó Lola
- Si, es que me acordé de algo - dije con la voz entrecortada
- Qué? - gritó prácticamente
- Tengo flashes nada más, pero creo que lo besé a Francisco - dije y agradecí que no me estuviera viendo porque me cargaría de por vida por lo roja que me había puesto
- Me estás jodiendo? - preguntó gritando aún más
- No boluda, me quiero matar - dije agarrándome la cabeza con la mano que tenía libre
- Wow - hizo una pausa - por qué? Tan mal estuvo?
- No tarada - dije riendo por primera vez - pero es Fran, y no es Julian, no se, me parece que me mande tremenda cagada
- Ori, Julian se portó bastante mal con vos, no tenes que sentirte culpable por nada, aparte no estan juntos, podes hacer lo que quieras - me dijo y me relajé un poco
- Tenes razón... Igual no se con que cara mirar a Fran ahora
- Bueno no se, pero relajate, ya pasó, ahora si querés hablalo con él y si no querés, no.
- Gracias amiga, voy a ver que hago, hablamos después, te quiero - dije un poco más aliviada
- No se agradece, suerte, te quiero más - dijo y sonreí antes de cortar.

Me quedé mirando el celular por un rato hasta que me decidí, le iba a hablar a Fran.

"Podemos hablar en algún momento? Creo que lo necesito" - le mandé por whatsapp y me acosté en la cama esperando a que me responda.

A los cinco minutos me sonó el celular, salté ansiosa pero no era su respuesta, sino que era un mensaje de Julian. Temblé antes de abrirlo.

"Tenemos que hablar Ori. Estuve mal ayer, ya se, pero tampoco para que te fueras con otro pibe en mi cara. No se que más hacer, te juro que te extraño"

Se me calló una lágrima cuando leí la última frase y no pude evitar sentirme mal por él. Me dice que me extraña y yo comiéndome a otro pibe. Soy la peor. No le contesté, no sabía que hacer, ni que decirle. Primero prefería hablar con Fran, así que cuando me contestó arreglamos para vernos esa noche. Me propuso ir a comer a Mc Donalds, bueno, cómo resistirme a una invitación así?  En definitiva nos debíamos una charla.

Me bañé, me cambié y bajé un rato con mi familia, no los había visto en todo el día así que aproveché a pasar un rato con ellos antes de que Fran me pasara a buscar.

A eso de las nueve de la noche, sonó la bocina de su auto y me despedí de todos, avisando que no me esperaran para comer.

- Hola linda - dijo cuando me subí al auto
- Hola Fran - dije acercándome para saludarlo, pero el corrió la cara y el beso fue en los labios.

Fue corto, me aparté enseguida, un poco confundida y él lo notó.

- Perdón, pensé que...
- No, está bien - dije interrumpiéndolo y sonrió levemente.

El viaje fue un poco incómodo, ninguno de lo dos dijo nada, pero por suerte llegamos rápido al lugar. Él hizo la fila para pedir la comida mientras yo buscaba lugar para sentarnos. Me senté en la última mesa, contra la ventana, mirando para afuera mientras pensaba qué decirle a Fran. Al parecer él se había hecho algunas ilusiones, y no quería hacerle mal. Reaccioné cuando se sentó frente a mí con la bandeja y esos hoyuelos que, bueno, ya saben, me pueden.

- De qué querías hablar? - preguntó en un momento
- Em... de ayer, no recuerdo casi nada, bueno solo me acuerdo del beso - dije con un poco de vergüenza
- Cual de los dos besos? - dijo y levanté una ceja sin entender nada
- Cómo cual de los dos? El nuestro, cuál otro? - dije mirándolo fijo.

Se puso un poco nervioso, al parecer no quería contarme pero lo hizo, me contó todo lo que había hecho Julian y ahí entendí el mensaje que me había mandado. Lo odié, pero bueno yo también me había mandado una cagada. Le pedí que no me recordara más a Julian y la noche siguió tranquila, terminamos de comer entre risas y la verdad que la estaba pasando mejor de lo que había imaginado. Salimos y cuando llegamos al auto, antes de entrar, se paró atrás mío, haciéndome girar para mirarlo. Estaba serio, un poco nervioso y no me salió otra cosa que reírme, me daba ternura y gracia a la vez.

- Que pasa? - dije aún sonriendo y me recosté un poco contra la puerta del auto, mirándolo a los ojos.

No me contestó, se acercó un poco más y apoyó sus manos en mi cintura. Mis nervios aumentaron enseguida, fruncí el ceño y él seguía con la misma cara. Prácticamente en cámara lenta acercó su rostro al mío y unió nuestros labios, nuevamente. Le seguí el ritmo, lento, pausado, y apoyé una mano en su hombro y la otra en su nuca para acercarlo un poco más a mí. No se que estaba haciendo, pero era lo que sentía en ese momento, no quería soltarlo, me transmitía paz con cada uno de sus besos, y sus abrazos. En un momento le mordí muy suave su labio inferior lo que provocó que ambos sonriéramos en la mitad del beso. Abrimos los ojos aún sonriendo y lo miré a los ojos, que lindo que era, realmente. Me separé de él un poco tímida y me dio un beso en la mejilla antes de abrirme la puerta para que subiera. Él hizo lo mismo y al cabo de diez minutos ya estabamos en casa. El camino había sido nuevamente bastante silencioso, pero esta vez él no paraba de sonreír.

Todo lo que pasaba por mi mente en ese momento, era Julian.

- Llegamos - dijo mirándome - pará - gritó cuando vio que me estaba por bajar del auto
- Qué? - pregunte confundida
- Quiero decirte algo más - hizo una pausa - pero no se como... como decírtelo
- Dale tonto, habla - dije riendo
- Bueno es que... Ori... - hizo otra pausa y suspiré
- Si... - dije expectante
- Me gustas, en serio - dijo con un poco de vergüenza y me paralicé.

viernes, 21 de febrero de 2014

CAPITULO 45

Baje las escaleras como pude y cuando voy a salir al jardín me encuentro con Francisco. Me miraba raro, seguramente mi cara estaba delatando lo mal que me sentía en ese momento. No lo dudé ni un segundo y me colgué de su cuello, abrazándolo muy fuerte. Las lágrimas no tardaron en caer, y él solo acariciaba mi pelo mientras pedía que me calmara.

- Que pasó Ori? - preguntó preocupado
- Por favor sacáme de acá, ya - le supliqué inundada en lágrimas
- Qué? - preguntó sorprendido separándose de mí
- No quiero estar más acá, por favor llevame a mi casa
- Esta bien tranquila - hizo una pausa - no traje el auto, pero vamos en taxi
- Si, si, por favor - dije agarrando su mano y empujándolo hacia la puerta de entrada.

Él no entendía mucho lo que estaba pasando pero me daba ternura que aún así me acompañara y me bancara. Se detuvo a abrir la puerta con llave y mientras lo hacía me di la vuelta, me sentía observada y sí, ahí estaba él, Julian, al borde de la escalera, con los brazos cruzados sobre su pecho, mirándonos fijo. Giré rápidamente mi cabeza hacia donde estaba Fran cuando logró abrir la puerta y antes de cerrarla pude ver a Julian dándole un golpe con el puño cerrado a la pared y automáticamente cerré los ojos, me había dolido hasta a mí.

Nos sentamos en los escalones de afuera mientras Fran pedía un taxi, no tenía fuerzas para hablar así que simplemente apoyé mi cabeza sobre su hombro y él me abrazó. Así nos quedamos por unos minutos, en silencio, hasta que llegó el taxi y él se paró rápidamente, extendiendo su mano para que lo siguiera. El viaje fue corto, no era tan lejos mi casa, me bajé luego de que Fran pagara e insistí en subir a buscar plata pero me lo prohibió.

- Cuidate Ori, cualquier cosa me llamás, estoy para lo que necesites - dijo sosteniendo con ambas manos mis hombros
- Qué? Ya te vas?
- Y si, vivo acá a la vuelta, en cinco minutos ya estoy en casa - dijo sonriendo
- Genial, igual me refería a que te podías quedar un rato, si querés...
- Prefiero que no, estas mal y no te quiero invadir, necesitas descansar - dijo acariciando mi mejilla y sonreí, por primera vez luego de lo sucedido con Julian
- No Fran, necesito hablar con alguien, aunque sea cinco minutos, por favor - dije y asintió con la cabeza.

Noté que estaba un poco incómodo al venir a casa así que aprovechando que hacía calor, le sugerí que nos sentáramos ahí afuera, en un banco que había y él aceptó. Le conté todo lo que había pasado con Julian, no se por qué pero le tenía confianza, me gustaba como me escuchaba y aconsejaba, siempre tenía las palabras justas. Le dije la verdad, que me había sentido usada, que Julian había hecho todo eso para "marcar territorio" por así decirlo y sólo porque vio una posible competencia en Fran. Como que necesitaba sentir que me perdía para reaccionar, y eso me había molestado muchísimo.  Descargué toda mi bronca con Fran y al cabo de unos minutos ya me había relajado y aliviado. Nos quedamos hablando un rato largo, ya habíamos cambiado de tema y hasta me había vuelto a reír. El cielo empezó a aclararse y recién ahí nos dimos cuenta de que estaba amaneciendo, perdí la cuenta de la cantidad de horas que habíamos estado hablando y realmente me sorprendí.

- Como que ya me tendría que ir yendo no? Se nos hizo un poquito tarde - dijo sonriendo y asentí
- Gracias, por todo, en serio - dije parándome y él hizo lo mismo
- No me tenés que agradecer nada - dijo sosteniendo mis manos - cuando me necesites yo estoy, sabes? - asentí sonriendo y él se acercó y me dio un beso en la frente, aún con nuestras manos agarradas las cuales caían a nuestros costados.

Cerré los ojos por unos segundos y cuando él se separo, como por impulso, aprovechando la cercanía, atrapé sus labios con los míos. No se resistió mucho y me siguió el beso, el cual, a diferencia del de Julian, era suave, lento, y tierno. Separé nuestras manos para rodear su cuello con una, acariciándole el pelo y con la otra lo sostuve firme por la nuca. Él solo rodeó mi cintura y deposito sus manos en algún lugar de mi espalda. Nos separamos por un segundo pero la sonrisa que hizo me impulsó a besarlo de nuevo, dispuesta a no soltarlo hasta que me quedara sin aire y no tuviera otra opción. Eran sin dudas diferentes a los besos de Julian, simplemente porque los besos no se pueden comparar entre sí, y las personas tampoco. Obviamente no sentí lo mismo que con él, es que lo que me pasaba con Julian era algo de otro mundo, prácticamente insuperable, pero no puedo negar que me gustó, y me gustó bastante. Y así nos quedamos, abrazados, besándonos, con el amanecer como único testigo.

CAPITULO 44

- Que quisiste decir? - preguntó luego de un silencio un tanto incómodo
- Lo que escuchaste, ya me puedo ir? - dije levantando ambas cejas y negó con la cabeza
- No hasta que no me digas que onda con ese pibe
- Toda la onda, conforme? Chau! - dije y le di la espalda para abrir la puerta.

Bufó y no dijo nada, pero en el instante en que abrí la puerta se abalanzó sobre mi y la volvió a cerrar, dejándome nuevamente acorralada entre la puerta y su cuerpo.

- Julian no vas a lograr nad... - y no pude terminar de hablar que ya lo tenía sobre mi, callando mis labios con los suyos y generándome esa adrenalina que tanto me gustaba.

Al principio no reaccioné, de verdad no lo esperaba, fue raro mantener los ojos abiertos por unos segundos teniendo a Julian entretenido con mi boca así que no hice más que cerrarlos y dejarme llevar. Le seguí el beso apoyando mis manos sobre su espalda mientras el sostenía con ambas manos mi cara, con fuerza y posesión. El beso ya estaba bastante subido de tono al momento en que me separe solo un poco porque me estaba quedando sin aire. Ambos teníamos la respiración agitada, me limité a mirarlo a los ojos y el sonrió, victorioso. Me corrió el pelo y se acercó a mi cuello, dejando un cálido beso en él que me puso la piel de gallina y antes de volver a mirarme se detuvo cerca de mi oído.

- Estoy seguro que ese tal Fran no te hace sentir ni la cuarta parte de lo que sentís ahora, ni se te eriza la piel como cuando yo te doy un beso - susurró y cerré los ojos con fuerza y rabia.

Se alejó y me volvió a mirar con esa sonrisita de ganador que no tardé en borrársela de la cara con el golpe que le di.

- Imbécil - dije apretando los dientes con bronca y él volvió a mirarme, apoyando su mano en su mejilla y haciendo un gesto de dolor
- No Ori, para - gritó cuando me vio abrir la puerta pero salí caminando lo más rápido que pude, no lo quería seguir escuchando por nada del mundo.

jueves, 20 de febrero de 2014

CAPITULO 43

Cerré la puerta con tranca y me senté en el piso, o me tiré mejor dicho, apoyándome contra la bañera y escondiendo mi cabeza entre mis brazos. Un montón de imágenes y pensamientos invadieron mi mente, todo lo ocurrido con Julian, lo de Sabrina, también el hecho de estar en la misma casa que él y no dirigirnos la palabra. Recordé el casi beso con Francisco y me sentí bastante apenada, por él, por Julian, y por mí. Creo que si no hubiera tomado, no hubiera sentido esa necesidad de besarlo, o de estar cerca de él, y si no estuviera dolida por lo de Julian, tampoco. No esperaba volver a verlo tan pronto, no me había mentalizado de que lo iba a ver esa noche, tal vez por eso no supe como reaccionar cuando lo vi. Quería desaparecer en ese mismo momento, o quedarme encerrada en ese baño hasta que todos se fueran. No quería ni podía volver afuera y tener que verlos a los dos. Realmente no sabía que hacer, no me sentía preparada aún para hablar con Julian, pero tampoco me parecía muy correcto que él me viera con Fran, me puse por un momento en su lugar y yo me hubiera muerto si él invitaba a Sabrina, o a cualquier otra mina.

El mundo me daba vueltas, sentía que todos los objetos giraban a mi alrededor y me maldije por haber tomado tanto. Tres golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. No dije nada, ni siquiera me moví.

- Ori estás ahí?
- Si - grité con las pocas fuerzas que me quedaban
- Estás bien?
- Si, no te preocupes Lola, ya salgo - dije parándome con dificultad y torpeza
- Bueno, cualquier cosa avisame - dijo preocupada y luego la escuché alejarse.

Me lavé un poco la cara porque tenía todo el maquillaje corrido y agarré mi cartera para retocarme, por suerte nunca salía a la noche sin un rímel y base, nunca se sabe lo que puede pasar... En menos de diez minutos estaba pronta, intacta, como si nada hubiera pasado.

Abrí la puerta y salí bastante apurada, sin imaginar que en el otro sentido alguien vendría a la misma velocidad que yo y nos chocaríamos.

- Ay idiota, fijate por donde caminas - grite agarrándome la frente, había sido fuerte el golpe
- Perdón Ori, no te vi, estás bien? - preguntó en un tono bastante preocupado.

Su voz me estremeció, había olvidado lo linda que era y la paz que me daba escucharlo hablar. Hacía dos semanas que no lo tenía tan cerca y no pude controlar mis nervios.

- Estoy bien - dije casi tartamudeando
- Segura? - preguntó y por primera vez desde el "choque" lo miré a los ojos.

No puedo describir lo que sentí, un tornado de mariposas en mi interior, mi corazón latiendo acelerado, a punto de salirse de mi pecho, y mi voz entrecortada de los nervios.

- Si Julian, ya está - dije amagando a irme pero su mano sosteniendo mi brazo me frenó.

Giré mi cabeza para verlo y de un segundo a otro, Julian me estaba arrastrando hasta el baño. Cerró la puerta con tranca y me acorraló contra ella, llevó mis manos a ambos costados de mi cabeza, apoyándolas contra la puerta y poniendo las suyas arriba, encerrándome entre sus brazos y mirándome fijo.

- Que haces? Estas loco? - pregunté en voz baja, quise gritar pero al tenerlo tan cerca no pude.

No podía moverme, me tenía completamente agarrada y ya no tenía fuerzas para alejar sus manos de las mías. El contacto me gustaba, pero me daba miedo su actitud, creo que nunca lo había visto así. Su mirada era... distinta.

- Julian me estás lastimando, soltáme - le supliqué
- Por que me haces esto? - preguntó ignorando mi pedido y suspiré
- No te hice nada - dije finalmente y me dedicó una sonrisa irónica
- No me hiciste nada? Y qué se supone que era lo que hacías con ese pibe? - dijo elevando el tono de voz
- Ese pibe, como vos decís, se llama Fran y me respeta, no como vos, no le llegas ni a los tobillos - dije viendo como se le transformaba la cara, y por alguna extraña razón me estaba gustando provocarlo
- Ah bueno - dijo fingiendo una sonrisa - ese ni arranca al lado mío - agregó acercándose más a mí hasta el punto de juntar su frente con la mía
- No te das una idea de como arranca - dije riendo y se separó enseguida, soltando mis manos y mirándome con odio.

No se por qué me estaba riendo, era un momento tenso pero lo estaba disfrutando, le iba a hacer pagar de alguna forma que me haya boludeado con Sabrina.

CAPITULO 42

Lo último que vi antes de cerrar los ojos fueron sus labios, a muy poca distancia de los míos. No se si era por el alcohol, el despecho por Julian, o porque Fran un poco me gustaba, pero ya estaba entregada, así que cerré mis ojos esperando que él avanzara. Lo único que sentí luego de eso, y que me erizó la piel al instante, fue un beso sentido que me dio en la frente. Sí, en la frente. Abrí los ojos de a poco para corroborar que esto de verdad estaba pasando y me encontré con su sonrisa, y sus hoyuelos. Me miraba un poco apenado y la verdad es que cada vez entendía menos.

- Me explicas? - dije riendo y él hizo lo mismo
- No me voy a aprovechar de que estas triste, de que tomaste un poquito bastante y de que le querés dar celos al pibe este - dijo con mala cara
- No le quiero dar celos a Julian - dije mirándolo serio a los ojos
- Bueno suponiendo que te creo - dijo e hizo una pausa - si pasa algo quiero que sea porque vos querés, no para olvidarte de otro
- Sos real Francisco?
- Si - rió - por qué?
- Porque sos muy tierno, en serio - dije y sonrió
- A veces no alcanza con eso - dijo encogiéndose de hombros
- Y a veces sobra con eso - no pude contenerme más así que lo abracé. Fuerte, muy fuerte, y cerré mis ojos.

No se cuanto tiempo pasó, pero fueron varios minutos los que estuvimos abrazados, yo rodeando su cuello y acariciándole el pelo y él mi espalda. Fue raro, pero me sentí bien, me generaba algo que no podía descifrar, paz tal vez.

- Gracias - dije finalmente sin separarme
- No me agradezcas, tonta

No pude evitar sonreír y abrí los ojos. Quién me mandó a abrirlos, no? Lo primero que vi fue a Julian. Nos estaba mirando. Jamás me había mirado de esa forma, ni siquiera cuando le quise dar celos con Agustín. Se notaba que tenía bronca, odio, o algo más fuerte que eso. Me cohibí y automáticamente me separé de Fran, el cual me miró extrañado, mi cara no era la mejor.

- Eu que pasó? - preguntó preocupado y negué con la cabeza
- Nada, perdón, ya vengo - dije nerviosa y me paré para dirigirme al baño.

En realidad solo quería estar sola, lejos de la mirada amenazante de Julian y mucho más lejos de la sonrisa de Francisco.

miércoles, 19 de febrero de 2014

CAPITULO 41

Hacía mucho que no lo veía a Fran, desde Diciembre más o menos, así que aprovechamos para ponernos al día y hablar de la vida. Trago va, trago viene, ya estábamos los dos riéndonos de todo y hablando de cualquier cosa. Hasta aproveché mi estado para contarle todo lo sucedido con Julian, creo que estando sobria no me hubiera animado a hablar sobre eso. Él me contó también sobre su ex, por qué habían cortado y esas cosas.

- Cada día estas más buena loca - me dijo en un momento, en medio de una conversación
- Ah bueno - dije riendo para intentar disimular lo roja que estaba - sos un tarado Francisco - agregué, pegándole en el hombro, lo cual también me hizo acordar a Julian, e inevitablemente sonreí
- Sin agresiones por favor, yo solo digo la verdad - dijo dedicándome otra de sus sonrisas perfectas y me quedé embobada mirándolo. Creo que nunca le había prestado tanta atención, nunca lo había visto tan de cerca.

Estábamos ambos sentados en un banco que estaba más apartado de donde estaban todos los chicos, bueno todos menos Pablo y Jenny que ya habían desaparecido. De un momento a otro, no se como pasó pero Fran se encontraba corriéndome los mechones de pelo que caían sobre mi cara. Lo tenía tan cerca que ya sentía su aliento golpeando sobre mi piel. Podía sentir la mezcla del olor a alcohol y el olor de su perfume, ese perfume que era mi punto débil. Sostuvo con delicadeza mi cara con ambas manos y se acercaba de a poco, yo ya tenía mis ojos cerrados pero lo sentía acercarse, cada vez se escuchaban con más fuerza los latidos de su corazón, y su respiración rozaba mis labios. Pero algo nos interrumpió, no se si por suerte o por desgracia.

- Juli - escuché que gritaron los chicos desde lejos y mis ojos se abrieron al instante, a la misma vez que los de Fran, que probablemente haya entendido que se trataba de la misma persona que le había contado minutos atrás.

Mi corazón se detuvo por un momento, aparté mi vista de los ojos de Fran para mirar por encima de su hombro. Me quedé paralizada mirando en aquella dirección. Era él, saludando a los chicos uno por uno. Mi corazón ahora latía a mil por hora, tuve el impulso de llevarme una mano al pecho porque sentía que se iba a salir de su lugar.

- Es él? - preguntó Fran en voz baja y asentí con la cabeza, no me salían las palabras - todavía te gusta no? - agregó y deje de mirar a Julian para volver a conectar mi mirada con la de Fran
- Eh... no, nada que ver - le dije fingiendo una sonrisa. Puso sus ojos en blanco y me sonrió.
- No te culparía por eso, es lógico, sería raro si ya te hubieras olvidado de él - dijo y me encogí de hombros, volviendo a mirar a Julian.

Ya había terminado de saludar a todos, menos a mi, que estaba un poco alejada del resto. Dirigió su mirada hacia donde estábamos y levanto una mano en forma de saludo. Lo imité y él apartó enseguida su mirada de mi.

- Te colgaste Ori - dijo Fran haciéndome volver a tierra, me había quedado mirando fijamente a Julian
- Perdón Fran - dije sonriéndole y puso una cara de ofendido que me dio tanta ternura que tuve el impulso de darle un beso, en la mejilla, obvio.
- Ah bueno, si sabía que me ibas a pedir perdón de esa forma, hubiera aplicado esa estrategia antes - dijo con una sonrisa de oreja a oreja y me devolvió el beso, también en mi mejilla
- Sos un tarado eh - dije despeinándolo y sonriendo

Era increíble como me hacía acordar a Julian, no solo su perfume, sino su forma de ser, sus comentarios, eran del mismo estilo que los de él, sentía que tenían el mismo humor. Sonreí al pensar en eso, creo que por un momento me había olvidado de que Julian nos podía estar viendo. Me había concentrado en Fran, estaba analizándolo, sus gestos, las mil caras que hacía por minuto, su sonrisa que alteraba un poco mis hormonas las cuales me pedían a gritos que lo besara, pero no, mi conciencia me lo prohibía.

- Por qué me miras así? - preguntó luego de un rato
- Por nada, no te puedo mirar?
- Mmm soy irresistible ya lo se - dijo haciendo caras y le pegué
- Si lo sos - dije seria, bueno otra vez el alcohol haciéndome decir cosas que no quería.

Levantó ambas cejas, creo que el tampoco podía creer lo que yo había dicho. Sonrió de costado y se acercó más a mi, quedando nuevamente a centímetros de distancia. Sus ojos estaban clavados en los míos, mientras posaba sus manos en mi cintura para acercarme más a él. Bajé la mirada hacia su boca, no podía creer estar así de cerca con un chico que no fuera Julian y aún así sentir la necesidad de besarlo. Qué me estaba pasando?

CAPITULO 40

Ya habían pasado dos semanas desde ese día y desde entonces no había vuelto a ver a Julian. Me llamó los primeros días pero después ya no, se ve que se había cansado de que no lo atendiera ni respondiera sus mensajes. Simplemente me quería olvidar de él, aunque dudo que eso sea posible. Les conté todo lo sucedido a las chicas y venían todos los días a casa para hacerme el aguante, o planeaban salidas y cosas para distraerme. Con Lola nos entendíamos, estábamos en la misma situación, aunque ella no se tomaba tan en serio lo de Nico, al parecer estaba enganchada, pero hasta ahí nomas. Ambas insistían con que me tenía que enganchar con otro para olvidarme de Julian pero ni siquiera me sentía preparada para eso, hasta habían pensado en Francisco, un amigo del colegio. Lo conocíamos hace años y según ellas, yo le gustaba. Obvio que nada que ver, teníamos una buena relación, pero como amigos. Habíamos estado hablando bastante estos días por whatsapp con Fran y las chicas estaban tan insistentes con el tema que no me quedó otra que invitarlo a la casa de Pablo. Esa noche nos íbamos a juntar todos en la casa de mi primo, iba a ser como un reencuentro del verano, ya que no nos habíamos juntado más. Supuse que Julian al estar peleado conmigo no iría entonces les hice caso a las chicas y lo invité a Fran, era más que nada para darle el gusto a ellas, pero igual me divertía que fuera, de verdad nos llevábamos muy bien. No lo voy a negar, la verdad que está muy bueno Fran, siempre me pareció lindo, pero ahora con todo el tema de Julian no creo que pueda volver a engancharme con ningún otro que no sea él.

- Les gusta? - pregunté mientras me probaba un conjunto para la noche
- Diosa - gritó Lola y reí - cuando te vea Fran se muere - agregó y le tiré una remera por la cabeza para callarla
- Que linda Ori - opinó Jenny y le sonreí.

Me había puesto una pollera negra, suelta y bastante corta y un top. Se me veía apenas unos centímetros de piel por arriba de la pollera, la cual tapaba un poco más que el ombligo. Genial, Julian odiaba que me vistiera así o que se me viera la panza, así que me iba a encargar de sacarme muchas fotos esa noche para que las vea y se quiera matar. Bueno, siempre de una manera u otra terminaba pensando en él, hasta cuando elegía la ropa para salir. Con las chicas nos maquillamos, peinamos y nos dirigimos a lo de Pablo, en taxi, porque seguramente íbamos a tomar las tres.

- Primito - grité cuando Pablo abrió la puerta y me tiré sobre él, abrazándolo. Lo extrañaba y seguramente en minutos nada más se iría con Jenny y ni bola me iba a dar
- Ori - dijo riendo
- Eu soltando que es mío - dijo Jenny atrás de mi para luego acercarse y darle un beso a su... novio? Bueno, no se que eran, pero era la única pareja que había durado aunque sea un mes y los admiraba y envidiaba un poco por eso.

Saludamos a todos y con Lola nos sentamos a hablar con los chicos. Ella estaba nerviosa porque estaba Nico y yo aliviada de no haber visto a Julian, agradecí que no haya querido venir, no estaba preparada para volver a verlo.

- Y Fran? Cuando viene? - preguntó Lola en un tono de voz bastante elevado
- Quien es Fran? - preguntó Maxi sin entender
- Un amigo que le tiene ganas a Ori y bueno va a venir - dijo sonriendo y la fulminé con la mirada
- Callate Lola, es un amigo nada más - aclaré
- Pero vos no estabas con Julian? - preguntó Agus y Lola le pegó por nombrármelo
- Ya no - dije poniéndome seria y Agus puso cara de haber metido la pata hasta el fondo
- Perdón Ori, no sabía - dijo todo tierno y le sonreí.

En eso me llegó un whatsapp de Fran y me alejé para leerlo.

"Ori estoy afuera, me abris?"

Le pedí las llaves a Pablo y fui corriendo a abrir la puerta.

- Fran - grité un tanto efusiva cuando lo vi y me abrazó sonriendo. El olor de su perfume me atrapó y, mierda, usaba el mismo maldito perfume que Julian.
- Que linda que estás - dijo una vez que nos separamos
- Gracias! Vos también estas muy lindo - dije mirándolo atentamente.

De verdad estaba muy lindo, con un jean blanco, una camisa a cuadros con unos botones desabrochados que dejaban ver el rosario de madera que colgaba de su cuello y una sonrisa gigante que lo hacía aún más lindo.

- Pasá - dije rompiendo el silencio y él me siguió hasta el jardín donde estaban todos - chicos el es Fran - dije y todos giraron para vernos
- Hola - dijo un poco tímido y todos lo saludaron.

Nos sentamos juntos, Lola se sentó del otro lado y no paró de hacerle preguntas incómodas. Pero bueno, gracias a ella me estaba enterando que hace poco había dejado con la novia, que desde entonces no había salido con nadie y que no buscaba nada serio.

- Ay están en la misma, Ori tampoco busca nada serio - dijo Lola y le dediqué una mirada asesina
- Mira vos, que coincidencia - dijo Fran riendo, seguro había captado la indirecta de mi amiga.

Le sonreí un poco tímida y él me devolvió la sonrisa. No se por qué pero me estaba volviendo adicta a su sonrisa, y a los hoyuelos que se le formaban cuando lo hacía.


martes, 18 de febrero de 2014

CAPITULO 39

Giró la silla para quedar de frente a mi y apoyó sus manos sobre los posa brazos, dejando caer todo el peso de su cuerpo allí y acorralándome entre sus brazos y sus músculos que estaban más marcados que nunca. Sí, no pude evitar mirarlos, es que está tan bueno. Mi cara creo que hablaba por mí, en ese momento tenía una mezcla de bronca, decepción, miedo ante su reacción y sobre todo una gran confusión. Me miraba serio, amenazante, fijo a los ojos, como esperando mi respuesta, pero lo tenía tan cerca que no podía pensar, ni hablar.

- Nada Julian, salí - dije nerviosa intentando empujarlo aunque no quería que se alejara de mí
- Te escuché - dijo sosteniéndose más fuerte aún
- Te felicito - dije rápidamente con una sonrisa irónica - ahora te podes ir
- No me voy a ir hasta que me digas por qué lo dijiste, y por qué me tratas así!
- Entonces te vas a tener que quedar porque no te voy a decir nada - dije y sonrió
- Gracias por la invitación, me quedo encantado, pero decime dale
- No, que denso que sos eh - dije mirando para el costado, aguantando la risa por su comentario.

No le quería contar mis sospechas porque tenía miedo de saber la verdad. Ya se, soy una tarada, pero me dolería mucho más tenerlo en frente y que me diga "si Ori, estoy con otra", me aterraba imaginar ese momento. Baje la cabeza y él ni siquiera se movió de donde estaba.

- Ori miráme - dijo finalmente después de un silencio un tanto prolongado y levanté la cabeza - decime por favor lo que te esta pasando, me preocupa - dijo mirándome a los ojos
- No me gusta que traten de boluda, ni que me mientan - dije con los ojos llenos de lágrimas, conteniendo las ganas de darle un beso o de darle una piña, sí, su proximidad me generaba sentimientos un tanto raros y contradictorios.
- No entiendo, yo nunca te trate de boluda - dijo secando una lágrima que comenzaba a caer por mi rostro
- Pero me mentís, y eso me hace sentir así - dije sacando su mano, no podía soportar que me tocara.

Se arrodilló en el piso en frente mío, apoyado sobre sus pies y sosteniendo mis manos entre las suyas. Su mirada no se despegó en ningún momento de la mía.

- No te miento Ori - dijo apretando mis manos suavemente
- Basta, no me sigas mintiendo, aunque no parezca o aunque me haga la boluda, me doy cuenta de las cosas - dije elevando el tono de voz - si no me mentís entonces explicame que carajo hacía una mina en tu departamento hoy, cuando supuestamente estabas estudiando con tu amigo de la facultad - dije con bronca y su cara cambió en un instante, claramente se había puesto nervioso.
- No, Ori... yo...
- No la embarres más, andate por favor
- No, escuchame, no es como vos pensás, tiene una explicación - dijo un poco alterado
- A ver, cuál?
- Tenés razón, te mentí, pero fue para que no te enojaras, supuse que te ibas a poner celosa si te decía que estaba estudiando con Sabrina. Estábamos... estudiando, nada más, en serio - parecía sincero, pero realmente no sabía si creerle
- Así que la mina que me abrió la puerta era Sabrina, mucha confianza tiene no?
- Qué? Te abrió la puerta? Estuviste en casa? - preguntó desconcertado y asentí - no me dijo nada, perdón, seguramente yo me estaba bañando en ese momento
- Que casualidad, justo te bañas cuando esta tu amiguita en tu casa - dije y negó con la cabeza
- No seas pendeja, te estoy hablando en serio, creeme!
- Parece que soy muy pendeja para vos - hice una pausa mientras él me miraba atentamente - no se si quiero esto Julian, me hace mal
- No Ori, no digas eso, perdonáme - dijo acercándose y tomando mi cara con ambas manos, para luego chocar su frente con la mía.

Cerré mis ojos con fuerza mientras algunas lágrimas caían y nos quedamos por un rato así, en silencio, con los ojos cerrados y a pocos centímetros de distancia. Dejó un beso sentido en mi mejilla y salió por la puerta, dejándome ahí sentada, aún con los ojos cerrados y llena de lágrimas.

CAPITULO 38

Llegué a casa y subí las escaleras corriendo, mis padres estaban sentados en el living y no estaba de humor para que me hicieran preguntas o que se dieran cuenta de que estuve llorando. Me encerré en mi cuarto y me dejé caer en la cama. No estaba triste, estaba enojada, ya no quería llorar, solo matar a Julian y a la mina esa.

Al rato sonó mi celular, no era un mensaje sino una notificación, de instagram. Recordé que mientras andábamos en rollers con las chicas, nos sacamos una foto y la subí. Tenía un par de likes, entre ellos el de Julian. Mierda, había visto la foto. A los cinco minutos me escribió en whatsapp.

"Voy a tener que marcar territorio, no puede ser que salgas así vestida a la calle"

"No tiene nada de malo Julian, fui a andar en rollers, qué querías que me pusiera? Una túnica?" - le contesté aunque planeaba no hacerlo, en cualquier otro momento me hubiera gustado que sea celoso, pero justo hoy no.

"Mmm bueno solo cuido lo que es mío"

"No soy tuya"

"Si sos"

"No, punto. Entendelo de una vez!"

"Uh bueno, como digas, definitivamente hoy no es tu día"

Obviamente no le contesté, quien se cree que es para decirme eso? Juro que si lo tengo en frente lo mato. Me quedé dormida de tanto pensar y me desperté con mamá que golpeaba con insistencia la puerta del cuarto.

- Qué? - grité sin ganas
- Está Juli abajo, esperándote hace como media hora - me respondió en el mismo tono y salté de la cama
- Me estás jodiendo? - dije desesperada abriéndole la puerta
- No mi amor, esta sentado en el living esperándote hace rato, pobresito ya debe estar aburrido
- Decile que no estoy - le supliqué y me miraba extrañada
- Pero si ya sabe que estás acá, por qué no lo querés ver? - preguntó preocupada
- Porque no, es un tarado - susurré por las dudas de que me escuchara desde abajo
- Bueno voy a ver qué le digo - dijo dándome la espalda y volví a cerrar la puerta.

Suspiré y me senté en el piso, recostada sobre la puerta, esperando que Julian se fuera de mi casa.

- Ori abrime - dijo una voz del otro lado de la puerta.

Era él, imposible confundir su voz. Pero que hacía todavía acá? Golpeó una y otra vez la puerta, no se iba a cansar nunca.

- Ya se que estás ahí, no seas pendeja Oriana - bufé y me paré para abrirle
- No soy ninguna pendeja - dije mirándolo amenazante y sonrió
- Sos linda hasta de mal humor y puteando - dijo aún con esa estúpida sonrisa en su cara
- Basta Julian, me estás poniendo de peor humor, cortala
- Me vas a dejar entrar aunque sea o hablamos acá? - preguntó y le hice señas de que pasara.

Se sentó con confianza en mi cama y cerré la puerta antes de sentarme en la silla con rueditas del escritorio, quedando justo en frente de él pero a cierta distancia.

- Se puede saber qué te pasa ahora? - preguntó poniéndose serio y mirándome a los ojos - no entiendo nada, estamos un día bien, al otro día mal...
- No me pasa nada Julian - lo interrumpí, sosteniéndole la mirada
- Entonces? Estas en "esos días"? - dijo haciendo las comillas con las manos
- No! - grité aunque por dentro quería reírme ante su expresión
- Entonces, si no te pasa nada... - hizo una pausa, junto con una sonrisa - me das un beso? - dijo cambiando el tono de voz y acercando mi silla hacia el borde de la cama, donde él estaba sentado.
- No - dije cruzándome de brazos y bufó.

Se paró de la cama y sin decir ni una palabra se dirigió a la puerta, que estaba a mis espaldas y la abrió, decidido a irse y dejarme ahí con toda la bronca acumulada y con la palabra en la boca, como solía hacer siempre.

- Anda a pedírselo a tu amiguita - agregué en voz baja suponiendo que ya se había ido

- Qué dijiste? - susurró en mi nuca y me paralicé

Mierda, mierda, mierda, me escuchó.

lunes, 17 de febrero de 2014

CAPITULO 37

Me desperté de tan buen humor ese domingo, haber vuelto a ver a Julian sin duda era lo mejor que me podía pasar. Agarré el celular que como siempre, estaba abajo de mi almohada y tenía varios mensajes, de Juli, y de las chicas, del grupo que teníamos en whatsapp. Leí primero los de Julian, no pude controlar mi ansiedad.

"Buen día Ori, seguro estás durmiendo como un oso mientras yo estudio. No vale" y me mandó una foto con unos resúmenes en la mano, una taza de café y una cara de aburrimiento terrible.

"Jajaja que lindo que sos! Buen día, yo recién me levanto. Deja un poco el estudio y dame bola pendejo!"

No me contestó así que me puse a leer la conversación con las chicas, me propusieron salir a andar en rollers esa tarde, como en los viejos tiempos, y no dudé en aceptar. Me pasarían a buscar en una hora por casa así que me bañé lo más rápido que pude, me puse una calza negra, un top ajustado del mismo color y bajé a almorzar antes de que llegaran Jenny y Lola. Titi no había vuelto de lo de Cami así que comí sola con mis padres. Nos quedamos charlando un rato hasta que llegaron las chicas. Entraron a saludar mientras yo me ponía los rollers y una vez lista salimos de casa.

- Que onda con Nico? Lo volviste a ver? - le pregunté a Lola
- No - dijo seria - creo que esta con otra mina
- Qué? - pregunté casi gritando
- Si no sé, hace mucho no hablamos, pero leí unos comentarios en una foto que subió a facebook con una mina que me hicieron pensar eso - dijo triste
- Y no le preguntaste?
- No Ori, te dije que hace mucho no hablamos, aparte no somos nada, no le puedo reclamar nada
- Le voy a preguntar a Pablo, capaz que sabe algo - dijo Jenny y Lola se encogió de hombros
- Y Juli? - preguntó Jenny y sonreí
- Lo vi ayer - dije después de un suspiro - está tan lindo
- Awww - dijo Jenny abrazándome y reí
- Igual no me da mucha bola por los fucking exámenes, pero bueno algo es algo
- Ya fuiste a su departamento? - preguntó Lola, curiosa
- No, todavía no, solo hasta la puerta ayer cuando lo llevé en el auto
- Ah bueno, por lo menos sabes donde es, podes caerle de sorpresa - dijo Jenny guiñándome un ojo y me dejó pensando, podría ser...
- No es mala idea
- Anda ya - gritó Lola
- Vos estás loca? Viste como estoy vestida? Y hace una hora que estamos andando en rollers, estoy hecha un asco Lola!
- Juli te ve así y se cae de culo - dijo y largué una carcajada sumada a un leve golpe en el hombro
- Estamos cerca de donde vive? - preguntó Jenny y asentí
- Es un par de cuadras para allá arriba - dije señalando
- No se discute más, vamos, te acompañamos hasta ahí - dijo Jenny y sonreí, que fácil era convencerme.

Llegamos a la puerta del edificio, era ese, imposible olvidar a Julian entrando por esa puerta mientras se despedía a lo lejos, imposible confundirlo.

- Es este - dije convencida.

Me temblaban las piernas. Julian no había respondido mi mensaje, la verdad que no quería invadirlo, estaba ocupado y capaz que no quería atenderme o dedicarme mucho tiempo. Dudé si entrar o no pero las chicas no paraban de darme ánimo.

- Te esperamos acá, si ves que te vas a quedar nos avisas y nos vamos, tranquila - dijo Jenny y asentí
- Dale anda Oriana, no jodas - dijo Lola sonriendo y me dirigí hacia la puerta.

Por suerte Jenny había traído en un bolso unas zapatillas, no dudé en ponérmelas y les dejé los rollers a las chicas. Apreté el botón del ascensor y recordé las palabras de Julian la noche anterior ("sexto piso, apartamento 112"), no dudé en apretar el botón 6 y en cuestión de segundos estaba parada frente a su puerta. Los nervios se invadieron de mi cuerpo en el instante en que toqué el timbre. La puerta tardó en abrirse pero lo que vi del otro lado no era lo que esperaba. Definitivamente no era Julian, era una mina. Nos quedamos mirando por un rato, a mi no me salían las palabras, así que ella habló.

- Sí? - preguntó finalmente, sonriendo

Era muy linda, no lo puedo negar. Poco más alta que yo, pelo castaño, lacio y largo, le llegaba a la cintura, tenía una sonrisa perfecta y cuerpo envidiable. Me sentí bastante cohibida.

- Perdón, creo que me equivoqué de puerta - dije fingiendo una sonrisa
- No hay problema - dijo volviendo a sonreír y me cerró la puerta en la cara.

Me recosté sobre la pared y me dejé caer al piso. No quería sacar conclusiones apresuradas, supuse que lo mejor sería llamarlo a él y ver que onda, capaz que de verdad me había confundido de puerta, o escuché mal ayer cuando me lo dijo. Sin dudarlo saqué mi celular y marqué su número, suspiré y cerré los ojos esperando escuchar su voz del otro lado.

- Ori?
- Juli - dije cortante - que hacías?
- Eh nada, me estoy cambiando porque recién salgo de bañarme
- Ah, y estás solo? - pregunté simulando estar tranquila
- Si, va, estoy con... un amigo de la facu, que vino a estudiar - dijo dudando y me mordí el labio con bronca.
- Ah mira, mandale un beso - dije mientras una lágrima caía por mi rostro.
- Bueno te tengo que dejar, tenemos un montón que estudiar
- Si me imagino, no te molesto más - dije seca y corté.

Tape mi cara con ambas manos y las lágrimas no tardaron en caer. Por qué me mentía? Por qué carajo no me decía que estaba con una mina?

"Chicas, me voy a quedar acá un rato, vayan yendo" - escribí en el grupo de whatsapp

"Opa, suerte amiga" - puso Lola

"Bien ahí, cuidate, después te llevo los rollers a tu casa" - agregó Jenny

"Gracias chicas" - escribí y guarde el celular.

No quería decirles la verdad, ni que se preocuparan por mi, ni tener que contarles lo sucedido.

Simplemente no me podía mover del lugar, creo que si me levantaba mis piernas no iban a poder soportar el peso del cuerpo. Mi celular volvió a sonar y esta vez era un whatsapp de él.

"Estás bien? Te escuché rara, hacemos algo más tarde?"

"Estoy perfecta, por qué tendría que estar mal? Puede ser, no sé, vemos"

"Ves? Estás rara. Bueno cuando estés de buen humor hablamos"

- Imbécil - susurré llena de lágrimas y guardé el celular.

Saqué fuerzas, no se de donde, y me paré, bajé por el ascensor y salí corriendo de ese edificio, deseando no volver nunca.

viernes, 14 de febrero de 2014

CAPITULO 36

Me abrió la puerta del auto y volvió a abrazarme antes de caminar hacia la puerta de entrada.

- No puedo creer estar acá de nuevo, hace ocho años que no venía, esta igual - decía mirando la casa mientras yo sacaba las llaves del bolsillo para abrir la puerta
- Parece que fue ayer que venías a jugar y a ayudarme con los deberes - dije sonriendo y me dio un beso tierno para luego entrar a casa detrás mío.

- Juli! - gritó mamá desde el living y se paró enseguida a abrazarlo.

Papá le hizo una guiñada y Julian se acercó a chocarle la mano, se llevaban muy bien por suerte, y papá sabía controlar los celos perfectamente. Nos sentamos con ellos un rato y aproximadamente diez minutos después Titi bajó las escaleras, tan concentrada en el celular que ni se dio cuenta de la presencia de Julian.

- Saludá Tiziana - grité y levantó la mirada sin entender
- Ay perdón, no te vi Juli, todo bien? - dijo con una sonrisa mientras le daba un beso en la mejilla
- Bien, vos enana? - preguntó con confianza y sonreí
- Todo bien por suerte, te quedas a comer no?
- Si más vale, espero no morir intoxicado por tu hermana - dijo y todos rieron menos yo
- Que graciosos que son eh, cocino re bien - dije cruzándome de brazos y Julian me abrazó de costado, riendo, y depositó un beso sentido en mi cabeza.

Me dirigí a la cocina con mamá ya que papá y Julian se habían colgado mirando el partido y probablemente no hayan notado que ya no estábamos. Hice unas pizzas y le insistí a mamá con que yo podía sola, así que se limitó a sentarse en la mesa de la cocina mientras tomaba unos mates y charlábamos. Bueno, en realidad ella no paró de hacerme preguntas sobre Julian, yo solo contestaba con sí, no, no se.

Titi puso la mesa con ayuda de mamá y a los cinco minutos ya estaban listas las pizzas. Por suerte el partido había terminado y Julian volvió a sentarse a mi lado.

- Proba y me decís - dije sonriendo mientras él miraba la pizza con miedo
- Mmm muy buena - dijo y le pegué por hablar con la boca llena. Amo ser tan cariñosa...
- Viste? Te dije, malo!
- Punto para vos, estamos empatados - dijo y me dio un beso en la mejilla para luego seguir comiendo.

Habíamos terminado de comer y literalmente no había sobrado nada. No exagero cuando digo que cocino bien. Mis padres se hicieron un té y subieron a acostarse, nos entretuvimos charlando y ya eran las doce de la noche. Titi estaba con el celular en un sillón y Juli y yo en el otro, él recostado sobre mis piernas mientras yo le acariciaba el pelo.

- Yo mejor me voy yendo, es tarde y me tengo que levantar temprano a estudiar - dijo mientras se levantaba
- Ufff maldito estudio - me quejé y el sonrió, apenado - al menos dejá que te lleve en el auto
- Mmm me gustó la idea - dijo con una sonrisa pícara y le pegué
- No te hagas ilusiones - susurré para que mi hermana no me escuchara
- Ori me llevas a mi también? Cami me invitó a dormir a la casa - gritó Titi desde el sillón y lo miré a Julian que enseguida le cambió la cara, se le había borrado la sonrisa. Yo solo reí.
- Mamá sabe? - pregunté mirándola
- Si ya le pregunté, me dijo que vos me llevabas - dijo y Julian se rió por lo bajo
- Genial, yo soy siempre la última en enterarse de las cosas
- Voy a buscar una campera y vengo
- Bueno, te esperamos en el auto, apurate - dije y salimos


- Se podría repetir - dijo Julian cuando ya estábamos sentados en el auto
- Vos estás loco - dije entre risas y aprovechó para robarme un beso
- Viene mi hermana tarado - dije acomodándome mientras Titi abría la puerta trasera del auto
- Te llevo a vos antes porque lo de Cami es más cerca - dije mirando a mi hermana por el espejo retrovisor y ella asintió.

Era mentira, obviamente, ni siquiera sabía donde quedaba lo de Julian. Lo miré de reojo y vi como se aguantaba para no reírse.

- Cuidate Titi, pásenla lindo - dije despidiéndome de mi hermana
- Chau pendeja - dijo Juli despeinándola y ella le pegó para defenderse
- Uh son las dos iguales - dijo y reímos los dos - al fin solos
- No me distraigas Julian, decime donde queda tu departamento - dije y bufó.

Me indicó como llegar y en el camino no paraba de acariciarme el pelo, o apoyaba una mano en mi pierna y yo me quejaba, me ponía nerviosa e incómoda de verdad manejar así.

- Es acá? - pregunté y él asintió con la cabeza
- Sexto piso, apartamento 112, vista a la calle, te va?
- Qué? - dije confundida
- Si querés subir? - preguntó riendo
- Eh... no puedo - contesté nerviosa - otro día, mis padres se van a preocupar si demoro
- Mmm como quieras, no muerdo igual, ni te voy a secuestrar, a menos que vos quieras - dijo y sonreí
- Ya se Juli - dije corriendo un mechón de pelo que caía sobre su frente - no te tengo miedo, pero en serio, otro día con más tiempo bajo, y si querés te cocino algo
- Me encantaría - dijo sonriente - Ori 2, Juli 1, manejas bastante bien, voy a tener que pensar en algo para que estemos a mano
- Vas a tener que sumar varios puntos si querés alcanzarme - dije y lo besé en modo de despedida
- Te quiero - dijo en mi oído
- Yo más - respondí y sonrió automáticamente.

Se bajó del auto y me saludó con la mano mientras se alejaba. No encendí el auto hasta ver que entraba al edificio. Suspiré y emprendí la vuelta a casa, con una sonrisa de oreja a oreja.

miércoles, 12 de febrero de 2014

CAPITULO 35

Ya habían pasado dos semanas desde que Julian y los chicos se fueron de casa. La verdad que se hicieron eternas, los extrañaba un montón, especialmente a él. Igual nos divertimos bastante, éramos pocos pero fuimos casi todos los días a la playa, a la noche preferíamos salir a comer todos juntos, o salir a tomar algo, y alguna que otra noche fuimos a bailar los cuatro, Pablo, Jenny, Lola y yo. Con Julian hablábamos cuando podíamos, no muy seguido porque la mayor parte del tiempo él estaba estudiando, o yo estaba en la playa. Lo extrañaba horrores, pero sabía que esos exámenes eran importantes para él así que no lo molestaba mucho con mensajes.

Ese día volvíamos a Buenos Aires, estuvimos toda la mañana guardando las cosas y ordenando la casa para dejarla como estaba cuando llegamos. A Julian le había mentido y le dije que nos íbamos mañana. Quería darle una sorpresa. Estuvimos horas adentro del maldito auto, se hizo eterno el viaje.

Apenas llegamos a casa me dispuse a ordenar mi cuarto y mi ropa, se lo había prometido a mamá, sino no me dejaría ir a ver a Julian, así que no me quedó otra. Hice todo apurada, ya que sabía que ese día Julian rendía uno de los exámenes, y planeaba ir a esperarlo a la salida de la facultad. Me di un baño rápido y me puse lo primero que encontré, un short color coral, una musculosa lisa blanca, una camisa de jean desabrochada por arriba, y unas vans negras. Salí corriendo escaleras abajo y le di un beso en la mejilla a papá, que estaba sentado en el sillón mirando un partido. Agarré las llaves del auto y me fui corriendo o sino llegaría tarde. Encendí el auto y me dirigí hacia la facultad, miré el reloj y ya eran las nueve menos diez de la noche, Juli tenía el examen a las siete, calculé que en dos horas ya tendría que haber salido. Estacioné el auto en la puerta de la facultad y me bajé de él para recostarme sobre la puerta del copiloto, con los brazos cruzados, esperándolo. Pasaron veinte minutos hasta que vi un montón de estudiantes salir por la entrada principal. Fruncí el ceño intentando encontrar a Julian entre tanta gente, pero no lo veía.

De pronto, divisé un morocho que bajaba las escaleras sin despegar la vista del piso, con su mano apartaba los mechones de pelo que caían sobre su cara y ahí me di cuenta que era él, ese gesto no lo podía confundir ni aunque lo dejara de ver por un año entero. No me vio y siguió caminando en dirección contraria a donde estaba estacionado mi auto, así que lo seguí, sin hacer ruido y cuando estuve lo suficientemente cerca tapé sus ojos con ambas manos y noté el susto que se pegó pero intenté contener la risa o me reconocería al instante.

- No jodas Sabri, no estoy de humor - dijo y me paralicé. Otra vez esa mina lograba cambiar mi humor en cuestión de segundos.
- Ah bueno, no soy Sabri eh - dije y se dio vuelta enseguida a mirarme.

Quedó inmóvil, mirándome fijo y fingí una sonrisa para que reaccionara, parecía haber visto un fantasma.

- Soy yo Julian - dije riendo ante su expresión de sorpresa y me abrazó fuerte por la cintura, sin decir ni una palabra.

Mis brazos rodearon su cuello, al fin lo tenía conmigo. Así como estábamos, abrazados, me giró en el aire mientras yo reía, no podía creer volverlo a ver, volver a abrazarlo.

- Perdón, no te esperaba, y perdón por confundirte con Sabri, es que recién estaba hablando con ella y pensé...
- No aclares que oscurece Julian - dije interrumpiéndolo y restándole importancia a su "confusión", no quería enojarme con él justo el día del reencuentro.
- Ayyy te extrañé - dijo volviendo a sonreír
- Te cortaste el pelo - dije devolviéndole la sonrisa y despeinándolo un poco, el se encogió de hombros - te queda lindo!
- Gracias - dijo aún sonriendo.

Estábamos medio distantes, sin tema de conversación, es que era raro volver a vernos después de quince días, ninguno sabía que decir o que hacer.

- Vení, tengo el auto estacionado ahí, vamos a casa - dije agarrándolo de la mano y arrastrándolo hasta donde estaba el auto.
- Eso es una invitación? - preguntó divertido
- Obvio, me ofendo si no aceptas, es más, hoy cocino yo - dije y largó una carcajada
- Ah encima de tener que subirme a un auto manejado por vos, me querés envenenar con la comida? - preguntó y automáticamente le pegué - uy me había olvidado cuanto extrañaba tus malos tratos
- Tarado - grité y le tiré las llaves del auto - manejas vos y cocino yo, así estamos a mano - dije y aceptó enseguida.

Nos subimos al auto y en el camino me contó que creía que le había ido mal en el examen, por eso "no estaba de humor", pero al parecer ahora estaba mejor, porque no paraba de sonreír. Me dijo que le quedaba solo un examen y festejé por dentro, estaba un poco cansada del Julian estudioso, también me preguntó cómo habían sido mis últimos días en Punta del Este y esas cosas, eran todas charlas superficiales. Seguíamos bastante nerviosos ambos. Le indiqué el camino y al rato ya estábamos en casa.

- Llegamos - dijo estacionando
- Punto para vos, llegamos sanos y salvos - dije y sonrió.

Apagó el auto y se recostó en el asiento, girando la cabeza para mirarme. No decía nada, solo me miraba serio.

- Qué pasa? - dije nerviosa
- Ni un beso me vas a dar? - preguntó haciendo puchero y miré para otro lado mordiéndome el labio y sonriendo a la vez.

Volví a mirarlo y seguía con sus ojos clavados en los míos, esperando una respuesta. Tomé valor y de un momento a otro, casi sin pensarlo y actuando por instinto y necesidad, me pasé para el asiento del conductor y me senté sobre su falda, acomodando mis piernas a cada lado de su cuerpo. Él sin dudarlo depositó sus manos en mi cintura, acercando mi cuerpo aún más al suyo. Tiró la cabeza para atrás para poder mirarme a los ojos, ya que yo había quedado más alta que él. Nos estábamos devorando con la mirada, sus ojos largaban chispas y miraba mis labios con deseo. Mis manos rodearon su cuello y entrelacé mis dedos en su pelo. Me fui acercando un poco más a él, hasta que nuestras narices se rozaban y pude sentir su respiración, y los latidos de su corazón acelerados. Su perfume realmente me volvía loca, creo haber mencionado eso antes. Él cerró los ojos cuando apenas rocé sus labios con los míos pero no los abrió cuando me separe un poco para observarlo, quería guardar esa imagen en mi memoria. Volví a acercarme, esta vez más segura, y cerré los ojos en el momento exacto en que mis labios capturaron los suyos. Fue un beso distinto a los anteriores, con pasión, deseo, necesidad. Nos habíamos extrañado y eso se notaba en cada movimiento de nuestros labios y nuestras lenguas que iban al mismo ritmo. Sus manos subían por abajo de mi remera y se aferraron a mi espalda. Se me erizó la piel ante el contacto con la suya y me separe un poco, chocando nuestras frentes. Su respiración estaba agitada y había vuelto a apoyar sus manos en mi cintura. Quiso hablar pero lo callé con otro beso, no tan subido de tono como el anterior, y mordí suavemente su labio inferior antes de volver a sentarme en mi lugar.

- Mis padres se mueren por volver a verte - dije una vez que recuperé el aliento y él largó una carcajada
- Sos terrible, pendeja - dijo suspirando y se mordió el labio mientras me miraba a los ojos
- Te extrañé - dije poniendo cara de inocente, parecía una persona totalmente distinta a la de hace minutos atrás
- Yo más, no te das una idea - dijo serio y me agarró de la nuca para acercarme a él y dejar un beso corto en mis labios.
- Bajamos? - pregunté una vez que nos separamos
- Claro - dijo con una sonrisa inmensa en su rostro.

martes, 11 de febrero de 2014

CAPITULO 34

- Me gusta que soluciones las cosas así - dije cuando nos separamos
- Me parece que no soy el único que soluciona las cosas con besos - dijo él y reí al recordar la noche anterior
- Salí, salí, Julian! - grité cuando empezó a darme besos por toda la cara junto con un par de cosquillas.

Y así pasamos toda la noche, entre besos, risas, cosquillas, peleas, charlas. Estuvimos toda la noche despiertos, hablando, conociéndonos más. No se a que hora me quedé dormida pero recuerdo que ya estaba empezando a amanecer.

Me desperté con un sol tremendo entrando por la ventana. Estaba en mi cuarto, en mi cama, y sin Julian. Jenny estaba en su cama con el celular en la mano y de Lola ni rastros.

- Je, que hora es? - dije con voz de dormida y ella sonrío
- Las dos y media de la tarde Ori
- Qué? - grité desesperada y de un salto bajé de la cama - Julian!
- Que pasó con Julian? - preguntó sin entender
- Se va Jenny, se debe estar por volver a Buenos Aires, soy una pelotuda, me dormí - grite mientras buscaba el celular entre mis cosas.

Tenía un par de mensajes en whatsapp, de él.

"Ori, me fui temprano, no te desperté porque estabas cansada, no te preocupes que te dejé un beso de despedida. Nos vemos en dos semanas, se van a pasar volando, vas a ver. Prometo llamarte siempre. Te quiero"

Una lágrima empezó a rodar por mi mejilla, y luego miles, se iba y ni siquiera me pude despedir de él como debía. Lo llamé, una, dos, tres veces y no atendía.

- Ori estás bien? Que pasó? - preguntó Jenny preocupada
- Soy una tarada - grité y salí corriendo del cuarto.

Entre al cuarto de los chicos buscando a Peter. Me costó encontrarlo, estaba la cama de Pablo, al lado la de Nico, y ahí la vi a Lola durmiendo con él y entendí la razón por la cual no la había visto en nuestro cuarto. La cama de Peter era la última, tuve que pasar por arriba de Agus, Maxi y Eli hasta llegar a él.

- Peter - susurré moviendo su brazo - despertáte dale!
- Mmm qué? - dijo dándose vuelta aún con los ojos cerrados
- Mirame Peter, es urgente - dije y abrió de a poco los ojos
- Ya te aburriste de mi primo y querés dormir conmigo? - dijo riendo
- Callate tarado, necesito que me digas la dirección del departamento donde se está quedando Julian
- Que se yo - dijo volviendo a cerrar los ojos
- Dale es importante, por favor, alguna vez te lo tuvo que haber dicho - dije insistente y me señaló su  celular que estaba sobre una mesita
- No me acuerdo, fijate en la conversación de whatsapp - dijo dándose vuelta para volver a dormir.

Agarré su celular y con total confianza empecé a buscar entre sus conversciones de whatsapp la de Julian. Leí sus mensajes viejos hasta que llegué a uno que le mando Juli cuando Peter estaba viajando para acá. Le pasaba la dirección donde se estaba quedando él para que lo pasara a visitar. Sonreí victoriosa, anoté la dirección en mi celular y dejé el de Peter donde estaba.

- Gracias - susurré mientras me iba
- Mmm - lo escuché decir, supuse que era un intento de "de nada" o un "no jodas más"

Me lavé los dientes apurada, seguía con la ropa de ayer, o sea estaba presentable así que ni siquiera me cambié. Bajé las escaleras salteándome algunos escalones y mamá me miró preocupada.

- Que pasa hija? A donde vas? - preguntó cuando me vió abrir la puerta de entrada
- A despedirme de Juli que se está yendo, prestame el auto - dije y me tiró las llaves
- Maneja con cuidado Ori
- Sí, gracias má - dije nerviosa y di un portazo antes de salir corriendo.

Encendí el auto y me dirigí lo más rápido que pude a la dirección que tenía anotada en mi celular. Quedaba lejos si iba caminando, pero en auto eran tan solo cinco minutos. Estacioné atrás de un auto que supuse que era el de Julian. Había una chica guardando un par de bolsos y decidida me bajé del auto y me dirigí a ella.

- Yol? - pregunté cuando me acerqué
- S...si, quién sos? - dijo sin entender nada
- No importa, necesito saber donde está Julian, es urgente - dije desesperada
- Eh... está bajando las últimas cosas, pero mira que ya nos estamos yendo - dijo y automáticamente miré para adentro del auto.

Ya estaban todos allí sentados, solo faltaba Julian, así que seguro bajaba esas últimas cosas y se iban. Le sonreí a Yol que me miraba con miedo y preocupación, y sí, parecería una loca. Salí corriendo hacia la puerta del edificio y apenas entré apreté el botón del ascensor con fuerza. En realidad no sabía ni siquiera en qué piso era que estaba, pero tampoco sabía a donde ir para verlo. El ascensor no bajaba y mis nervios aumentaban de una manera impresionante. Volví a mirar hacia su auto agarrándome la cabeza, nerviosa.

- Ori? - dijo una voz en mi espalda y me di la vuelta.

Se había abierto el ascensor y ahí estaba él, con dos bolsos en sus manos los cuales cayeron enseguida  al piso cuando me vio. Sus ojos se llenaron de lágrimas y los míos también. Corrí hacia él y salté para abrazarlo, rodeando con mis piernas su cintura. Él me agarró enseguida y me abrazó con fuerza.

- Te quiero Ori - susurró en mi oído y me separe un poco para poder mirarlo a los ojos.

Las palabras no me salían, solo quería quedarme ahí con él, para siempre. Lo bese con todas mis fuerzas y él siguió el beso apoyándome contra la pared del ascensor. La puerta se cerró pero ni cuenta nos dimos. Nos tuvimos que separar por falta de aire y volví a apoyar mis pies en el suelo, pero sin despegar mis manos de su cuello. Seguíamos contra la pared y volvió a mirarme a los ojos, como esperando una respuesta.

- Yo también te quiero - dije y sonrió, volviéndome a besar, esta vez fue más corto y más tierno.
- Me tengo que ir - dijo cuando nos separamos y mire para otro lado, para no llorar
- Está bien - dije seria y agarró los bolsos para salir del ascensor

Lo acompañé hasta el auto, en silencio. Guardó todo lo que faltaba y volvió a mirarme.

- Te voy a extrañar pendeja - dijo y me abrazó fuerte
- Yo más Juli - dije sin soltarlo
- Bueno, bueno, no dramaticemos más que en dos semanas estamos juntos de nuevo - dijo riendo y le pegué, para no perder la costumbre.

Nos dimos un último beso, más tranquilo que el del ascensor ya que su familia estaba viendo y se metió en el auto. Quedé allí parada, mirándolo. Me saludó con la mano de lejos y le tiré un beso, mientras la familia me miraba sonriente. Vi el auto alejarse de a poco y recién ahí empezaron a caer las lágrimas. Me senté en el auto y puse un poco de música para calmarme antes de volver a casa.