domingo, 20 de abril de 2014

CAPITULO 105

- Que pasa? - pregunté de mala gana cuando él depositó sus manos sobre mis hombros
- A vos que te pasa? No me trago eso de que estas rara y que no sabes lo que te pasa - dijo y bufé
- Estoy rara sí, es eso - dije sin ni siquiera mirarlo a los ojos
- Ey, contame Ori, quiero creer que hay suficiente confianza entre nosotros para que me cuentes las cosas que te pasan - dijo con una voz suave que me mató de amor
- Me puso mal todo lo de las fotos - largué, sin dar más vueltas
- Por qué? - preguntó sonriendo - No para, no vas a llorar, no - agregó cuando conecté mis ojos algo llorosos con los suyos
- No se, me acordé de todo lo que te extrañé desde aquel día, lo mal que la pase los primeros años, y todo lo que nos perdimos de vivir juntos - dije derramando alguna que otra lágrima que Julian se encargó de hacer desaparecer
- Ori - susurró aún con esa sonrisa perfecta - todo pasó por algo, sino por qué pensás que nos reencontramos después de tantos años? Capaz que todo eso tenía que pasar para que ahora estemos juntos
- Si ya lo se, pero me pone mal. Ya se, soy una tarada - dije bajando la cabeza y él rió
- Ey no, no sos una tarada, mirame - dijo agarrando mi cara entre sus manos y obligándome a levantar la mirada - ya pasó, estamos juntos ahora, es lo único que importa - agregó y asentí, aún con tristeza
- Me podes abrazar? - pregunté en un tono de voz bastante inocente y él se mordió el labio en medio de una sonrisa inmensa, para luego rodear mi cintura con sus brazos, con más fuerza que nunca.

La paz que sentía en cada abrazo que me daba Julian nunca la había experimentado con nadie, me sentía más protegida y segura que nunca. Me aferré con fuerza a su cuello y cerré los ojos, solo quería disfrutar ese momento por más corto que fuera.

- Me vas a romper - susurró entre risas y lo solté un poco, pero aún dejando mis manos al rededor de su cuello
- Ay perdón - dije volviendo a mirarlo a los ojos
- No hay drama, rompeme todo - dijo riendo y le pegué, para no perder la costumbre
- Tarado que sos - dije recuperando la sonrisa y me besó rápidamente, sin darme tiempo a nada.

- Por qué tan efusivo? - pregunté, luego de separarnos, a centímetros de sus labios
- Porque te hice sonreír, no me gusta verte triste - dijo haciendo puchero y esta vez fui yo la que acortó la distancia que quedaba entre nosotros.

Podía ser más tierno? Es posible que cada día me sorprenda más?

- Para, Juli - dije luego de interrumpir el beso con una risa
- Qué? - preguntó devolviéndome la sonrisa
- Tenés que irte, te esta esperando tu familia - dije apenada
- Vos sos mi familia!
- Juliaaaaaaan - grité y él rió - basta, deja de hacerte el tierno, por favor
- Bueno, bueno, dame un beso y me voy - dijo haciendo trompita y enseguida largué una carcajada
- Uno solo eh, y después te vas - le advertí con una ceja levantada y él asintió rápidamente.

Me abalancé sobre él, agarrando su cara entre mis manos y dándole un último beso, mientras él me sostenía por la cintura. Fue de esos besos lentos, tiernos, que te dejan con ganas de más, pero bueno, si seguía no se iba a ir nunca.

- Basta Julian, andate - me quejé entre risas, intentando zafarme de su agarre, mientras él me daba besos por toda la cara
- Te amo - dijo soltándome y sonreí, embobada - te llamo después - agregó y dejó un beso corto en mis labios antes de salir corriendo hasta el auto, dejándome con la palabra en la boca, como tantas veces.

Entré a casa con una sonrisa gigante, mientras pensaba en todo lo que había pasado en tan solo dos días. Con lo primero que me encontré cuando atravesé la puerta fue con mamá, que me miraba algo enojada. Mierda, se me venía el sermón.

Me tuve que bancar un discurso bastante extenso, por haberme ido del colegio sin avisar (no se cómo se había enterado), y por desaparecer dos días sin decirle donde estaba. Le dije que me había quedado a dormir en lo de Jenny y que hoy había salido a comer con la familia de Julian. Bueno, algo de verdad había, pero si le decía que había dormido con Julian se me armaba tremendo lío. Agradecí que papá estuviera trabajando porque dentro de todo mamá se lo tomaba con bastante tranquilidad.

Luego de tranquilizarla me encerré en el cuarto para hablar por teléfono con las chicas, tenía que ponerlas al tanto de un montón de cosas. Les conté todo, va, todo lo que se podía contar, no di ningún tipo de detalles, obviamente.


Eran las once de la noche y ya estaba bañada, con el pijama, tirada en mi cama con los auriculares puestos, escuchando música a todo volumen cuando vibró mi celular. Sin mirar la pantalla, me arranqué los auriculares y atendí, estaba esperando hace rato el llamado de Julian, al fin se dignaba a llamarme el colgado.

- Juli, al fin - exclamé contenta y lo único que escuché del otro lado fue un silencio algo prolongado
- Emmm, no soy Juli - dijo algo cortado y me paralicé al reconocer su voz
- Se... Sebastián?
- Si, soy yo. Perdona la hora, pero me quedé un poco mal con lo del otro día y tenía ganas de hablarlo con vos - dijo serio y me empecé a preocupar
- Hablar que? Ya pasó, en serio, no quiero más problemas con Julian, no le quiero dar motivos para que haga ese tipo de escenitas
- Me habías dicho que no eran novios, solo amigos, por qué tendría que hacerte una escenita? - pregunto luego de una risa
- Y vos por qué tendrías que preocuparte por mi situación sentimental? No dejas de ser mi profesor, es cualquiera esto - dije empezando a elevar el tono de voz
- Todavía te quedan dudas de lo que me pasa a mi? - preguntó y mi cara se transformó al instante
- Qué? - grité, me salió del alma

2 comentarios: