martes, 15 de abril de 2014

CAPITULO 102

Los besos iban subiendo de tono cada vez más y yo ya me había encargado de arrancarle la remera. No se que me estaba pasando, yo no era así, todo culpa de Julian, él me ponía de esta forma. Fue tan natural que cada tanto nos empezábamos a reír, sin ningún motivo, obviamente por culpa del alcohol, no se cual de los estaba peor. Sus manos estaban instaladas debajo de la remera que yo tenía puesta, se movían de un lado al otro, recorriendo cada rincón de mi piel.

Al ser ya la segunda vez me sentía mucho más cómoda, no tan nerviosa, y el estado que tenía no me lo permitiría, cero vergüenza sentía. Creo que hasta yo misma me termine de sacar la remera y el resto, no podía aguantar que fuera tan lento, necesitaba volver a sentirlo como esa mañana, ya.

Me desperté con el sonido del timbre y unos golpes en la puerta que parecían no terminar. El celular de Julian no paraba de sonar pero por lo lejos que se escuchaba seguro había quedado en el cuarto. Estaba acostada sobre él en el sillón, no entendía mucho qué hacíamos ahí. Me senté con dificultad y recién ahí note como me daba vueltas la cabeza, y maldije haber tomado tanto.

- Mierda - susurré mientras buscaba la remera, que estaba tirada en el piso a unos metros del sillón.

Me levanté de golpe y me la puse enseguida para taparme.

- Juli, despertate dale - dije nerviosa, sacudiéndole el brazo
- Mmm - murmuró haciendo trompita y agarrando mis brazos para tirarme sobre él, aún con los ojos cerrados
- No, Julian, para - grité intentando zafarme de su agarre - están tocando timbre hace rato
- Qué? - gritó abriendo los ojos de golpe, sobresaltado.

Asentí, algo preocupada ante su reacción, no terminaba de entender lo que estaba pasando.

- Es mi familia boluda - dijo parándose del sillón y poniéndose rápida y torpemente el jean que encontré en el piso y le acababa de tirar
- Me estas jodiendo?
- No, te dije que venían el fin de semana, me había olvidado completamente
- Que hago? - pregunté agarrándome la cabeza, nerviosa - no tengo ropa, no puedo
- Tranquila ori - dijo intentando calmarme, apoyando sus manos sobre mis hombros - ehhh encerrate en el baño, yo le pido ropa a Yol
- Qué? No, no, me da vergüenza, no, se van a dar cuenta, me quiero morir - me quejé, al borde del llanto
- Bueno que preferís? Que te vean así? - preguntó mientras pasaba sus brazos por la remera y se la acomodaba
- Juliannn - susurré agarrando su brazo mientras se dirigía a la puerta - no abras por favor!
- Para mi amor, tranquilizate, está todo bien - dijo riéndose y dejó un sentido beso en mi frente.

Sonreí a pesar del mal momento, jamás me había llamado de esa forma y me dio muchísima ternura. Corrí hacia el baño mientras él acomodaba el sillón y escondía un poco las cosas y me encerré enseguida. Respiré hondo unas tres veces seguidas, mi cabeza se partía al medio y encima ahora esto, que imagen se iba a llevar su familia de mi? Me quería matar. Me peiné un poco y me lavé los dientes, tenía que estar mínimamente presentable, o sea todavía no caía de que me iba a presentar a su familia.

Me acerqué a la puerta y pude escuchar cuando entraron todos. Se escucharon los gritos de felicidad de Yol y los abrazos. Sonreí y desee estar ahí para presenciar ese momento, para ver a un Julian emocionado que no había conocido nunca, y para ver ese abrazo familiar que él tanto necesitaba. Cerré los ojos y suspiré, solo me quedaba esperar.

A los cinco minutos aproximadamente tocaron la puerta del baño. Era Julian, con un poco de ropa de su hermana, y antes de cerrar la puerta dejó un beso corto en mis labios. Me puse rápidamente lo que me había traído. Era un short de jean simple, una remera blanca estampada y unas zapatillas. Me quedaba perfecto, era justo mi talle. Me miré por última vez en el espejo y abrí de a poco la puerta, con miedo, con nervios. Él me estaba esperando del otro lado y su sonrisa se ensanchó cuando me recorrió con su mirada.

- Que linda que estás - susurró mordiéndose el labio y sonreí automáticamente, me podía
- Tengo miedo - susurré casi tartamudeando - encima mira lo que es tu cuello boludo, la puta madre!
- Que tengo? Parece que me agarró Dracula? - preguntó riendo y asentí, me quería re matar - Ay no seas tonta, les vas a caer más que bien
- Pero, qué van a pensar de mi? Se van a llevar la peor imagen mía - dije haciendo puchero
- No gorda, estas perfecta, tanto que ni se nota el pedo que te agarraste ayer, y de esto olvidate que no se van a dar cuenta - dijo señalando su cuello entre risas y le pegué suave para que no escucharan
- Idiota, todo por tu culpa - dije en voz baja y largó una carcajada
- No me hagas hablar porque no te conviene, mira que la que estaba loquita ayer y empezó todo fuiste vos - dijo divertido y no pude evitar taparme la cara, estaba bordó
- Te odio - dije apoyando mi cabeza en su hombro, con las manos aún tapando mi cara
- Naaaa, que chanta, deja de hacerte la vergonzosa que ya te saqué la ficha - dijo riendo y le volví a pegar, se me estaba volviendo un vicio
- Callate Julian, te lo pido por favor, callate porque quiero desaparecer
- No seas tonta - dijo tierno, sosteniendo mi cara entre sus manos y obligándome a levantar la mirada - tranquila, ya está, relajate sí? - preguntó y asentí seria - Te amo! - agregó y sonreí
- Yo más - susurré y me dio un último beso antes de dirigirse hacia el living, haciéndome señas de que lo siguiera.

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