sábado, 12 de abril de 2014

CAPITULO 100

Se escuchaban nuestras respiraciones agitadas por toda la habitación, solo eso. Yo estaba recostada sobre él, acariciando con la yema de mis dedos su pecho y dejando suaves besos en su hombro y cuello. Julian tenía la mirada perdida, no me miraba ni decía nada, estaba pensativo, lo que me ponía un poco nerviosa. Llevé mi mano derecha a su nuca, y acariciándole el pelo allí, apoyé mi cabeza en su pecho, cerrando los ojos.

Los minutos pasaban y seguíamos en silencio, lo único que me demostraba que él todavía estaba despierto era su mano que no paraba de recorrer dulcemente mi espalda descubierta.

- En que pensás? - pregunté en voz baja rompiendo el silencio.

No obtuve respuesta, solo silencio y un suspiro de su parte. Levanté mi cabeza para poder verlo y él solo me miró fijo.

- Ey, qué pasa? - pregunté ahora preocupada, tomando su cara entre mis manos
- Te hice mal? Te gustó? Estas bien? - preguntó casi sin parar para respirar, por lo que me reí
- Sos un tarado - susurré sonriendo para luego con delicadeza besar sus labios - me - volví a besarlo - encantó, tonto
- En serio? - preguntó levantando ambas cejas y su sonrisa se ensanchó cuando asentí con la cabeza
- Que pasa? Tenías miedo? - pregunté riendo y se encogió de hombros
- No te quería decepcionar - dijo haciendo puchero y no pude evitar darle otro beso
- Al contrario, fue todo demasiado perfecto - dije mirándolo embobada mientras acomodaba su pelo todo despeinado
- Te amo - dijo poniéndose serio mientras me miraba a los ojos - mucho más que antes, te amo
- Ayyy - dije mordiéndome el labio - yo te amo a vos, más que nunca - dije y ambos sonreímos
- Gracias - susurré volviendo a apoyar mi cabeza en su pecho
- Gracias por qué? - preguntó volviendo a acariciar mi espalda
- Por todo, por esperarme, por cuidarme, por quererme, por hacer que sea perfecto, por todo, gracias - dije dejando un par de besos en su pecho
- Que linda que sos - hizo una pausa - pero, ey - agregó levantando mi cara para que lo mire - no me tenés que agradecer nada.

Levantó la cabeza para dejar un beso en mi frente y volvió a acostarse. Yo salí de encima de él y me acurruqué a su lado, escondiendo mi cabeza en su cuello, mientras él me rodeaba con su brazo.

- Y pensar que te hacías la vergonzosa - dijo al rato, entre risas, rompiendo el silencio
- Julian - grité pegándole en el pecho - qué decís idiota?
- Igual me encanta que te pongas así de vez en cuando eh, estabas como endemoniada - dijo con una sonrisa enorme y no pude evitar reírme, muerta de vergüenza
- Callate, por favor, yo soy una santa - dije y largó una carcajada
- Si, ya veo... - murmuró irónico y volví a pegarle
- Te odio, me cohibís - dije escondiéndome en su cuello y él rió para luego abrazarme con fuerza
- Me encanta que seas tan bipolar, me encanta - dijo riendo y como venganza empece a dejar mordiscos por todo su cuello, mezclados con besos tiernos, porque bipolar ante todo.

No se cuanto tiempo habrá pasado desde que estábamos así pero al parecer ninguno de los dos se quería mover.

- Juli, me tengo que ir - largué, interrumpiendo el lindo momento
- Qué? - preguntó casi gritando - No, no te vas nada - agregó aferrándose más a mí
- Dale tarado - murmuré riendo - me fui del colegio sin decir nada, me van a matar
- Pero ya es tarde para que vuelvas al colegio, quedate acá toda la tarde, porfa - suplicó y volvió a hacer el maldito puchero que me re podía
- Bueno si me haces esa cara me quedo a vivir - dije sonriendo y él asintió como un nene - Pero para, alimentáme nene, muero de hambre
- Pero si ya te alimenté - dijo con una sonrisa, ganándose otra piña mía
- Idiota - dije enojada, y él solo siguió riéndose
- Cocinate algo, dale - dijo acercándose a darme un beso y le corrí la cara enseguida
- Yo cocino y vos lavas, sino no - dije cruzándome de brazos y sonrió
- Hecho, dame un beso - dijo haciendo trompita y negué con la cabeza
- No, te zarpaste ahora jodete. Dale, prestame algo para ponerme, no voy a ir así - dije tapándome con la sábana y sonrió, mientras me miraba atentamente
- Pero así sos más linda - dijo acercándose y dándome un beso en el hombro
- Julian! Te estoy hablando en serio, no te voy a cocinar en bolas - dije seria y ambos largamos la risa
- No estaría nada mal - murmuró mientras se levantaba de la cama para buscarme algo de ropa y enseguida le tire el bóxer por la cabeza
- Vestite pendejo - grité y me tapé rápidamente
- Pero si te encanta - hizo una pausa - bueno, está bien, me calmo.

A los pocos segundos me alcanzó una remera blanca suya, bastante grande y lo obligué a irse para vestirme. Bueno, ahora sí me daba vergüenza que me viera así. Me vestí y doblé el uniforme del colegio para dejarlo sobre la cama. Reí al mirarme en el espejo y ver como me quedaba de vestido su remera. Cerré los ojos y sonreí cuando la olí y noté que tenía su perfume.

- Que linda te queda - dijo Julian cuando entró al cuarto y rodeó mi cintura por detrás, dejando un beso en mi cuello para luego mirar al espejo
- Somos lindos juntos, no? - pregunté sonriendo y él asintió, con la cabeza apoyada en mi hombro.

Me mordí el labio cuando vi lo lindo que estaba, así, natural, todo despeinado y en bóxer. Cerré los ojos cuando volvió a dejar un beso en mi cuello y luego me di vuelta para darle un último beso y dirigirme a la cocina. Por sobre todas las cosas, moría de hambre.

Cociné unas hamburguesas mientras el pesado de Julian me daba vueltas al rededor, me molestaba, me llenaba de besos por todos lados y me desconcentraba. Comimos en la cama y apenas terminamos, dormimos una siesta un tanto larga. La verdad que los dos moríamos de sueño.



YA CAPÍTULO 100! Todavía no lo puedo creer! Aprovecho para agradecerles a todas las que leen siempre la novela y me dejan comentarios re lindos en twitter, me encanta que opinen y me digan lo que piensan, eso siempre ayuda. Gracias y ojala sigan leyendo, son lo más ❤️

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