martes, 20 de mayo de 2014

CAPITULO 118

- Ay no, esta helada, volvamos - supliqué empujándolo con mis manos en su cintura cuando con los pies tocamos el agua
- No seas cagona - dijo riendo - usted me trajo hasta acá, ahora se la banca señorita - agregó atrapándome entre sus brazos y obligándome a caminar junto a él
- Por favor Julian, no quiero - grité resistiéndome, por lo que no tuvo mejor idea que cargarme en sus brazos y correr hasta que el agua le llegaba a la cintura, para ahí si soltarme y hacerme caer de espaldas.

Me agarró las manos rápidamente apenas salí a la superficie para que no pudiera pegarle. Me conocía tanto como para saber que se venía el contra ataque.

- Qué? Qué me vas a hacer? - preguntó desafiante, con su cara a centímetros de la mía, llevando mis manos a mi espalda, y pegando su cuerpo al mío, de tal forma que no podía zafarme.

Hubo un silencio en el que no dejamos de mirarnos a los ojos, mientras intentaba controlar mis ganas de comerle la boca. Bueno, digamos que él me ponía así.

- Te hice una pregunta - dijo luego de un par de minutos, agarrándome con más fuerza y acercando su cara aún más, llegando a rozar mi nariz con la suya
- Que NO te voy a hacer - dije finalmente en voz baja y ambos reímos
- Apa, esto se está poniendo interesante - murmuró con una sonrisa
- Basta Julian - largué luego de un suspiro y él negó con la cabeza
- Ahora quiero saber - dijo algo insistente
- No te voy a decir - contesté riendo
- Por qué? No es apto para todo público?
- Exacto - dije con algo de vergüenza y sus ojos se iluminaron automáticamente
- No juegues así conmigo Oriana - dijo apoyando su frente sobre mi hombro y reí
- No estoy jugando con vos, por qué decís eso?
- Porque me pongo loco - dijo volviendo a conectar su mirada con la mía - no me digas esas cosas
- Vos insististe - dije haciendo una mueca y él negó con la cabeza mientras se mordía el labio - Que pasa? Me tenés miedo? No te la bancas?
- Pff, me parece que vos no te la bancas, que es dif... - y me impulsé hacia adelante para por fin callarlo de un beso.

No se cómo había hecho para contenerme tanto tiempo. Él soltó enseguida mis manos para recorrer con las suyas mi espalda, por debajo del agua. Rodee su cuello con mis brazos sin apartarme de su boca en ningún momento. Desde ayer a la noche que estaba esperando este momento, necesitaba estar así con él, de nuevo.

- Te.... extrañé - susurré entre sus labios
- Mmm.... cuanto?
- Mu - beso - cho - respondí haciéndolo sonreír en la mitad del beso, acaso existe algo más perfecto que eso?

Nos quedamos un rato bastante largo en el agua. Estábamos re pegotes, como queriendo recuperar diez meses de golpe.

- Vamos? - pregunté trepada por detrás de él, juntando mis manos en su pecho, mientras dejaba un par de besos en su hombro y cuello
- Si, mejor - rió - agarrate - dijo rápidamente mientras empezaba a salir del agua.

Me aferré con más fuerza para no caerme mientras él caminaba sosteniendo mis piernas.


- Chicos paren - dijo Jenny frenándonos en la mitad del camino - bajate Ori
- Eu por qué? - preguntó Julian algo confundido mientras me ayudaba a bajarme
- Está... ehh... tu novia - contestó algo nerviosa y mi cara automáticamente se transformó
- Qué? Dónde?
- Ahí con los chicos, te está buscando - dijo mi amiga con mala cara y él asintió sin decir nada.

Giró su mirada hacia mí, hasta chocar con la mía. Mi cara era la peor. Tenía mucha bronca y creo haberlo demostrado.

- Perdón - susurró sin dejar de mirarme a los ojos, para luego darme la espalda y dirigirse a donde estaban todos.

Llevé ambas manos a mi cabeza y cerré los ojos con fuerza, contando hasta mil para no putear a nadie, mientras Jenny me miraba con preocupación.

- Ori, tranquila - dijo apoyando su mano en mi hombro y asentí
- Ya está, me la voy a re bancar - dije empezando a caminar y ella me frenó rápidamente
- Vas a ir ahí? Con ellos?
- Sí, obvio, por qué no? Yo estaba primera, si le jode que se vaya - dije con seguridad y ella sonrió, sorprendida.

- Hola - dije elevando la voz, y dedicándole una sonrisa falsa a Sabrina, quien me miraba de arriba a abajo con su peor cara.

Eso solo provocó que ella lo abrazara con más fuerza y susurrara algo en su oído. No esperaba verme ahí? Él me miró con un poco de angustia antes de dirigirse a ella, y eso me mató. Respiré hondo y me acosté a tomar sol, solo para no tener que verlos... juntos.


- Podemos volver a casa? Muero de hambre - dije luego de un rato. No podía soportar tenerlos a pocos metros, hablando bajito, necesitaba irme de ahí
- Ehh... Sí volvamos - dijo Pablo - Si quieren pueden venir - agregó dirigiéndose a ellos y le dediqué una mirada asesina, a lo que él respondió encogiéndose de hombros
- No, mejor no - contestó bastante serio Julian
- Por qué no? Si, vayamos mi amor - interrumpió Sabrina
- Ah bueno - le susurré a Jenny para rápidamente agarrar mis cosas y empezar a caminar hacia la casa.


- No lo puedo creer, que caradura esta mina - grité cuando llegábamos, aprovechando que nos habíamos adelantado y separado del resto
- Yo tampoco, la verdad que se fue al carajo -se quejó Jenny dándome la razón
- Haceme acordar de matar a tu novio cuando lo vea - dije y ella rió
- Pobrecito, no lo hizo con maldad, eso le pasa por ser tan tierno
- Ay por favor no empieces que vomito - dije y ambas reímos.


Me puse un short arriba del bikini, aprovechando que ya me había secado del todo y bajamos con Jenny y Lola, quien recién se levantaba, a preparar la comida. Teníamos un montón de milanesas ya hechas que nos había preparado mamá y era solo cocinarlas, así que al cabo de diez minutos ya estaba todo pronto. Faltaba solo poner la mesa, que fue lo que hicieron los chicos apenas llegaron.

Por suerte mi cara no puede disimular cuando algo me molesta o alguien me cae mal, porque fui muy evidente durante toda la comida. La pasé en silencio, sin emitir comentario alguno y me encargué de mirar de la peor forma a Sabrina. Con Julian crucé algunas miradas pero él, algo incómodo, me esquivaba todo el tiempo y miraba para otro lado.

No se si me lo hacía apropósito pero no paraba de abrazarlo y de darle algún que otro beso ante cualquier comentario que él emitía, dejándonos a todos los que sabíamos lo que pasaba entre nosotros, mudos.

- Permiso, me dieron ganas de vomitar - largué en medio de un silencio incómodo, mientras Sabrina hacía demostraciones públicas de afecto.

Y sin decir más nada, levanté mi plato de la mesa para dirigirme a la cocina, seguida por Agus quien hizo lo mismo.

- Les viste las caras? - exclamó entre risas mientras dejábamos los platos en la pileta de la cocina
- Boludo me lo hace por gusto, si Julian me dijo que estaba enojada con él! Qué? Ahora se le fue de golpe el enojo y se puso cariñosa? - dije completamente sacada y él volvió a reír
- No le des bola Ori, no te rebajes - dijo poniéndose serio - No vale la pena
- Pero es mi casa! Me molesta tener que estar bancándome estas cosas
- Ya está, ignoralos, es lo mejor que podes hacer.

- Permiso - interrumpió Julian y bufé - Agus nos dejas solos?
- No - dije rápidamente mientras agarraba del brazo a mi amigo y lo obligaba a pararse a mi lado
- Dale Ori, hablemos - insistió en un tono de voz suave, relajado
- No quiero Julian, no tengo nada que hablar con vos
- Bueno, yo mejor me voy, no quiero estar en el medio - dijo Agus dedicándome una sonrisa antes de desaparecer por la puerta.

Respiré hondo y empecé a dar vueltas por la cocina, algo alterada, dándole la espalda.

- Perdón - largó finalmente, luego de un silencio incómodo un tanto prolongado
- Por qué me pedís perdón? - pregunté con el ceño fruncido mientras me daba vuelta para mirarlo
- Por todo. Por este momento de mierda que te estoy haciendo pasar, por tener que bancarte a Sabrina, perdón, yo...
- Bueno, por lo menos te das cuenta - dije irónica
- Yo tampoco la estoy pasando bien, te pensás que estoy cómodo comiendo entre las dos? Yo no quise venir Ori, ella insistió y no pude negarme
- Ya se - dije cortante
- Entonces? Por qué me tratas así?
- Hace falta que te explique? Ya se que no te puedo exigir nada, no te puedo obligar a que la dejes. Pero por lo menos respetame un poquito, respetala a ella. Ninguno de los tres la esta pasando bien, acá hay algo que esta fallando, y sos vos. Te tenés que decidir Julian. No te quiero presionar, pero por el bien de ambas, elegí. Si no la vas a dejar... bueno, lo acepto, me lo merezco, pero no juegues más conmigo, ya está, la cortamos acá y punto
- No - dijo muy serio, mirándome a los ojos mientras agarraba mis manos con las suyas - no la cortamos nada. Yo ya elegí, y te elegí a vos, ante todo.
- Y ella? - pregunté en voz baja y él aprovechó para acomodar un mechón de pelo por detrás de mi oreja
- Ya voy a hablar con ella, no pude todavía, pero voy a ir de frente, ya te lo dije - sonaba tan sincero que no me quedaba otra que confiar en su palabra.

Aproveché la poca distancia que quedaba entre ambos y sin decir nada, escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, para, luego de un suspiro, ser rodeada por sus brazos.

Perdí la cuenta del tiempo que estuvimos así, en silencio, abrazados.

- Eu, dame un beso - dijo casi en tono de súplica cuando apenas nos separamos
- No - dije sonriendo y él me miró algo confundido
- Por qué?
- Tu novia me va a rayar todo el techo con los cuernos y mis viejos me matan - dije con seriedad, intentando ponerle algo de humor al mal momento
- Que tarada que sos - dijo tentado por lo que yo también reí.

Aprovechó mi distracción para tomar mi cara entre sus manos, con posesión, y capturar mis labios de forma suave, tierna, pausada. Como si tuviéramos todo el tiempo del mundo a nuestro favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario