miércoles, 14 de mayo de 2014

CAPITULO 116

Quedé ahí parada, sola, sin saber si reírme, llorar, o gritar. Estaba feliz y preocupada a la vez, no sabía que iba a hacer Julian ahora, no sabía si esto cambiaba en algo las cosas o si fue un simple beso para él. Pero igual nada iba a borrar mi sonrisa, nada. 

Fui en busca de las chicas, me dirigí al lugar que estaban la última vez que las vi y ahí seguían, pero sin los chicos.

- Y Pablo y Nico? - pregunté buscándolos con la mirada
- Fueron a comprar algo - dijo Jenny señalando la barra y asentí, sonriendo
- Y esa sonrisa? - preguntó Lola 
- Es que... Les tengo que contar algo - dije mientras ambas me miraban con curiosidad - me chapé a Julian - agregué bajando el tono de voz
- Queeeeee? - grito Jenny con una sonrisa gigante
- Me jodes? - agregó Lola con la misma expresión
- Ayyy - fue lo único que dije y me tapé la cara - lo amo chicas!
- Awww más tiernos - dijo Jenny mordiéndose el labio 
- Y ahora? Y... la otra? Que onda? - preguntó Lola y me encogí de hombros
- No se, no me dijo nada, se fue porque ella lo estaba esperando y nada más - dije algo nerviosa
- Bueno ya está, relajate, fue un re avance, y conociéndolo a él, no se va a perder semejante mina! - dijo Lola y le dediqué mi mayor sonrisa

Mi celular empezó a vibrar mientras bailábamos y me pareció lo más raro leer "Juli" en la pantalla después de tanto tiempo.

"Ori seguís acá?", "Donde estas?"

Los nervios se apoderaron de mí. Sí, parecía una nena. 

"Si, sigo adentro, estoy con las chicas cerca de la barra. Vos?" - le mandé pero no obtuve respuesta.

No me hice la cabeza, supuse que estaba con Sabrina y me pareció bien que no la deje sola, así que me relajé y seguí bailando con las chicas, hasta que unas manos en mi cintura me sobresaltaron. Giré sobre mi misma y no era ni más ni menos que él, mirándome a los ojos con la sonrisa más tierna del mundo.

- Que haces acá? - pregunté sorprendida pero sin dejar de sonreír 
- Te vine a buscar - dijo todo tierno
- Y tu novia? 
- Shhh - dijo frunciendo el ceño y reí
- Julian, donde está? Que pasó?
- Cuando la fui a buscar ya se había ido, me mando un mensaje re quemada porque no la esperé - dijo con mala cara - se enoja por todo esta mina
- Ay que bien que hablas de ella, menos mal que la amabas
- Ya te dije que yo te amo a vos - dijo pasando sus brazos por mi cintura para pegarme a su cuerpo
- Así que me amas? - pregunté mordiéndome el labio, en realidad solo quería volver a escucharlo
- Sí, te amo - murmuró mientras se acercaba para darme un beso, pero le corrí la cara ocasionando que éste sea en la mejilla - Que te haces la que no querés ahora? - preguntó riendo
- Te olvidaste que tenés novia? 
- Si, me quiero olvidar, dale dame un beso - dijo volviendo a acercarse y rápidamente pegué mi frente a la suya
- Ya me perdonaste? - pregunté y él cerró sus ojos
- Hace mucho te perdoné - dijo luego de largar un suspiro
- Entonces por qué me la hiciste tan difícil?
- No será que vos te rendiste muy rápido?
- Qué? - grité y él largó una risa - Estuve meses llorando por vos idiota, te mande mil mensajes y nunca me respondiste - hice una pausa - al final sos más histérico y resentido que una mina Julian!
- Qué? Nooo - gritó y ambos reímos
- Que pensás hacer? - pregunté pasando mis manos por detrás de su cuello, acariciando el pelo que caía sobre su nuca
- Con... 
- Sí, con ella - lo interrumpí, ni siquiera quería escucharlo nombrarla
- Quiero hacer las cosas bien, le voy a decir la verdad
- Que verdad? 
- Que solo quiero estar con vos - dijo y sonreí.

Me puse apenas en puntas de pie para volver a unir nuestros labios, mientras lo abrazaba con fuerza por detrás de su cuello y él, por su parte, no se desprendió en ningún momento de mi cintura.

- Mmm - quiso hablar pero no lo dejé - Ori 
- No lo arruines - susurré para volverlo a besar
- Me... tengo... que... ir - dijo y me separé
- Qué? Ya? Por qué? - pregunté haciendo puchero y él automáticamente sonrió
- Va a llegar ella antes que yo y no voy a estar. Ya se, soy un boludo, pero quiero intentar hacer las cosas bien
- Entiendo, y no sos un boludo, me parece bien - dije y él frunció el ceño
- No te vas a enojar? No me vas a hacer una escenita?
- Por qué? - pregunté riendo - Debería?
- No, solo me pareció raro - dijo encogiéndose de hombros y le sonreí
- Dale anda 
- No, vos te vas conmigo - dijo agarrándome por la cintura y llevándome con él
- Para, no! Julian! Que haces? Me tengo que ir con los chicos! - grité intentando soltarme
- Te acompaño hasta tu casa, me queda de pasada. Dale, dejame - dijo y asentí, la verdad que me podía.

Les hice señas a las chicas de que me iba con él y a los pocos minutos ya estábamos fuera del boliche. 

- Que caprichoso que sos eh - dije cuando empezamos a caminar y él largó una risa
- Bueno, que querés que haga? Con todo lo que te extrañé me merecía aunque sea un rato más con vos - dijo girando la cabeza para mirarme
- Awww, me extrañaste? - pregunté con una sonrisa gigante y él asintió con algo de vergüenza - Yo no - agregué rápidamente, conteniendo la risa
- Ah, listo, así quedamos - dijo apartándose, "ofendido"
- Mentiiiira - grité colgándome de su cuello y llenándole toda la cara de besos.

El camino hasta mi casa fue así, repleto de besos, abrazos, jodas, todo volvía a ser muy parecido a lo que era antes. Él me prestó su campera ya que se empezaba a notar el frío a medida que amanecía, y yo la llevaba orgullosa a pesar de lo ridícula que quedaba con una campera enorme combinada con ropa para salir.

- No te vayas, quedate acá - le supliqué cuando estuvimos en la puerta de la casa
- No sabes las ganas que tengo de quedarme - dijo sonriendo de lado y le pegué, como hace tanto no hacía
- Tarado, mal pensás todo - dije riendo 
- Bueno che, hace como diez meses que no...
- Mira, no te hagas, no me vas a decir que con Sabrina no estuviste - lo interrumpí con mala cara y él rió
- Bueno, pero yo digo con vos - hizo una pausa - Vos con cuantos estuviste en todo este tiempo?
- Uff con muchos, ya perdí la cuenta - dije y sus ojos se abrieron como platos - No boludo, con nadie - aclaré antes de que se enloquezca - Tan poco me conoces? 
- Voy a hacer de cuenta que te creo - dijo y le volví a pegar.

Nada como un celular para interrumpir momentos tiernos como éste. 

- Antendé - susurré mientras abría la puerta y veía como no dejaba de mirar la pantalla, dudoso.

Asintió y entré para dejarle algo de privacidad. Lo primero que hice fue sacarme los zapatos, no existe nada mejor que eso. Me dirigí a la cocina intentando no hacer mucho ruido y ataqué la heladera. No había más que un poco de pizza, pero me vino bárbaro, moría de hambre. Llevé las cosas para el living y me senté a comer. Como a los cinco minutos Julian atravesó la puerta, algo serio comparándolo con el Julian de hacía un rato.

- Pasó algo? - pregunté parándome para estar a su altura
- No, nada - hizo una pausa - Mujeres, celos, escenitas, ya sabes de que hablo
- Ey no me cuentes esas cosas - dije riendo - anda con ella Julian, no sigas mandándote cagadas
- Si me voy a ir yendo, a ver si puedo hablar con ella 
- Me parece bien 
- Vení - dijo riendo mientras agarraba mi mano para acercarme a él.

Escondió su cara en mi cuello mientras me abrazaba con fuerza por la cintura. Y pensar que hace tanto tiempo esperaba este momento.

- Sabes que en realidad me muero por quedarme con vos, no? - preguntó al parecer bastante angustiado, sin moverse de donde estaba 
- Shh, ya lo se - susurré acariciándole el pelo - pero ya vamos a tener tiempo, hay cosas más importantes ahora
- Vos sos lo más importante - dijo apartándose para mirarme a los ojos, mientras con su mano me acomodaba el pelo atrás de la oreja
- Te amo - largué casi sin pensarlo
- Yo a vos - murmuró y no tarde nada en acercar mi cara a la suya, aunque él prefirió dejar un beso sentido en mi frente, para luego darme la espalda y acercarse a la puerta - nos vemos, mañana
- Claro - dije con una sonrisa inmensa - para, toma la campera que hace frío - agregué rápidamente antes de que se fuera
- No Ori, no tengo frío, quedátela, en serio - dijo mientras se alejaba y asentí, mirándolo embobada, es que de verdad no podía ser más perfecto.

Esperé hasta que desapareciera de mi vista para cerrar la puerta. Deje todo más o menos ordenado y como ninguno de los chicos volvía me fui al cuarto. Me di una ducha porque no podía soportar el olor a cerveza que tenía en todo el pelo, y arriba del pijama me volví a poner su campera. Solo por el hecho de que tenía su olor, su perfume que tanto extrañaba. Era como sentirlo más cerca. Volver a "dormir con él" después de tanto tiempo. Me puse a pensar en todo lo que había cambiado mi vida esa noche y enseguida, sin buscarlo, me quedé dormida.

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Aclaro que no subi mucho estos días porque estoy con entregas de la facultad y de verdad no tengo ni tiempo de escribir. Asi que nada, perdón y gracias por leer. Quedan pocos capítulos, ya se termina.

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