lunes, 5 de mayo de 2014

CAPITULO 111

Estuve bastante rato allí, el agua caliente me relajaba un montón, pero también me era imposible no pensar en él. Ensaye mi discurso unas mil veces en la ducha, pero no encontraba ninguna forma adecuada de decirle toda la verdad. Rendida, me cambié y volví con las chicas.


Las horas pasaban y yo estaba cada vez más nerviosa. Ya me había secado el pelo, peinado, cambiado, solo faltaba esperar a que las chicas se dignaran a llevarme, ya que Lola había venido con el auto.


- Podes calmarte Ori? Me pones nerviosa a mi! - dijo Jenny desde el asiento trasero del auto
- Es que tengo miedo - grité tapándome la cara
- Bueno, llegamos - murmuró Lola y levanté la vista para confirmarlo - suerte amiga - agregó dándome un fuerte abrazo
- Suerte gorda - gritó Jenny agarrando mi cara y alcanzando a dejar un beso en mi mejilla
- Gracias chicas, por todo, las quiero tanto
- Awww, anda dale, y tranquila, acordate lo que te dije - dijo Jenny y asentí, respirando hondo para luego bajar del auto y dirigirme hacia la puerta del edificio.

Me abrió el portero y casi que ni me acuerdo como fue el camino desde la puerta de entrada hasta la puerta del departamento de Julian, ya que los nervios me consumían. Respire hondo tres veces antes de tocar el maldito timbre y espere un par de minutos hasta que sentí el ruido de las llaves y mi corazón comenzó a latir más acelerado que nunca. La puerta finalmente se abrió y ahí estaba él, tan lindo y natural como siempre. Me mostró una amplia sonrisa la cual de solo mirarla me dolió, no quería ser la culpable de borrarla.

- Pasa Ori - dijo riendo al ver que yo estaba paralizada, ni siquiera fui capaz de devolverle la sonrisa, mi cara estaba aún más tensa que mi cuerpo
- Hola - dije tímida y volvió a sonreír, mierda, otra vez no Julian!
- Te pasa algo a vos? - preguntó con el ceño fruncido mientras trancaba la puerta
- Emm, no, nada - dije un poco nerviosa y me sorprendí al ver la mesa toda preparada para dos - Que es todo esto?
- Una cena - dijo no muy convencido - no es nada romántico porque bueno, ya sabes como soy - agregó y asentí con una leve sonrisa
- Que lindo que sos - largué seguido de un suspiró
- Igual no te ilusiones porque no cociné, obviamente, pero como ya te harté con la pizza, esta vez pedí sushi, yo soy medio bruto para esas cosas pero se que a vos te gusta - dijo dedicándome una sonrisa y casi muero, ahí mismo, él era un tierno y yo la mina más forra que puede existir
- No hacía falta ey, lo que a vos te guste a mi también me va a gustar! Igual gracias por preocuparte, sos un amor - dije algo nerviosa, hubiera preferido que me trate tan cortante como la tarde del domingo así no se me iba a hacer tan difícil decirle todo
- Sentate boluda, voy a buscar algo para tomar, ya vengo - dijo muy relajado y asentí, para luego con cuidado sentarme en la silla.

Mi mente no paraba de pensar, todo se estaba complicando, cada vez me daba más miedo decirle. Al poco rato salió por la puerta de la cocina con las bebidas y se sentó enfrentado a mí, mirándome a los ojos con mucha tranquilidad.

- Por qué me querías ver? - pregunté cuando empezamos a comer
- Qué ahora no te puedo invitar a mi casa? - preguntó largando una risa
- Si, claro, pero no se, me pareció raro que me hayas dicho eso después de haberme ignorado todo un día - dije esquivando su mirada
- Ah... Eh, de eso quería hablarte - dijo poniéndose serio y enseguida levanté la mirada
- Que pasó? - pregunté rápidamente
- Mira, no me va eso de hacerme el boludo, y tampoco te quiero mentir - dijo y esas últimas palabras me hicieron sentir la peor persona - ayer cuando subí a tu cuarto empezó a sonar tu celular, lo fui a agarrar para llevártelo y, bueno... era el pibe ese, Seba, y no pude evitar leer los mensajes que te mandaba - agregó cambiando la voz al nombrarlo
- Juli te lo puedo explicar
- Dejame terminar - dijo y asentí - ya se que soy demasiado celoso y me hago la cabeza por cosas que no son. Bueno, desde ayer que estoy mal por eso pero me puse a pensar y no vale la pena - agregó y fruncí el ceño enseguida, no lo terminaba de entender - el pibe es un boludo, me cae muy mal, lo sabes, pero se supone que tengo que confiar en vos, y yo confío en vos, por eso te invité, necesitaba decirte esto y pedirte perdón por haber reaccionado así, no te lo merecías, soy un boludo.

Sus palabras me terminaron de destrozar por dentro. Él confiaba en mí, se guardaba su orgullo y me hablaba de frente, y yo voy y le hago eso. No pude contener las lágrimas, lo intenté con todas mis fuerzas pero no pude.

- Ey Ori, no llores - dijo mientras se levantaba de la silla para acercarse a mi, agachándose a mi lado  - No seas tonta gorda - dijo sonriendo y secando mis lágrimas
- Salí - fue lo único que me salió decir pero él ni se movió
- Mirame - dijo poniéndose serio y agarrando mi cara entre sus manos - perdoname, no se que más decirte, fue un raye mío del momento pero ya pasó.

Me limité a mirarlo a los ojos y le acaricié el rostro con una mano, mirándolo con atención, cada detalle, sin entender como podía ser tan perfecto.

- Te amo - susurré entre lágrimas - nunca lo dudes, escuchaste? Te amo - dije y no me dio tiempo a nada que enseguida unió sus labios a los míos.

No puedo explicar lo que necesitaba ese beso, lo que necesitaba estar así con él, pero no de esa forma, no sintiéndome así de culpable. Me dejé llevar sabiendo que seguramente sería el último, así que solo me propuse disfrutarlo. Sin separarse de mí agarró mi mano y me ayudó a pararme de la silla, para luego pasar sus brazos por mi cintura aferrándome a su cuerpo con fuerza.

- Juli, para - murmuré cuando nos separamos para tomar aire y él comenzaba a dejar besos en mi cuello
- Shhhh - dijo callándome de un beso.

No se que tanto me dejé llevar que cuando quise acordar estábamos de camino a su cuarto y de un movimiento caímos en la cama, él sobre mí, sin dejar de besarme.

- Juli - dije sobre sus labios pero pareció no importarle - Juli no, para, no puedo - grité, para frenarlo a tiempo
- Por qué? Que pasó? - preguntó con cara de preocupación
- Te tengo que decir algo... muy importante - dije finalmente, sacando fuerzas no se de donde.

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