domingo, 11 de mayo de 2014

CAPITULO 115

El resto de la tarde me la pase maquinando, pensando en él todo el tiempo aunque las chicas me lo hayan prohibido.


- Encima es re puta - grité de la nada mientras nos vestíamos para salir
- De que hablas? - preguntó Lola con el ceño fruncido
- De Sabrina, de quien va a ser? La odio! - dije re sacada - Le tiene ganas a Julian desde siempre, solo estaba esperando que nos peleáramos para meterse, no vieron como me miraba?
- Calmate Ori, si te pones así es peor, demostrale que no te importa ni él ni su novia - dijo Jenny y Lola asintió
- No puedo chicas, tengo ganas de cagarlos a puteadas a los dos, no puedo controlarme
- Bueno no te queda otra, porque sino vas a quedar como una pendeja, y eso sería peor - agrego Lola, siempre tan directa.

Me había tranquilizado un poco, las chicas tenían razón, tenía que demostrarle que podía ser más madura que él.

Me puse una pollera negra suelta y un top del mismo color, con algo de brillos, y baje junto a las chicas ya que la música ya sonaba a todo volumen y al parecer ya habían empezado a tomar. Agarré una botellita de cerveza de la heladera y salí al jardín seguida de Jenny y Lola. Titi por suerte había liberado un rato a mi amigo así que me puse a bailar con él un rato.

- Que onda con lo que paso hoy en la playa? - me preguntó en el oído ya que con la música de fondo no se escuchaba mucho
- Nada, que se mate - dije para luego tomar un trago de cerveza
- No te molesta? - agregó curioso
- La verdad que me rompe las pelotas que me venga a refregar en la cara que está con Sabrina, pero puede hacer lo que quiera, es su vida - dije seria y él asintió
- Lo querés? - preguntó insistente con el tema y negué con la cabeza
- Lo amo - respondí con una mueca de dolor
- Ay mi vida - gritó Agustín mientras me abrazaba - No le des bola, con lo hermosa que sos podes tener al pibe que quieras
- Pero lo quiero a él y no lo puedo tener
- Olvidate de él boluda, olvidate!
- Si eso intentaba hacer hasta que lo volví a ver, pero bueno, tiene novia y eso cambia todo
- Claro... Bueno no se habla más del tema - dijo sonriéndome y agarrándome de la mano para girarme al ritmo de la música.

Ya había perdido la cuenta de las botellas de cerveza que había terminado. Estaba feliz, por el momento, disfrutando con las chicas, bailando, riéndome de todo, y sin pensar en Julian.

Ya eran las 2 y media de la mañana cuando decidimos ir al boliche. Fuimos a uno del puerto, el mismo al que fuimos en año pasado con Julian, pero bueno, esta vez sin él. Entramos primero nosotras tres y quedamos en encontrarnos con Pablo y Nico en la barra de la pista principal. Agus no había venido ya que estaba hecho un pollerudo con Titi y como ella no pasaba por ser menor, decidió quedarse en casa. Fuimos al baño, como siempre, y después de una cola interminable pudimos salir y dirigirnos a la barra en donde dijimos de encontrarnos. Mientras esperábamos a que llegaran nos compramos una botella de cerveza cada una y nos pusimos a bailar ahí a unos pasos, cosa de verlos a los chicos cuando aparecieran.

Bailamos un montón de tiempo solas, como en los viejos tiempos, hasta que aparecieron los demás y me fui a la barra nuevamente, no podía tolerar sentirme paleta. Me compre la segunda botella, sin contar las que había tomado en casa, y me quedé hablando de la vida con el pibe de la barra, que era un copado.

- Una cerveza - escuché y giré con cuidado mi cabeza.

Si, como sospechaba, estaba Julian a unos metros, acompañado de... bueno, ella. Por suerte no me vieron, porque mi estado la verdad que era, muy de fracasada.

- Mi amor, voy al baño, esperame acá que ya vengo - dijo Sabrina y se despidió con un corto beso.

Mierda, otra vez tuve que presenciarlo, ver esa escena vomitiva con mis propios ojos. Mi nuevo "amigo", el de la barra, al que le había contado toda mi historia con Julian estaba ahora destapándole la botella a él. Le agradeció y con mucha tranquilidad se apoyó sobre la barra, de espaldas, mirando hacia la pista. Me pareció la oportunidad perfecta para acercarme a hablarle, tenía que aprovechar que la innombrable lo había dejado solo por un minuto. Les había prometido a las chicas que no lo iba a hacer, pero digamos que en el estado en el que estaba no podía dejar perder semejante oportunidad.

- Hola - dije fingiendo estar contenta, y con confianza imité su pose, llevando la botella de cerveza hacia mi boca
- Hola - dijo mirándome serio
- Tu novia te deja saludarme? - pregunté bien directa y él bufó
- Mi novia confía en mí, y yo confío en ella - dijo remarcando la última parte, lo cual fue un golpe bastante bajo para mí
- Entonces, si confía en vos, no le va a molestar que bailemos una canción, no? - pregunté desafiante, contectando mi mirada con la suya
- No da - respondió cortante
- Por qué? No te animas? - pregunté extendiéndole la mano y él rodó sus ojos antes de agarrarla.

Caminé hacia una esquina de la pista, donde no había tanta gente, ya que odiaba que me empujaran. Él me seguía, sin decir nada, agarrando mi mano con fuerza para no perderme entre la multitud. Sentir el contacto con su piel después de tanto tiempo me generaba algo en la panza que no puedo explicar.

Cuando llegamos a un lugar relativamente despejado me paré frente a él, mientras él de a poco soltaba mi mano.

- Tanto por una canción? Podíamos bailar allá - dijo serio
- También quiero hablar - y evite decir "tampoco quiero que nos interrumpa la puta de tu novia"
- Yo no quiero hablar - dijo y bufé
- No seas pendejo Julian - me quejé y antes de dejarlo hablar agarré su mano para que me siguiera el ritmo.

Bailamos un par de canciones y a lo último ya se había soltado bastante, hasta intercambiamos algunas sonrisas cada tanto. Él no podía evitar reírse de mi torpeza y yo me reía simplemente para que él no dejara de hacerlo.

- Ya está Ori, podemos volver allá? - dijo y sonreí al instante, hacía mucho tiempo que no escuchaba su "Ori", y me dio ternura
- Para, hablemos - grité, frenándolo
- De qué?
- De nosotros - dije con seguridad y él negó con la cabeza
- No hay más "nosotros", no te diste cuenta que tengo novia?
- Uh dejate de joder con el "tengo novia", deja de usar esa excusa para evitar hablarme de frente - dije mirándolo a los ojos, incomodándolo un poco
- Mejor hablame cuando estés sobria - dijo y reí, con algo de bronca
- Soy muy consciente de lo que digo y hago, y tal vez pueda ser más sincera habiendo tomado que estando sobria, será por eso que no te la bancas? - pregunté acorralándolo un poco
- No tiene sentido hablar después de todo el tiempo que pasó
- Me estas jodiendo? Me vas a decir que seguís resentido por un puto beso? Un beso que no significó nada y del cual me arrepiento? No te entiendo Julian, si tan fuerte era lo nuestro por qué se tuvo que cagar todo por un simple error que tuve, por qué?
- Capaz que no era tan fuerte como pensábamos
- Ah no? No era tan fuerte? Entonces explicame por qué te pone incómodo que me acerque tanto a vos? - pregunté arrinconándolo contra la pared - por que te pones así si me acerco a tu boca? - agregué mirándolo a los ojos, tan cerca que podía sentir su respiración algo agitada chocando con la mía
- Basta, por favor - suplicó apoyando sus manos en mis brazos, para evitar que me siguiera acercando
- Que haces con Sabrina? Desde cuando te pones de novio tan rápido? - pregunté y se encogió de hombros - La amas?
- La quiero - dijo apartando su mirada y reí
- No la amas Julian, por qué te mentís a vos mismo?
- Por qué me haces estos planteos? Te recuerdo que por tu culpa no estamos más juntos. Tengo derecho de rehacer mi vida, con quien quiera
- Con ella justo tenía que ser?
- Ella estuvo cuando yo estaba en mi peor momento - dijo y negué con la cabeza
- Ella estaba esperando que estuvieras en tu peor momento para aprovechar - dije furiosa
- Cortala, no la conoces
- Por suerte no la conozco - hice una pausa en la que solo nos miramos a los ojos, con algo de bronca y resentimiento - Ya te olvidaste de mí? Tan rápido? Ya no me querés? - agregué mientras unas lágrimas amenazaban con salir
- Ori, por favor, basta - dijo secando con ternura mis lágrimas que no tardaron en caer
- Respondeme - grité desesperada, aunque entre tanta música nadie se percató
- Que querés que te diga? Que te olvidé? No, no te olvide. Que no te quiero más? No, te sigo amando como siempre. Estás contenta ahora? - dijo frunciendo el ceño y mi corazón dio un vuelco.

Sin dudarlo un segundo, agarré su cara entre mis manos y acorté la poca distancia que quedaba entre nosotros. Lo besé con ganas, con sentimiento, con algo de desesperación. Volvía a sentir el calor de sus labios, el olor de su piel, de su perfume, volvía a besarlo después de diez meses, cuando pensaba que nunca más iba a poder hacerlo. Al principio se mostró algo sorprendido por mi impulso pero enseguida me siguió el beso, apoyando sus manos en mis caderas para acercarme más a él, aunque eso fuera casi imposible.

Nuestros labios encajaban a la perfección, seguían un ritmo bastante acelerado y el beso cada vez subía más de tono.


- Ori, para - susurró sobre mis labios y negué con la cabeza - dale Ori - agregó y me separé un poco, con una sonrisa
- Que pasa? - pregunté mirándolo a los ojos
- Sabrina pasa, al final le estoy haciendo lo que no me gustó que me hagan a mí - dijo demostrando tristeza en su mirada al recordarlo
- No es lo mismo, porque lo mío no fue nada, en cambio entre nosotros hay algo que ella nunca va a poder entender, ni igualar - dije acariciando su mejilla y él cerró sus ojos, como disfrutándolo
- Igual me siento una bosta - murmuró aún con los ojos cerrados, por lo que no pude evitar volver a besarlo, aunque esta vez, con ternura, lento, pausado.

- Te amo - susurré cuando nos separamos para tomar aire
- No da esto Ori - dijo mirándome a los ojos
- Lo que no da es que estemos separados, eso no da. Pero bueno, yo ya te dije todo lo que tenía guardado, ahora vos decidís. No te voy a obligar a que me perdones, ni a que quieras volver conmigo, ni mucho menos que dejes a tu novia. Vos sabes lo que haces - dije seria y él sonrió de costado
- Estas como más madura - dijo mirándome aún con esa sonrisa que me podía
- Puede ser, pasó mucho tiempo, supongo que cambié
- Para mejor - dijo y sonreí
- Anda que te debe estar esperando - dije y asintió.

Se acercó dejando un beso en mi cuello y luego se dirigió a mi oído, logrando erizar mi piel.

- Yo también te amo Ori - susurró y salió caminando, dejándome con ganas de más y más besos, con un montón de dudas y expectativas, pero por sobre todo, con una felicidad que no me cabía en el cuerpo!

4 comentarios: