miércoles, 11 de junio de 2014

EPÍLOGO

Me desperté con el ruido que provocaba el viento al golpear contra la ventana del cuarto. Un frío me invadió y lo primero que hice, luego de tapar mi cabeza con las sábanas, fue estirar mi mano, buscándolo a él. No estaba ahí, estaba completamente sola.

Recordé todo lo que había pasado la noche anterior y automáticamente una sonrisa se dibujó en mi rostro. Definitivamente había sido real, no lo había soñado.


No se por qué hacía tanto frío en pleno Enero. Por la ventana podía ver el viento que había y eso solo me daba ganas de seguir durmiendo, pero abrazada a Julian.

Con toda la pereza del mundo me dirigí al baño para darme una ducha. Cuando salí él tampoco estaba, así que me vestí y bajé las escaleras para buscarlo abajo. No habían rastros de Julian, ni de nadie, seguramente todos seguían durmiendo.

Volví al cuarto en busca de mi celular, revolví todo hasta encontrarlo en el bolsillo del short que tenía la noche anterior, el cual estaba tirado a un costado de la cama. No tenía ningún mensaje, así que le escribí yo.

"Juli, donde estás?"

"Buen día Ori! No te quise despertar porque estaba feo el día y vos estabas muy linda durmiendo. Me vine a la playa, para caminar un poco y pensar. Ya sabes como soy... En un rato estoy ahí, te amo" - me contestó a los pocos minutos y mi sonrisa volvió, no podía ser más tierno.

Guardé el celular en el bolsillo y me puse la campera que él me había prestado para salir. Realmente hacía frío y un viento terrible, así que me puse la capucha y emprendí camino hacia la playa, a ver si lo encontraba. Solo necesitaba verlo.

No había nadie en la playa, obviamente, por lo tanto no me costó nada encontrarlo con la mirada. Estaba sentado sobre la arena a muy poca distancia del mar, tanto que el agua que arrastraban las olas llegaba a tocar sus pies.

Sin dudarlo caminé hacia allí, en silencio, para sentarme tras él y rodear con mis brazos su cintura. No dijo nada, simplemente depositó sus manos sobre las mías y tiró su cabeza para atrás, con los ojos cerrados, hasta apoyarla sobre mi hombro. Respiró hondo y pegué mi cara con la suya, para luego esconderla en su cuello y dejar un par de besos ahí.

Era increíble la paz que se sentía, teníamos el mar en frente, el ruido de las olas, el viento golpeándonos con fuerza y el sonido de nuestras respiraciones coordinadas.

- Estás bien? - me animé a preguntar luego de unos minutos y él solo asintió, sin abrir los ojos en ningún momento
- Te pasa algo? - insistí y negó con la cabeza, con una tranquilidad envidiable
- Entonces, en qué pensás? - pregunté varios minutos después y él se encogió de hombros
- En todo - dijo finalmente y mi  confusión aumentó el doble
- Uh, me das miedo cuando estás tan pensativo - dije luego de un suspiro y él esbozó una leve sonrisa
- Miedo? Por qué? - preguntó abriendo los ojos por primera vez y girando la cabeza sobre mi hombro para mirarme
- Porque si, siento que nunca voy a entender tu cabeza - dije acariciándole el pelo y el frunció el ceño mientras me escuchaba atentamente - es como un mundo aparte, siempre pensás más de lo que decís
- Yo siempre te digo lo que pienso
- Sí? Siempre? - pregunté y él se limitó a asentir, con seriedad - Que pensás ahora?
- Pienso en nosotros - hizo una pausa un tanto prolongada, mientras volvía su mirada al mar - En cómo la vida nos sigue dando oportunidades para que estemos juntos, y, a pesar de todo y de todos, siempre terminamos así, juntos - explicó y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Dejé un sentido beso en su mejilla y él continuó hablando - No debe ser casualidad que nos hayamos reencontrado después de ocho años, y tampoco creo que todo lo que nos pasó en el último año haya sido casualidad
- No existen las casualidades, nosotros nos teníamos que reencontrar y así fue, no le encuentro otra explicación posible - dije a medida que las lágrimas recorrían lentamente mi rostro y él se dio vuelta para acomodarse de frente a mí, secándolas con sus dedos para luego dejar un beso en mi frente
- Hoy hace un año de ese día, que te ahogaste y yo te rescaté, te acordás? - preguntó con los ojos brillosos y asentí, derramando cada vez más lágrimas - Fue acá, en este mismo lugar - agregó señalando el mar
- Cómo me voy a olvidar de eso? - pregunté con la voz quebrada y él solo sonrió - Hace un año me salvaste la vida y me la cambiaste totalmente, para siempre
- Justamente por eso - dijo mirándome fijo a los ojos - quiero que estemos juntos, hasta que la vida se canse de darnos oportunidades, juntos, vos y yo, nadie más - mi corazón empezó a latir cada vez más fuerte a medida que escuchaba sus palabras
- Eso es una propuesta? - pregunté sonriendo más que nunca
- Sí, es una propuesta - dijo sincero, sosteniendo mis manos entre las suyas - Gorda, yo quiero estar con vos, siempre, verte sonreír así, todos los días. Pelearnos por pavadas y que las reconciliaciones sean como la de ayer a la noche, despertarme y verte dormida, a mi lado, abrazándome como hoy a la mañana. Bancarme tus histeriqueos y que vos te aguantes mis celos estúpidos - hizo una pausa en la que no apartó su mirada de la mía en ningún momento - Vos no querés eso? Ser... mi novia? Así, con titulo...

Quedé paralizada, por la última frase e inundada en lágrimas por todas las cosas que mencionó anteriormente. Lo único que me salió hacer fue abalanzarme sobre él, demostrar con un beso que quería exactamente todo lo mismo, y más. Soltó mis manos para llevar las suyas a mi nuca y acercarme más para profundizar el beso. Yo simplemente rodee su cintura con mis brazos, aferrándome con fuerza a él. Nos separamos con una sonrisa y apoyé con delicadeza mi frente sobre la suya, mientras él me miraba expectante.

- Y? Que decís? - murmuró cerca de mis labios
- Que sí, digo que sí. Yo quiero lo mismo, quiero ser tu novia, quiero estar con vos, siempre - respondí sincera, mirándolo a los ojos y su sonrisa se ensancho aún más - Y digo que te amo, mas que a nada en el mundo, te amo - dije cerrando los ojos y esta vez me besó el, con demasiada ternura.

- Yo.... Te.... Amo.... Más - susurró sobre mis labios entre cada beso.

Sonreí para luego esconder mi cabeza en su cuello, besándolo y resguardándome del frío. Él me rodeó con sus brazos y nos quedamos así, juntos, en ese lugar que ya era prácticamente nuestro. Demostrándonos todo lo que nos queremos, en silencio. Prometiendo estar juntos, sin importarnos nada ni nadie. Solos los dos. SIEMPRE.

sábado, 31 de mayo de 2014

CAPITULO 120 (Último)

Esperé un rato a ver si se cansaban de tocar timbre pero no, parecía bastante insistente, así que no me quedó otra que levantarme. Me tomé todo el tiempo del mundo en caminar hasta la puerta y abrirla. Pero cuando lo hice, lo vi, y mi única reacción fue cerrarle la puerta en la cara, sin darle tiempo a nada.

- Ori, abríme - gritó desde afuera y negué con la cabeza, aunque no me estuviera viendo
- Andate Julian, vas a despertar a las chicas
- Tengo que hablar con vos!

Suspiré antes de volver a abrir la puerta, era igual o más caprichoso que yo y obviamente no iba a dejar de insistir hasta que lo hiciera.

- Qué querés? - largué cortante
- Me dejas pasar? - preguntó y sin decir nada di un paso para atrás, dejándole un espacio para que pase y él mismo se encargó de cerrar la puerta.

Me crucé de brazos y me recosté sobre la pared para poder mantenerme de pie, sin desconectar mi mirada de la suya en ningún momento. Él me miraba serio, como analizándome. Odiaba que hiciera eso, me ponía demasiado nerviosa.

- Por qué lloraste? - preguntó luego de varios minutos
- De qué hablas? - respondí con el ceño fruncido y él se mordió el labio mientras negaba con la cabeza
- Te pensas que no te conozco? Estuviste llorando, me podés contar?
- Te quise contar pero tenías cosas más importantes que hacer - dije conteniendo las lágrimas y él bufó
- Es que...
- Es que nada Julian, ya está, me cansé, no quiero jugar más a esto, me está haciendo mal - dije derramando las primeras lágrimas - ya se nos fue de las manos, estamos haciendo todo mal, no te das cuenta? - agregué y apoyó sus manos en mis brazos para acercarme más a él
- Salí - grité rápidamente, empujándolo un poco y me miró algo confuso
- Ey, que te pasa ahora? - preguntó y sin hacerle caso a mis palabras se acercó aún más, apoyando su frente sobre la mía, sin soltarme en ningún momento
- Me siento estúpida poniéndome celosa de tu novia, cuando tendría que ser al revés - expliqué evitando su mirada y él sonrió un poco
- Te pones celosa? - preguntó entusiasmado y bufé
- Te encanta que estén todas atrás tuyo no? Lo disfrutas? - dije algo sacada y me detuve cuando acercó su boca a la mía, apenas rozando nuestros labios - Basta - murmuré con debilidad, juntando fuerzas para resistirme
- Shhh - susurró sobre mis labios y se tomó su tiempo para, luego de unos eternos segundos de amagues y respiraciones agitadas, capturar mi labio inferior entre los suyos.

Quise demostrar resistencia pero fue en vano, en cuestión de segundos ya le estaba siguiendo el ritmo, algo lento, pausado, y tierno.

- Sos un idiota - murmuré cuando nos separamos, por falta de aire, y él largó una carcajada
- Por qué? - preguntó con la voz entrecortada
- Porque tengo que estar enojada, pero vos venís tranquilamente y haces estas cosas - dije golpeándole sin muchas fuerzas el pecho, por lo que él solo rió y se inclinó para besar mi frente
- Ya se te fue el enojo? - preguntó volviendo a acercarse y negué con la cabeza.

Volvió a besarme pero con algo más de intensidad. Sí, lo hacía a propósito, definitivamente.

- Ahora? - insistió antes de dirigirse a mi cuello y dejó una serie de besos allí
- No - repetí y el rió sobre mi piel, logrando estremecerme.

- Y si te digo que te tengo una buena noticia? - preguntó volviendo a mirarme a los ojos, con esa sonrisa tan....
- Que noticia? - pregunté intrigada
- No se si decírtela
- Dale, tarado - dije riendo y él aprovechó para darme un beso corto.

- Em, estoy... soltero - dijo sonriente y mis ojos se abrieron como platos
- Que qué?
- Lo que escuchaste Ori
- No, pero... explicate!
- Hable con Sabrina, ya está, se acabó - dijo serio y no pude evitar sonreír ampliamente
- Es en serio esto, no?
- Si, tonta, para que te voy a mentir?
- Y cómo reaccionó? Por qué no me dijiste antes?
- Porque te hacías la enojada! Hoy cuando te dije que estaba con algo importante era porque estaba hablando con ella - dijo y quise pegarme por idiota - Y se lo tomó mal, que se yo, pero me entendió y supongo que con el tiempo se le va a pasar el "enojo". Y no vine antes porque, nada, se quiso ir, y lo mínimo que podía hacer era llevarla hasta la terminal, acompañarla - agregó y asentí
- Y vos estás bien? - pregunté poniéndome seria, mientras jugaba con su pelo
- Si, va... que se yo, más o menos. Estoy aliviado, era algo que necesitaba hacer, pero no puedo evitar sentirme una bosta. Es una buena mina, no se merecía que le hiciera eso - dijo apenado y volví a asentir
- Tenés razón, pero no sos una bosta - dije obligándolo a que me mire a los ojos - Bueno, ya está, basta de Sabrina - agregué apretándole los cachetes y él sonrió.
- Si, por favor!

- Entonces ahora te tengo solo para mi? - pregunté colgándome de su cuello y él asintió riendo
- Exacto - murmuró para luego volver a unir nuestros labios con algo de desesperación.

Me acorraló contra la pared en cuestión de segundos y no tardé nada en llevar mis manos hasta el borde de su remera para empezar a subirla de a poco. Me ayudó a terminar de sacársela y reí algo nerviosa cuando me choqué con su mirada, prendida fuego.

Fui recorriendo cada parte de su espalda mientras él dejaba un camino de besos que iban desde mi mandíbula hasta el cuello, deteniéndose allí por un largo rato.

Sin soltarme en ningún momento, me guió hasta las escaleras, caminando con algo de torpeza y me sostuve con fuerza de su cuello para no caerme a medida que subía los escalones de espaldas.

- Shhhh - dije entre risas cuando casi nos caemos en la mitad de la escalera - están las chicas durmiendo abajo - susurré y él me calló con un beso para rodear con sus brazos mi cintura, logrando levantarme un poco del suelo para llevarme hasta la puerta de mi cuarto.

Entramos sin dejar de abrazarnos y enseguida cerré la puerta con llave.

- Por si llegan mis amigas, son bastante inoportunas - aclaré cuando vi que me miraba sin entender.

Él solo rió para luego tirar de mi mano hasta hacerme chocar contra su cuerpo. Intentó, algo bruto, sacar mi camisa de adentro del short para luego desabrocharla con tan poco cuidado que hasta me pareció sentir el sonido de algunos botones rodando por el piso de la habitación. Cosa que me importó muy poco. Me deshice por fin de la camisa, tirándola por algún rincón para luego empujarlo hasta el borde de la cama. Se recostó un poco contra el respaldo y con sus manos pegadas a mis caderas me obligó a acomodarme sobre él, depositando mis piernas a ambos lados de su cuerpo.

Me entretuve besando su cuello y su pecho desnudo mientras él con una mezcla de delicadeza y desesperación se deshizo rápidamente del corpiño y luego del resto de mi ropa.



Hacía aproximadamente diez meses que esperaba este momento, volver a estar así con él, volver a sentirlo de esa forma. Y me encargué de demostrárselo, de eso no habían dudas. Se notaba que los dos nos habíamos extrañado un montón y eso hizo que todo fuera doblemente perfecto.



Nos quedamos por varios minutos en silencio, él acariciando mi pelo y yo recostada sobre su pecho, dibujando formas abstractas con mis dedos sobre su piel, mientras nuestras respiraciones de a poco retomaban su ritmo habitual.

- Te amo - susurré levantando mi mirada y él elevó un poco su cabeza para besar mi frente
- Yo más, gorda - dijo tan tierno que no pude evitar llevar mi mano hacia su nuca y atraerlo hacia mí para dejar un sentido beso en sus labios.

La habitación estaba apenas iluminada por la luz de la luna y la iluminación de la calle que entraba por la ventana. Recién me daba cuenta de detalles como éste, que había pasado por alto en el momento en que entramos, algo bastante desesperados.

Me levanté un rato después y agarré entre mis cosas la campera que me había prestado la noche anterior. Me la puse mientras sentía su risa detrás de mi y en un intento de no hacer ningún ruido, bajé las escaleras para dirigirme a la cocina a buscar algo para saciar mi hambre. En el camino me encontré con su remera tirada por el piso y no pude evitar reír al recordar la forma en la que se la había sacado. La colgué en mi hombro y seguí mi camino. Corté un poco de torta del día anterior y volví al cuarto, nuevamente cerrando la puerta con llave, por las dudas.

- Al fin nena - murmuró con la cara aplastada contra la almohada y yo reí, para luego dejar la comida sobre la mesita y tirarme sobre su espalda con toda la brutalidad del mundo.



Seguíamos despiertos cuando los escuchamos llegar a los chicos. Eran aproximadamente las 8 de la mañana y ya empezaba a entrar el sol por la ventana. Escuchamos las pisadas en la escalera y luego tocaron la puerta. Mierda.

- Ori! Estas ahí? Abríme - gritó Jenny  desde afuera y bufé
- Shhh, quedate - me susurró Julian mientras enredaba sus piernas entre las mías para que no me pudiera ni mover
- No Jenny, anda al otro cuarto - dije sin muchas ganas y él dejó un beso en mi cuello mientras esperábamos su respuesta
- Ay dale tengo que pasar a cambiarme - insistió y Juli puso los ojos en blanco
- No jodas colorada - gritó y no pude evitar reírme - anda a decirle a Pablo que te atienda - agregó y le pegué en el hombro sin dejar de reír
- Ahhh ya entiendo, perdón por interrumpir - dijo bajando el tono de voz y luego hubo un silencio, así que supuse que ya se había ido.

- Sos un tarado - murmuré volviendo a acostarme sobre su pecho y él rió
- Shhh, no me pelees, tengo sueño - dijo todo tierno mientras cerraba los ojos y me encerraba entre sus brazos.

Se quedó dormido enseguida, aferrado a mí, mientras yo me dedicaba a observarlo con atención. Cómo podía ser tan perfecto? Analicé cada uno de los gestos que hacía mientras dormía, y realmente parecía un bebé, estaba tan tranquilo y me generaba tanta paz.

Mientras lo miraba me puse a pensar en todo lo que había pasado en este último año. Cómo me había cambiado la vida de golpe al reencontrarlo y cuánta falta me había hecho todo este tiempo que estuvimos distanciados. Cerré los ojos para no pensar más en esas cosas y escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, dejando algunos besos allí antes de quedar profundamente dormida.

domingo, 25 de mayo de 2014

CAPITULO 119

Escuchamos un ruido y por instinto nos separamos enseguida, algo desconcertados.

- Ah bueno... Agradezcan que entré yo y no otra - dijo Jenny mientras traía el resto de los platos
- Que susto - exclamé tapándome la cara con ambas manos y él rió, nada le preocupaba, ni siquiera que nos pudiera ver su novia.

Lo dejé ahí parado y sin decir nada me puse a lavar los platos con Jenny, es que si no fuera por nosotras la casa se venía abajo.


- Julian si no vas a decir nada andate - dije sin mirarlo, ya que estaba de espaldas a él
- Me estás echando? - preguntó algo ofendido y mi amiga largó una carcajada que me aturdió
- No, pero me pone nerviosa que me estés mirando - aclaré girando la cabeza para verlo, sentado sobre la mesa y con su mirada fija en mí
- Pero quien te pensas que sos pendeja? - preguntó en un tono de voz divertido y yo reí - además la estoy mirando a esta colorada potra - agregó acercándose para abrazarla por detrás y apoyó su cabeza en el hombro de ella, para provocarme aún más
- Jenny!
- Es él - se defendió rápidamente y Julian se esforzó por contener la risa
- Idiotas - me quejé y ambos rieron - deja de apoyarla Julian! Es mi amiga!
- Siempre llevando todo para el otro lado vos, desubicada, la estoy abrazando nada más - dijo y bufé

- Perdón, interrumpo? - nos giramos rápidamente y sí, era ella, otra vez
- Eh, no - dijo algo nervioso y se separó de Jenny enseguida - la estaba abrazando nada más - le explicó y no pude evitar reír por lo bajo
- Ya se gordo - contestó ella sonriéndole y maldije para mi interior.

YO le digo gordo. No vos.

Se colgó de su cuello para, muy tranquilamente, chaparselo, ahí, ignorándonos por completo a Jenny y a mí. Respiré hondo unas cien veces y aparté mi mirada para no tener que soportar más esa tortura.

- Que hacían? - preguntó intentando parecer simpática una vez que se dignó a soltarlo.

Él solo me miraba sin saber que hacer o decir.

- Lavábamos los platos, querés ayudar? - pregunté junto con una sonrisa falsa y automáticamente negó con la cabeza.

Me tuve que contener para no gritarle "entonces andate por donde viniste".

- Vamos mi amor? - le preguntó haciendo énfasis en el "mi amor"
- A donde?
- Afuera, esta hermoso, vamos a la pileta - dijo y él asintió, por lo que le agarró la mano y salieron rápidamente de la cocina.

- Ayyyyyy - grité con bronca y Jenny me miró extrañada - la odio!
- Se nota - dijo entre risas y me agarré la cabeza algo desesperada
- Cuando se piensa ir? Necesito echarla de mi casa, ya!
- Calmate boluda, dejala, no ves que lo hace a propósito para que te pongas así?
- Es que logra sacarme, te juro!
- Bueno ya está, dejala que lo disfrute mientras pueda
- No, que no disfrute nada, es mío - dije cruzándome de brazos, caprichosa, y ella solo rió para luego seguir con lo suyo.

Pasamos toda la tarde en la pileta, tomando sol, el día estaba ideal. Ya había empezado a ignorarlos, a ella, a sus comentarios, sus besos, abrazos y hasta a Julian. No me iba a permitir pasarla mal y menos por ellos. Aunque bueno, un poco bastante molesta estaba.

Empezó a oscurecer así que decidimos entrar para ir bañándonos y prepararnos para la noche. Por suerte Julian se dio cuenta de que ya no daba más esta situación y empezó a juntar sus cosas para irse. Si era por Sabrina se quedaban hasta pasado mañana. La muy forra estaba disfrutando de todo esto y se notaba claramente.

Se despidió de mí al igual que de los demás, con un beso en la mejilla y con una mirada rara, como con... culpa? Se fueron abrazados y prácticamente les cerré la puerta en la cara.

Ya no me estaba gustando tanto esto de ser "la otra". La verdad que pensé que lo iba a poder soportar y hacía todo el esfuerzo porque así fuera pero cada vez se me complicaba más verlo con Sabrina y que nada le importara.



La noche llegó y con las chicas ya estábamos prontas, aunque no parezca nada creíble. Ya estábamos cambiadas, peinadas, maquilladas, habíamos comido todos juntos y  estábamos empezando a tomar.

Nos pegó algo rápido el alcohol, a los pocos vasos yo ya tenía un estado de euforia importantísimo. Aproveché para agarrar el celular, cosa que no tendría que haber hecho, y abrí la conversación con Julian. No habíamos hablado en lo que iba del día, yo había optado por ignorarlo, no quería seguir enganchándome sabiendo que él todavía no mostraba ningún indicio de que iba a dejarla a Sabrina.

"Juliaaaaaaaan" - fue lo primero que le mandé, casi sin pensarlo

"Ori, que pasa?"

"Me tiene que pasar algo para querer hablar con vos?" - bueno, lo admito, capaz estaba extremadamente MUY a la defensiva

"No, claro que no, solo me preocupó tanta efusividad, capaz que había pasado algo.. Cómo estás?"

"Mal"

"Por qué estas mal???" - mandó junto con una carita triste, lo cual me mató de amor

"Por vos"

"Estas en pedo Oriana?"

"Nooo! Y no me digas Oriana"

"Bueno, perdón Ori, pero no te entiendo, me hablas en serio?"

"Si. Llamame :("

"No puedo ahora gorda, estoy con algo importante. Hablamos después, si?"

Algo importante... Sabrina. Y otra vez se ganó una lista enorme de puteadas. Que ingenua soy, obviamente que estar con su novia es más importante que hablar conmigo, por más que le haya dicho que estaba mal.

"Matate Julian" - si soy impulsiva sobria, soy el triple habiendo tomado.

Obviamente no me contestó, lo que me dio más bronca todavía.

Pasé en menos de una hora de la euforia, de los gritos, de estar feliz a deprimirme. Por los efectos del alcohol, y por haber hablado con él, claramente. Perdí la cuenta del tiempo que estuve llorando, mientras las chicas me contenían. Decía boludeces pero me sentía mal en serio. Todos intentaban animarme pero me había puesto bastante caprichosa y no pudieron sacarme ni un segundo del sillón donde me había instalado.

- Dale Ori, salgamos, vas a ver que te olvidas de todo - insistió Jenny con una paciencia admirable
- No quiero, me quiero quedar durmiendo - dije con dificultad, entre el alcohol, la bronca y el llanto, me costaba muchísimo hablar correctamente.

- No es la solución, amiga
- Si que es, dormir y pegarle cuando lo vea, esa es la solución
- Ori deja de decir pavadas, mañana cuando te levantes no lo vas a odiar más y te vas a arrepentir de no haber salido - agregó Lola y negué con la cabeza
- Mañana también lo voy a odiar - dije cruzándome de brazos y ambas rieron
- Bueno esta bien, quedate! Pero mañana no te quejas, dale? - preguntó Jenny y asentí
- Las amo, gracias - dije volviendo a llorar y ellas me abrazaron enseguida
- Nosotras a vos - gritó Jenny y Lola rió - no llores tonta!

- Vamos? Ya son las tres - se quejó Agus interrumpiendo el momento tierno y ellas se levantaron para seguirlo
- Vas a estar bien? - preguntó Jenny antes de irse y asentí, simulando una sonrisa.


Ya se habían ido hacía una hora más o menos y yo seguía en la misma posición. Me había tranquilizado bastante, por ahí lo que necesitaba era estar sola y dejar de hacerme tanto la cabeza con Julian. Me levanté del sillón con toda la pereza del mundo y me dirigí al baño para lavarme la cara. Me asusté un poco cuando me miré en el espejo, estaba toda despeinada, y de tanto llorar se me había corrido todo el maquillaje, parecía un oso panda. Me lavé la cara, me peiné un poco el pelo y volví al living.

No tenía nada de sueño y estaba como pasada de revoluciones, así que opté por prender la tele y me enganché con la primer película que encontré. La vi hasta el final y terminé ahogada en lágrimas, solo a mí se me ocurría ver una película triste en este momento.

Finalmente apagué la tele y me acomodé para dormir, ahí mismo, ya que no me creí capaz de subir las escaleras y llegar al cuarto sin caerme. Me costó tanto conciliar el sueño que maldije unas mil veces cuando escuché el timbre sonar. Que persona coherente toca el timbre a las 5 y media de la mañana?

martes, 20 de mayo de 2014

CAPITULO 118

- Ay no, esta helada, volvamos - supliqué empujándolo con mis manos en su cintura cuando con los pies tocamos el agua
- No seas cagona - dijo riendo - usted me trajo hasta acá, ahora se la banca señorita - agregó atrapándome entre sus brazos y obligándome a caminar junto a él
- Por favor Julian, no quiero - grité resistiéndome, por lo que no tuvo mejor idea que cargarme en sus brazos y correr hasta que el agua le llegaba a la cintura, para ahí si soltarme y hacerme caer de espaldas.

Me agarró las manos rápidamente apenas salí a la superficie para que no pudiera pegarle. Me conocía tanto como para saber que se venía el contra ataque.

- Qué? Qué me vas a hacer? - preguntó desafiante, con su cara a centímetros de la mía, llevando mis manos a mi espalda, y pegando su cuerpo al mío, de tal forma que no podía zafarme.

Hubo un silencio en el que no dejamos de mirarnos a los ojos, mientras intentaba controlar mis ganas de comerle la boca. Bueno, digamos que él me ponía así.

- Te hice una pregunta - dijo luego de un par de minutos, agarrándome con más fuerza y acercando su cara aún más, llegando a rozar mi nariz con la suya
- Que NO te voy a hacer - dije finalmente en voz baja y ambos reímos
- Apa, esto se está poniendo interesante - murmuró con una sonrisa
- Basta Julian - largué luego de un suspiro y él negó con la cabeza
- Ahora quiero saber - dijo algo insistente
- No te voy a decir - contesté riendo
- Por qué? No es apto para todo público?
- Exacto - dije con algo de vergüenza y sus ojos se iluminaron automáticamente
- No juegues así conmigo Oriana - dijo apoyando su frente sobre mi hombro y reí
- No estoy jugando con vos, por qué decís eso?
- Porque me pongo loco - dijo volviendo a conectar su mirada con la mía - no me digas esas cosas
- Vos insististe - dije haciendo una mueca y él negó con la cabeza mientras se mordía el labio - Que pasa? Me tenés miedo? No te la bancas?
- Pff, me parece que vos no te la bancas, que es dif... - y me impulsé hacia adelante para por fin callarlo de un beso.

No se cómo había hecho para contenerme tanto tiempo. Él soltó enseguida mis manos para recorrer con las suyas mi espalda, por debajo del agua. Rodee su cuello con mis brazos sin apartarme de su boca en ningún momento. Desde ayer a la noche que estaba esperando este momento, necesitaba estar así con él, de nuevo.

- Te.... extrañé - susurré entre sus labios
- Mmm.... cuanto?
- Mu - beso - cho - respondí haciéndolo sonreír en la mitad del beso, acaso existe algo más perfecto que eso?

Nos quedamos un rato bastante largo en el agua. Estábamos re pegotes, como queriendo recuperar diez meses de golpe.

- Vamos? - pregunté trepada por detrás de él, juntando mis manos en su pecho, mientras dejaba un par de besos en su hombro y cuello
- Si, mejor - rió - agarrate - dijo rápidamente mientras empezaba a salir del agua.

Me aferré con más fuerza para no caerme mientras él caminaba sosteniendo mis piernas.


- Chicos paren - dijo Jenny frenándonos en la mitad del camino - bajate Ori
- Eu por qué? - preguntó Julian algo confundido mientras me ayudaba a bajarme
- Está... ehh... tu novia - contestó algo nerviosa y mi cara automáticamente se transformó
- Qué? Dónde?
- Ahí con los chicos, te está buscando - dijo mi amiga con mala cara y él asintió sin decir nada.

Giró su mirada hacia mí, hasta chocar con la mía. Mi cara era la peor. Tenía mucha bronca y creo haberlo demostrado.

- Perdón - susurró sin dejar de mirarme a los ojos, para luego darme la espalda y dirigirse a donde estaban todos.

Llevé ambas manos a mi cabeza y cerré los ojos con fuerza, contando hasta mil para no putear a nadie, mientras Jenny me miraba con preocupación.

- Ori, tranquila - dijo apoyando su mano en mi hombro y asentí
- Ya está, me la voy a re bancar - dije empezando a caminar y ella me frenó rápidamente
- Vas a ir ahí? Con ellos?
- Sí, obvio, por qué no? Yo estaba primera, si le jode que se vaya - dije con seguridad y ella sonrió, sorprendida.

- Hola - dije elevando la voz, y dedicándole una sonrisa falsa a Sabrina, quien me miraba de arriba a abajo con su peor cara.

Eso solo provocó que ella lo abrazara con más fuerza y susurrara algo en su oído. No esperaba verme ahí? Él me miró con un poco de angustia antes de dirigirse a ella, y eso me mató. Respiré hondo y me acosté a tomar sol, solo para no tener que verlos... juntos.


- Podemos volver a casa? Muero de hambre - dije luego de un rato. No podía soportar tenerlos a pocos metros, hablando bajito, necesitaba irme de ahí
- Ehh... Sí volvamos - dijo Pablo - Si quieren pueden venir - agregó dirigiéndose a ellos y le dediqué una mirada asesina, a lo que él respondió encogiéndose de hombros
- No, mejor no - contestó bastante serio Julian
- Por qué no? Si, vayamos mi amor - interrumpió Sabrina
- Ah bueno - le susurré a Jenny para rápidamente agarrar mis cosas y empezar a caminar hacia la casa.


- No lo puedo creer, que caradura esta mina - grité cuando llegábamos, aprovechando que nos habíamos adelantado y separado del resto
- Yo tampoco, la verdad que se fue al carajo -se quejó Jenny dándome la razón
- Haceme acordar de matar a tu novio cuando lo vea - dije y ella rió
- Pobrecito, no lo hizo con maldad, eso le pasa por ser tan tierno
- Ay por favor no empieces que vomito - dije y ambas reímos.


Me puse un short arriba del bikini, aprovechando que ya me había secado del todo y bajamos con Jenny y Lola, quien recién se levantaba, a preparar la comida. Teníamos un montón de milanesas ya hechas que nos había preparado mamá y era solo cocinarlas, así que al cabo de diez minutos ya estaba todo pronto. Faltaba solo poner la mesa, que fue lo que hicieron los chicos apenas llegaron.

Por suerte mi cara no puede disimular cuando algo me molesta o alguien me cae mal, porque fui muy evidente durante toda la comida. La pasé en silencio, sin emitir comentario alguno y me encargué de mirar de la peor forma a Sabrina. Con Julian crucé algunas miradas pero él, algo incómodo, me esquivaba todo el tiempo y miraba para otro lado.

No se si me lo hacía apropósito pero no paraba de abrazarlo y de darle algún que otro beso ante cualquier comentario que él emitía, dejándonos a todos los que sabíamos lo que pasaba entre nosotros, mudos.

- Permiso, me dieron ganas de vomitar - largué en medio de un silencio incómodo, mientras Sabrina hacía demostraciones públicas de afecto.

Y sin decir más nada, levanté mi plato de la mesa para dirigirme a la cocina, seguida por Agus quien hizo lo mismo.

- Les viste las caras? - exclamó entre risas mientras dejábamos los platos en la pileta de la cocina
- Boludo me lo hace por gusto, si Julian me dijo que estaba enojada con él! Qué? Ahora se le fue de golpe el enojo y se puso cariñosa? - dije completamente sacada y él volvió a reír
- No le des bola Ori, no te rebajes - dijo poniéndose serio - No vale la pena
- Pero es mi casa! Me molesta tener que estar bancándome estas cosas
- Ya está, ignoralos, es lo mejor que podes hacer.

- Permiso - interrumpió Julian y bufé - Agus nos dejas solos?
- No - dije rápidamente mientras agarraba del brazo a mi amigo y lo obligaba a pararse a mi lado
- Dale Ori, hablemos - insistió en un tono de voz suave, relajado
- No quiero Julian, no tengo nada que hablar con vos
- Bueno, yo mejor me voy, no quiero estar en el medio - dijo Agus dedicándome una sonrisa antes de desaparecer por la puerta.

Respiré hondo y empecé a dar vueltas por la cocina, algo alterada, dándole la espalda.

- Perdón - largó finalmente, luego de un silencio incómodo un tanto prolongado
- Por qué me pedís perdón? - pregunté con el ceño fruncido mientras me daba vuelta para mirarlo
- Por todo. Por este momento de mierda que te estoy haciendo pasar, por tener que bancarte a Sabrina, perdón, yo...
- Bueno, por lo menos te das cuenta - dije irónica
- Yo tampoco la estoy pasando bien, te pensás que estoy cómodo comiendo entre las dos? Yo no quise venir Ori, ella insistió y no pude negarme
- Ya se - dije cortante
- Entonces? Por qué me tratas así?
- Hace falta que te explique? Ya se que no te puedo exigir nada, no te puedo obligar a que la dejes. Pero por lo menos respetame un poquito, respetala a ella. Ninguno de los tres la esta pasando bien, acá hay algo que esta fallando, y sos vos. Te tenés que decidir Julian. No te quiero presionar, pero por el bien de ambas, elegí. Si no la vas a dejar... bueno, lo acepto, me lo merezco, pero no juegues más conmigo, ya está, la cortamos acá y punto
- No - dijo muy serio, mirándome a los ojos mientras agarraba mis manos con las suyas - no la cortamos nada. Yo ya elegí, y te elegí a vos, ante todo.
- Y ella? - pregunté en voz baja y él aprovechó para acomodar un mechón de pelo por detrás de mi oreja
- Ya voy a hablar con ella, no pude todavía, pero voy a ir de frente, ya te lo dije - sonaba tan sincero que no me quedaba otra que confiar en su palabra.

Aproveché la poca distancia que quedaba entre ambos y sin decir nada, escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, para, luego de un suspiro, ser rodeada por sus brazos.

Perdí la cuenta del tiempo que estuvimos así, en silencio, abrazados.

- Eu, dame un beso - dijo casi en tono de súplica cuando apenas nos separamos
- No - dije sonriendo y él me miró algo confundido
- Por qué?
- Tu novia me va a rayar todo el techo con los cuernos y mis viejos me matan - dije con seriedad, intentando ponerle algo de humor al mal momento
- Que tarada que sos - dijo tentado por lo que yo también reí.

Aprovechó mi distracción para tomar mi cara entre sus manos, con posesión, y capturar mis labios de forma suave, tierna, pausada. Como si tuviéramos todo el tiempo del mundo a nuestro favor.

viernes, 16 de mayo de 2014

CAPITULO 117

Nada como despertarse sin resaca después de haber tomado tanto la noche anterior. Por suerte mi memoria no me había robado ningún detalle de lo que había pasado con Julian, definitivamente no se lo hubiera perdonado jamás. Me sentía bien en todos los sentidos, hacía muchísimo tiempo que no me despertaba con una sonrisa como la de hoy. Me estiré un poco en la cama antes de meter la mano debajo de la almohada cuando sentí mi celular vibrar. Tenía algunos mensajes de Julian, de la noche anterior y de ahora, motivo suficiente para que mi sonrisa se ensanchara aún más.

"Buenas noches hermosa" - me había mandado como a las siete y media de la mañana, junto con una foto de él haciendo trompita.

No pude evitar reirme, era tan tarado y tierno a la vez que me mataba de amor.

"Buen día, ya te extraño" "Que es lo que haces para tenerme así, Sabatini?" - estos me los había mandado hace menos de media hora.

"Buen día bombón! Yo no te extraño TANTO" - le contesté junto con una foto que me saque acostada, con su campera y la capucha puesta - "Es que te tengo muy pillo Serrano"

"Awww que carita de dormida, podes dejar de estar tan buena Oriana?" "Bueno, ponele que si, estoy entregado"

"Ayyy tierno! Te aviso que no te voy a devolver nunca la campera. Es más, tendrías que ponerle más perfume, no sabes lo lindo que es despertarme con tu olor por todos lados"

"Te la regalo, total te queda más linda que a mi...." "Bueno, bueno, igual cortemos con tanta dulzura"

"Te tomo la palabra! Si por favor, cambiemos de tema, hablaste con Sabrina?"

"No pude, perdón! Pero igual ya le dije que teníamos que hablar así que tranquila porque de hoy no pasa!"

Suspiré. Bueno, no podía esperar que de un día para el otro cambie todo, pero confiaba en que esta vez si íbamos a poder estar bien, juntos, sin terceros.

"Esta bien, no me pidas perdón tarado! Manejalo como puedas, en serio"

"Gracias. Por entenderme. Te dejo porque bueno, no puedo hablar mucho. Nos vemos Ori, besos"

Guardé el celular y me levanté de la cama no tan animada como antes. No podía evitar sentirme rara sabiendo que él se estaba despertando con ella, o de alguna u otra forma estaban juntos. Igualmente, preferí no hacerme la cabeza y me dirigí a la cocina a comer algo para distraerme. En el camino aproveché para llamar a mamá. Era el primer año que no veníamos de vacaciones todos juntos y si no la llamaba aunque sea una vez por día no se quedaba tranquila.


- Buen día pendeja - dijo Pablo apenas crucé la puerta de la cocina, mientras que Jenny, a su lado, me dedicó una sonrisa cómplice
- Buen día chicos - respondí con terrible voz de dormida mientras robaba una de las tostadas que tenían sobre la mesa
- Cómo estuvo tu noche? - preguntó mi primo y miré fijo a Jenny quien negó rápidamente con la cabeza
- Bien, tranquila - contesté algo dudosa y él rió
- Te vi yéndote con Julian, a mi no me mientas! Qué onda ustedes? - mierda, no me podía estar preguntando esto
- Em, solo me acompañó hasta acá, y hablamos - dije nerviosa, o sea, sabía que Pablo era de total confianza, pero no me parecía bien andar contándolo sabiendo que él todavía tiene novia
- Mira vos, que grande el negro - exclamó con una sonrisa y lo miré con el ceño fruncido mientras mi amiga solo reía
- Ah, me olvidaba que lo querés más a él que a tu prima - dije algo celosa, ya que los últimos meses siempre se juntaba con él, hasta más que conmigo
- Obvio, hasta creo que me estoy enamorando - dijo divertido, ganándose un codazo de Jenny y mi peor cara de odio.


- Vamos a ir a la playa ahora en un ratito, venís Ori? - preguntó Jenny cuando terminamos de desayunar
- No gracias, no quiero ser paleta
- Mira que le dije a Julian de encontrarnos en la playa, vos te lo perdés - intervino Pablo y Jenny asintió
- Dale vení - suplicó en un tono de voz de nena de tres años y no me pude resistir
- Bueno esta bien - dije haciéndome la indiferente, aunque moría por volver a verlo.

Subí rápidamente las escaleras mientras los chicos, que ya estaban prontos, me apuraban desde la cocina. Me cambié, metí todas mis cosas en un bolso y bajé lo más rápido que pude.

Eran las once y media de la mañana, el sol nos estaba matando y en ese momento agradecí que estuviéramos cerca, porque no podría soportar caminar ni un poco más. De verdad no se que hacía tan temprano despierta y encima yendo a la playa. Julian lograba este tipo de cosas, en cualquier otra situación hubiera vuelto a dormir. Agus, Titi y Caro nos acompañaron, eran los únicos que habían dormido bien y eso se notaba. A Lola y Nico ni siquiera los despertamos, no queríamos interrumpir ningún tipo de reconciliación o lo que fuera.

Estaba bastante vacía la playa, por suerte, y la poca gente que había eran en su mayoría adultos o niños. Amaba ir a esa hora porque era demasiada tranquilidad. Aproveché cuando los chicos se fueron al agua para acostarme a tomar sol tranquilamente, sin que nadie me moleste. Moría de sueño, no había dormido casi nada, así que esa debe haber sido la razón por la cual me desperté con Jenny moviendo mi brazo, advirtiéndome que iba a quedar como un tomate si seguía en la misma posición. Con algo de pereza me senté sobre la toalla, viendo como todos se reían de mi cara de dormida. Genial.


- Donde estás negro? - escuché decir a Pablo por teléfono y mi corazón empezó a latir a mil por hora - Nosotros estamos acá en la bajada de la casa, en frente a los guardavidas - agregó y la miré enseguida a Jenny quien no tardó en dedicarme una sonrisa.

Bueno, sí, estaba nerviosa. Lo peor de todo es que no se por qué. Me ponía nerviosa escucharlo, verlo, todo. Jenny se dio cuenta en el momento y rápidamente me hizo señas de que me calmara. Era increíble cómo me entendía con tan solo una mirada.

Como a los cinco minutos lo vimos acercándose a nosotros. Solo, por suerte, y en cuero, con la remera colgada en el hombro. Qué necesidad de hacerme eso? No pude disimular mi cara de embobada mientras lo veía venir, tanto que Jenny se empezó a reír y le tuve que dar un par de codazos para que la cortara.

Saludó a Pablo y Agus con total confianza y yo por mi parte no dejaba de mirarlo.

- Hola - nos dijo algo tímido, mientras nos daba un beso a cada una.

Si, me saludo algo seco, como a las demás. Pero la verdad que no me importó mucho. Se sentó con los chicos aunque cada tanto cruzábamos miradas para nada disimuladas. No se si me ponía más nerviosa que me mirara de esa forma o que estuviera así de distante.

- Gordo vamos al agua? - gritó Jenny para dejarnos solos, aunque no tanto, teníamos a Caro, Agus y a mi hermana tirados en la arena a solo un metro.

Pablo asintió y se fueron los dos corriendo, dejando a Julian sentado solo, quien hizo una mueca y se acercó a donde yo estaba, con algo de timidez, raro en él.

- Hola no? - dije con una leve sonrisa
- Me parece que ya nos saludamos
- Pero no como se debe - dije apoyando las manos a ambos costados de mi cuerpo, para inclinarme hacia atrás y tomar algo de sol
- Es que no da - dijo algo cortante y lo miré enseguida
- O sea que todo lo de ayer tampoco daba? - pregunté empezando a enojarme
- Ey no, nada que ver. Si daba, sino no lo hubiera hecho. Pero no quiero seguir haciendo las cosas mal. Y si las hago mal, de última que no sea adelante de los chicos - susurró señalando con la mirada al resto
- Tarado que sos - dije empujándolo, logrando que cayera sobre la arena
- Uy no sabes con quien te estás metiendo - protestó mientras se volvía a sentar, sacudiéndose un poco
- Ay que miedo - dije riendo
- Yo que vos tendría miedo, mira que en cuanto te descuides vas directo al agua
- Ni se te ocurra - le advertí y él solo rió.

Estuvimos bastante tiempo así, hablando, riéndonos, pero algo apartados.

- Quieren que nos vayamos? Me siento re paleta - dijo Titi y Agus largó la risa
- No - grité rápidamente
- Si - dijo él casi al mismo tiempo que yo, por lo que giré la cabeza y lo fulminé con la mirada
- Uy bueno vení, por lo menos no los miramos - dijo Agus divertido, acostándose de espaldas, y Titi lo imitó enseguida
- Pendejos, los voy a matar - grité tirándoles una toalla
- Dejalos - murmuró Julian tirando de mi mano para luego encerrarme entre sus brazos.

Primer mínimo contacto que teníamos en lo que iba del día. Era un gran avance.

- Julian - me quejé riendo, aunque me encantaba que hiciera ese tipo de cosas
- Qué?
- Soltame, dale
- Si no querés que te suelte - dijo muy tranquilo mientras dejaba un beso en mi cabeza
- Me la haces más difícil de lo que es - dije rendida
- Difícil por qué?
- Porque sos consciente de cuanto me podes, y lo usas a tu favor - hice una pausa mientras procesaba todo lo que quería decirle - Julian vos tenés novia y estas acá haciéndote el lindo conmigo. No se con que seriedad te estarás tomando todo esto, pero vos venís me chamuyás un poco, me abrazas y yo ya me hago la película. Y no quiero ilusionarme al pedo - dije sincera, mientras él me miraba con atención, sin sacar sus brazo de alrededor de mi cintura
- Ey no digas eso - dijo levantando mi cara con su mano, para que lo mire a los ojos - Ori vos sabes lo que me pasa con vos, cómo vas a decir que te estoy chamuyando? - agregó y me encogí de hombros
- Es lo que siento
- Bueno pero no es así, no lo hago a propósito, me sale ser así cuando estoy con vos - dijo con seriedad
- Y ella?
- Y ella qué? - preguntó frunciendo el ceño y suspiré
- Donde está? Que pasó? - pregunté curiosa
- En el apartamento, con mi familia - dijo bastante relajado
- Y la dejas ahí y te vas? Que le dijiste?
- Seguía enojada porque ayer la dejé sola así que mucho no hablamos, solo le dije que venía a la playa.... con Pablo
- Ah
- Le dije con Pablo para no armar más bardo, nada más - aclaró y asentí
- Bueno
- Ey - dijo sacudiéndome un poco
- Qué?
- Me encanta que te pongas así - dijo con una sonrisa
- Así cómo?
- Celosa - dijo acercándose y dejando un beso en mi cuello
- Salí tarado, no estoy celosa - dije riendo - Vení - agregué parándome y agarrando su mano para que me acompañe al agua.

Él enseguida posó sus manos en mi cintura y me siguió sin decir nada.

miércoles, 14 de mayo de 2014

CAPITULO 116

Quedé ahí parada, sola, sin saber si reírme, llorar, o gritar. Estaba feliz y preocupada a la vez, no sabía que iba a hacer Julian ahora, no sabía si esto cambiaba en algo las cosas o si fue un simple beso para él. Pero igual nada iba a borrar mi sonrisa, nada. 

Fui en busca de las chicas, me dirigí al lugar que estaban la última vez que las vi y ahí seguían, pero sin los chicos.

- Y Pablo y Nico? - pregunté buscándolos con la mirada
- Fueron a comprar algo - dijo Jenny señalando la barra y asentí, sonriendo
- Y esa sonrisa? - preguntó Lola 
- Es que... Les tengo que contar algo - dije mientras ambas me miraban con curiosidad - me chapé a Julian - agregué bajando el tono de voz
- Queeeeee? - grito Jenny con una sonrisa gigante
- Me jodes? - agregó Lola con la misma expresión
- Ayyy - fue lo único que dije y me tapé la cara - lo amo chicas!
- Awww más tiernos - dijo Jenny mordiéndose el labio 
- Y ahora? Y... la otra? Que onda? - preguntó Lola y me encogí de hombros
- No se, no me dijo nada, se fue porque ella lo estaba esperando y nada más - dije algo nerviosa
- Bueno ya está, relajate, fue un re avance, y conociéndolo a él, no se va a perder semejante mina! - dijo Lola y le dediqué mi mayor sonrisa

Mi celular empezó a vibrar mientras bailábamos y me pareció lo más raro leer "Juli" en la pantalla después de tanto tiempo.

"Ori seguís acá?", "Donde estas?"

Los nervios se apoderaron de mí. Sí, parecía una nena. 

"Si, sigo adentro, estoy con las chicas cerca de la barra. Vos?" - le mandé pero no obtuve respuesta.

No me hice la cabeza, supuse que estaba con Sabrina y me pareció bien que no la deje sola, así que me relajé y seguí bailando con las chicas, hasta que unas manos en mi cintura me sobresaltaron. Giré sobre mi misma y no era ni más ni menos que él, mirándome a los ojos con la sonrisa más tierna del mundo.

- Que haces acá? - pregunté sorprendida pero sin dejar de sonreír 
- Te vine a buscar - dijo todo tierno
- Y tu novia? 
- Shhh - dijo frunciendo el ceño y reí
- Julian, donde está? Que pasó?
- Cuando la fui a buscar ya se había ido, me mando un mensaje re quemada porque no la esperé - dijo con mala cara - se enoja por todo esta mina
- Ay que bien que hablas de ella, menos mal que la amabas
- Ya te dije que yo te amo a vos - dijo pasando sus brazos por mi cintura para pegarme a su cuerpo
- Así que me amas? - pregunté mordiéndome el labio, en realidad solo quería volver a escucharlo
- Sí, te amo - murmuró mientras se acercaba para darme un beso, pero le corrí la cara ocasionando que éste sea en la mejilla - Que te haces la que no querés ahora? - preguntó riendo
- Te olvidaste que tenés novia? 
- Si, me quiero olvidar, dale dame un beso - dijo volviendo a acercarse y rápidamente pegué mi frente a la suya
- Ya me perdonaste? - pregunté y él cerró sus ojos
- Hace mucho te perdoné - dijo luego de largar un suspiro
- Entonces por qué me la hiciste tan difícil?
- No será que vos te rendiste muy rápido?
- Qué? - grité y él largó una risa - Estuve meses llorando por vos idiota, te mande mil mensajes y nunca me respondiste - hice una pausa - al final sos más histérico y resentido que una mina Julian!
- Qué? Nooo - gritó y ambos reímos
- Que pensás hacer? - pregunté pasando mis manos por detrás de su cuello, acariciando el pelo que caía sobre su nuca
- Con... 
- Sí, con ella - lo interrumpí, ni siquiera quería escucharlo nombrarla
- Quiero hacer las cosas bien, le voy a decir la verdad
- Que verdad? 
- Que solo quiero estar con vos - dijo y sonreí.

Me puse apenas en puntas de pie para volver a unir nuestros labios, mientras lo abrazaba con fuerza por detrás de su cuello y él, por su parte, no se desprendió en ningún momento de mi cintura.

- Mmm - quiso hablar pero no lo dejé - Ori 
- No lo arruines - susurré para volverlo a besar
- Me... tengo... que... ir - dijo y me separé
- Qué? Ya? Por qué? - pregunté haciendo puchero y él automáticamente sonrió
- Va a llegar ella antes que yo y no voy a estar. Ya se, soy un boludo, pero quiero intentar hacer las cosas bien
- Entiendo, y no sos un boludo, me parece bien - dije y él frunció el ceño
- No te vas a enojar? No me vas a hacer una escenita?
- Por qué? - pregunté riendo - Debería?
- No, solo me pareció raro - dijo encogiéndose de hombros y le sonreí
- Dale anda 
- No, vos te vas conmigo - dijo agarrándome por la cintura y llevándome con él
- Para, no! Julian! Que haces? Me tengo que ir con los chicos! - grité intentando soltarme
- Te acompaño hasta tu casa, me queda de pasada. Dale, dejame - dijo y asentí, la verdad que me podía.

Les hice señas a las chicas de que me iba con él y a los pocos minutos ya estábamos fuera del boliche. 

- Que caprichoso que sos eh - dije cuando empezamos a caminar y él largó una risa
- Bueno, que querés que haga? Con todo lo que te extrañé me merecía aunque sea un rato más con vos - dijo girando la cabeza para mirarme
- Awww, me extrañaste? - pregunté con una sonrisa gigante y él asintió con algo de vergüenza - Yo no - agregué rápidamente, conteniendo la risa
- Ah, listo, así quedamos - dijo apartándose, "ofendido"
- Mentiiiira - grité colgándome de su cuello y llenándole toda la cara de besos.

El camino hasta mi casa fue así, repleto de besos, abrazos, jodas, todo volvía a ser muy parecido a lo que era antes. Él me prestó su campera ya que se empezaba a notar el frío a medida que amanecía, y yo la llevaba orgullosa a pesar de lo ridícula que quedaba con una campera enorme combinada con ropa para salir.

- No te vayas, quedate acá - le supliqué cuando estuvimos en la puerta de la casa
- No sabes las ganas que tengo de quedarme - dijo sonriendo de lado y le pegué, como hace tanto no hacía
- Tarado, mal pensás todo - dije riendo 
- Bueno che, hace como diez meses que no...
- Mira, no te hagas, no me vas a decir que con Sabrina no estuviste - lo interrumpí con mala cara y él rió
- Bueno, pero yo digo con vos - hizo una pausa - Vos con cuantos estuviste en todo este tiempo?
- Uff con muchos, ya perdí la cuenta - dije y sus ojos se abrieron como platos - No boludo, con nadie - aclaré antes de que se enloquezca - Tan poco me conoces? 
- Voy a hacer de cuenta que te creo - dijo y le volví a pegar.

Nada como un celular para interrumpir momentos tiernos como éste. 

- Antendé - susurré mientras abría la puerta y veía como no dejaba de mirar la pantalla, dudoso.

Asintió y entré para dejarle algo de privacidad. Lo primero que hice fue sacarme los zapatos, no existe nada mejor que eso. Me dirigí a la cocina intentando no hacer mucho ruido y ataqué la heladera. No había más que un poco de pizza, pero me vino bárbaro, moría de hambre. Llevé las cosas para el living y me senté a comer. Como a los cinco minutos Julian atravesó la puerta, algo serio comparándolo con el Julian de hacía un rato.

- Pasó algo? - pregunté parándome para estar a su altura
- No, nada - hizo una pausa - Mujeres, celos, escenitas, ya sabes de que hablo
- Ey no me cuentes esas cosas - dije riendo - anda con ella Julian, no sigas mandándote cagadas
- Si me voy a ir yendo, a ver si puedo hablar con ella 
- Me parece bien 
- Vení - dijo riendo mientras agarraba mi mano para acercarme a él.

Escondió su cara en mi cuello mientras me abrazaba con fuerza por la cintura. Y pensar que hace tanto tiempo esperaba este momento.

- Sabes que en realidad me muero por quedarme con vos, no? - preguntó al parecer bastante angustiado, sin moverse de donde estaba 
- Shh, ya lo se - susurré acariciándole el pelo - pero ya vamos a tener tiempo, hay cosas más importantes ahora
- Vos sos lo más importante - dijo apartándose para mirarme a los ojos, mientras con su mano me acomodaba el pelo atrás de la oreja
- Te amo - largué casi sin pensarlo
- Yo a vos - murmuró y no tarde nada en acercar mi cara a la suya, aunque él prefirió dejar un beso sentido en mi frente, para luego darme la espalda y acercarse a la puerta - nos vemos, mañana
- Claro - dije con una sonrisa inmensa - para, toma la campera que hace frío - agregué rápidamente antes de que se fuera
- No Ori, no tengo frío, quedátela, en serio - dijo mientras se alejaba y asentí, mirándolo embobada, es que de verdad no podía ser más perfecto.

Esperé hasta que desapareciera de mi vista para cerrar la puerta. Deje todo más o menos ordenado y como ninguno de los chicos volvía me fui al cuarto. Me di una ducha porque no podía soportar el olor a cerveza que tenía en todo el pelo, y arriba del pijama me volví a poner su campera. Solo por el hecho de que tenía su olor, su perfume que tanto extrañaba. Era como sentirlo más cerca. Volver a "dormir con él" después de tanto tiempo. Me puse a pensar en todo lo que había cambiado mi vida esa noche y enseguida, sin buscarlo, me quedé dormida.

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Aclaro que no subi mucho estos días porque estoy con entregas de la facultad y de verdad no tengo ni tiempo de escribir. Asi que nada, perdón y gracias por leer. Quedan pocos capítulos, ya se termina.

domingo, 11 de mayo de 2014

CAPITULO 115

El resto de la tarde me la pase maquinando, pensando en él todo el tiempo aunque las chicas me lo hayan prohibido.


- Encima es re puta - grité de la nada mientras nos vestíamos para salir
- De que hablas? - preguntó Lola con el ceño fruncido
- De Sabrina, de quien va a ser? La odio! - dije re sacada - Le tiene ganas a Julian desde siempre, solo estaba esperando que nos peleáramos para meterse, no vieron como me miraba?
- Calmate Ori, si te pones así es peor, demostrale que no te importa ni él ni su novia - dijo Jenny y Lola asintió
- No puedo chicas, tengo ganas de cagarlos a puteadas a los dos, no puedo controlarme
- Bueno no te queda otra, porque sino vas a quedar como una pendeja, y eso sería peor - agrego Lola, siempre tan directa.

Me había tranquilizado un poco, las chicas tenían razón, tenía que demostrarle que podía ser más madura que él.

Me puse una pollera negra suelta y un top del mismo color, con algo de brillos, y baje junto a las chicas ya que la música ya sonaba a todo volumen y al parecer ya habían empezado a tomar. Agarré una botellita de cerveza de la heladera y salí al jardín seguida de Jenny y Lola. Titi por suerte había liberado un rato a mi amigo así que me puse a bailar con él un rato.

- Que onda con lo que paso hoy en la playa? - me preguntó en el oído ya que con la música de fondo no se escuchaba mucho
- Nada, que se mate - dije para luego tomar un trago de cerveza
- No te molesta? - agregó curioso
- La verdad que me rompe las pelotas que me venga a refregar en la cara que está con Sabrina, pero puede hacer lo que quiera, es su vida - dije seria y él asintió
- Lo querés? - preguntó insistente con el tema y negué con la cabeza
- Lo amo - respondí con una mueca de dolor
- Ay mi vida - gritó Agustín mientras me abrazaba - No le des bola, con lo hermosa que sos podes tener al pibe que quieras
- Pero lo quiero a él y no lo puedo tener
- Olvidate de él boluda, olvidate!
- Si eso intentaba hacer hasta que lo volví a ver, pero bueno, tiene novia y eso cambia todo
- Claro... Bueno no se habla más del tema - dijo sonriéndome y agarrándome de la mano para girarme al ritmo de la música.

Ya había perdido la cuenta de las botellas de cerveza que había terminado. Estaba feliz, por el momento, disfrutando con las chicas, bailando, riéndome de todo, y sin pensar en Julian.

Ya eran las 2 y media de la mañana cuando decidimos ir al boliche. Fuimos a uno del puerto, el mismo al que fuimos en año pasado con Julian, pero bueno, esta vez sin él. Entramos primero nosotras tres y quedamos en encontrarnos con Pablo y Nico en la barra de la pista principal. Agus no había venido ya que estaba hecho un pollerudo con Titi y como ella no pasaba por ser menor, decidió quedarse en casa. Fuimos al baño, como siempre, y después de una cola interminable pudimos salir y dirigirnos a la barra en donde dijimos de encontrarnos. Mientras esperábamos a que llegaran nos compramos una botella de cerveza cada una y nos pusimos a bailar ahí a unos pasos, cosa de verlos a los chicos cuando aparecieran.

Bailamos un montón de tiempo solas, como en los viejos tiempos, hasta que aparecieron los demás y me fui a la barra nuevamente, no podía tolerar sentirme paleta. Me compre la segunda botella, sin contar las que había tomado en casa, y me quedé hablando de la vida con el pibe de la barra, que era un copado.

- Una cerveza - escuché y giré con cuidado mi cabeza.

Si, como sospechaba, estaba Julian a unos metros, acompañado de... bueno, ella. Por suerte no me vieron, porque mi estado la verdad que era, muy de fracasada.

- Mi amor, voy al baño, esperame acá que ya vengo - dijo Sabrina y se despidió con un corto beso.

Mierda, otra vez tuve que presenciarlo, ver esa escena vomitiva con mis propios ojos. Mi nuevo "amigo", el de la barra, al que le había contado toda mi historia con Julian estaba ahora destapándole la botella a él. Le agradeció y con mucha tranquilidad se apoyó sobre la barra, de espaldas, mirando hacia la pista. Me pareció la oportunidad perfecta para acercarme a hablarle, tenía que aprovechar que la innombrable lo había dejado solo por un minuto. Les había prometido a las chicas que no lo iba a hacer, pero digamos que en el estado en el que estaba no podía dejar perder semejante oportunidad.

- Hola - dije fingiendo estar contenta, y con confianza imité su pose, llevando la botella de cerveza hacia mi boca
- Hola - dijo mirándome serio
- Tu novia te deja saludarme? - pregunté bien directa y él bufó
- Mi novia confía en mí, y yo confío en ella - dijo remarcando la última parte, lo cual fue un golpe bastante bajo para mí
- Entonces, si confía en vos, no le va a molestar que bailemos una canción, no? - pregunté desafiante, contectando mi mirada con la suya
- No da - respondió cortante
- Por qué? No te animas? - pregunté extendiéndole la mano y él rodó sus ojos antes de agarrarla.

Caminé hacia una esquina de la pista, donde no había tanta gente, ya que odiaba que me empujaran. Él me seguía, sin decir nada, agarrando mi mano con fuerza para no perderme entre la multitud. Sentir el contacto con su piel después de tanto tiempo me generaba algo en la panza que no puedo explicar.

Cuando llegamos a un lugar relativamente despejado me paré frente a él, mientras él de a poco soltaba mi mano.

- Tanto por una canción? Podíamos bailar allá - dijo serio
- También quiero hablar - y evite decir "tampoco quiero que nos interrumpa la puta de tu novia"
- Yo no quiero hablar - dijo y bufé
- No seas pendejo Julian - me quejé y antes de dejarlo hablar agarré su mano para que me siguiera el ritmo.

Bailamos un par de canciones y a lo último ya se había soltado bastante, hasta intercambiamos algunas sonrisas cada tanto. Él no podía evitar reírse de mi torpeza y yo me reía simplemente para que él no dejara de hacerlo.

- Ya está Ori, podemos volver allá? - dijo y sonreí al instante, hacía mucho tiempo que no escuchaba su "Ori", y me dio ternura
- Para, hablemos - grité, frenándolo
- De qué?
- De nosotros - dije con seguridad y él negó con la cabeza
- No hay más "nosotros", no te diste cuenta que tengo novia?
- Uh dejate de joder con el "tengo novia", deja de usar esa excusa para evitar hablarme de frente - dije mirándolo a los ojos, incomodándolo un poco
- Mejor hablame cuando estés sobria - dijo y reí, con algo de bronca
- Soy muy consciente de lo que digo y hago, y tal vez pueda ser más sincera habiendo tomado que estando sobria, será por eso que no te la bancas? - pregunté acorralándolo un poco
- No tiene sentido hablar después de todo el tiempo que pasó
- Me estas jodiendo? Me vas a decir que seguís resentido por un puto beso? Un beso que no significó nada y del cual me arrepiento? No te entiendo Julian, si tan fuerte era lo nuestro por qué se tuvo que cagar todo por un simple error que tuve, por qué?
- Capaz que no era tan fuerte como pensábamos
- Ah no? No era tan fuerte? Entonces explicame por qué te pone incómodo que me acerque tanto a vos? - pregunté arrinconándolo contra la pared - por que te pones así si me acerco a tu boca? - agregué mirándolo a los ojos, tan cerca que podía sentir su respiración algo agitada chocando con la mía
- Basta, por favor - suplicó apoyando sus manos en mis brazos, para evitar que me siguiera acercando
- Que haces con Sabrina? Desde cuando te pones de novio tan rápido? - pregunté y se encogió de hombros - La amas?
- La quiero - dijo apartando su mirada y reí
- No la amas Julian, por qué te mentís a vos mismo?
- Por qué me haces estos planteos? Te recuerdo que por tu culpa no estamos más juntos. Tengo derecho de rehacer mi vida, con quien quiera
- Con ella justo tenía que ser?
- Ella estuvo cuando yo estaba en mi peor momento - dijo y negué con la cabeza
- Ella estaba esperando que estuvieras en tu peor momento para aprovechar - dije furiosa
- Cortala, no la conoces
- Por suerte no la conozco - hice una pausa en la que solo nos miramos a los ojos, con algo de bronca y resentimiento - Ya te olvidaste de mí? Tan rápido? Ya no me querés? - agregué mientras unas lágrimas amenazaban con salir
- Ori, por favor, basta - dijo secando con ternura mis lágrimas que no tardaron en caer
- Respondeme - grité desesperada, aunque entre tanta música nadie se percató
- Que querés que te diga? Que te olvidé? No, no te olvide. Que no te quiero más? No, te sigo amando como siempre. Estás contenta ahora? - dijo frunciendo el ceño y mi corazón dio un vuelco.

Sin dudarlo un segundo, agarré su cara entre mis manos y acorté la poca distancia que quedaba entre nosotros. Lo besé con ganas, con sentimiento, con algo de desesperación. Volvía a sentir el calor de sus labios, el olor de su piel, de su perfume, volvía a besarlo después de diez meses, cuando pensaba que nunca más iba a poder hacerlo. Al principio se mostró algo sorprendido por mi impulso pero enseguida me siguió el beso, apoyando sus manos en mis caderas para acercarme más a él, aunque eso fuera casi imposible.

Nuestros labios encajaban a la perfección, seguían un ritmo bastante acelerado y el beso cada vez subía más de tono.


- Ori, para - susurró sobre mis labios y negué con la cabeza - dale Ori - agregó y me separé un poco, con una sonrisa
- Que pasa? - pregunté mirándolo a los ojos
- Sabrina pasa, al final le estoy haciendo lo que no me gustó que me hagan a mí - dijo demostrando tristeza en su mirada al recordarlo
- No es lo mismo, porque lo mío no fue nada, en cambio entre nosotros hay algo que ella nunca va a poder entender, ni igualar - dije acariciando su mejilla y él cerró sus ojos, como disfrutándolo
- Igual me siento una bosta - murmuró aún con los ojos cerrados, por lo que no pude evitar volver a besarlo, aunque esta vez, con ternura, lento, pausado.

- Te amo - susurré cuando nos separamos para tomar aire
- No da esto Ori - dijo mirándome a los ojos
- Lo que no da es que estemos separados, eso no da. Pero bueno, yo ya te dije todo lo que tenía guardado, ahora vos decidís. No te voy a obligar a que me perdones, ni a que quieras volver conmigo, ni mucho menos que dejes a tu novia. Vos sabes lo que haces - dije seria y él sonrió de costado
- Estas como más madura - dijo mirándome aún con esa sonrisa que me podía
- Puede ser, pasó mucho tiempo, supongo que cambié
- Para mejor - dijo y sonreí
- Anda que te debe estar esperando - dije y asintió.

Se acercó dejando un beso en mi cuello y luego se dirigió a mi oído, logrando erizar mi piel.

- Yo también te amo Ori - susurró y salió caminando, dejándome con ganas de más y más besos, con un montón de dudas y expectativas, pero por sobre todo, con una felicidad que no me cabía en el cuerpo!

sábado, 10 de mayo de 2014

CAPITULO 114

Diez meses habían pasado y con los chicos volvíamos a Punta del Este como todos los veranos. Era el primero de enero más caluroso desde que tengo memoria, tanto que  eran las siete de la tarde y seguíamos todos en la playa.

Había sido un año complicado, lo empecé de la mejor forma y lo terminé de la peor. Lo único bueno de todo esto era que había aprobado todas las materias y tendría todo el verano libre para prepararme para la facultad. Por otro lado, Julian seguía rondando mis pensamientos cada tanto. Los chicos lo seguían viendo pero ninguno nunca me quiso contar nada sobre él, sobre su vida. Yo no lo volví a ver, cada vez que se juntaban con él me avisaban y yo elegía no ir. Aunque moría por verlo, era consciente que iba a volver a caer en ese sufrimiento constante que viví los primeros meses después de que nos distanciamos.

No estuve con ningún chico después de él, no porque no tuviera con quien sino porque en todos lo buscaba a él, ninguno era el ideal si siempre los comparaba con Julian. A pesar de eso, me propuse olvidarlo, ya que tuve que comprender que ahora tendría que seguir mi vida, sin él.

Mi deseo la noche anterior fue justamente "olvidarme para siempre de Julian", y como la gente dice... año nuevo, vida nueva.

Jenny y Pablo seguían juntos, fue la pareja que más duró. Lola y Nico dejaron hace un par de meses, supuestamente habían quedado como amigos, aunque todos sabemos que se siguen teniendo ganas. Y Agus se puso las pilas con mi hermana, como nunca antes lo vi, y están de novios oficialmente desde la fiesta de 15 de Titi, sí, son lo más tierno del mundo.

Yo digamos que era la única que no tenía con quien estar, por lo que pase todo el día de playa con mi prima Caro, aunque cada tanto, cuando Nico la soltaba, Lola se nos sumaba.

- Ori tenés plata? - me preguntó Caro mientras volvíamos de una caminata por la orilla
- Si, por?
- Muero por un helado - dijo con cara tierna y me pudo, como siempre
- Anda con los chicos, están ahí - dije señalándolos - voy a comprar el helado y te lo llevo
- Gracias - gritó entusiasmada y salió corriendo.

Me quede parada donde estaba, mirándola, y una vez que la vi unirse a los chicos emprendí camino hacia el parador de la playa, que quedaba un poco alejado de donde estábamos ubicados. Me acerqué a la barra y empecé a leer atentamente la lista de tragos, capaz era medio temprano para empezar a tomar pero me tentó bastante.

- Un helado de frutilla y... una caipiroska - dije con seguridad y una voz en mi espalda me distrajo.

Esa voz... era, inconfundible. No necesité darme vuelta para saber de quien se trataba. Otra vez Julian, otra vez en este lugar. Por qué a mi?

- No gorda, yo pago, ya te dije - lo escuché decir, junto con una risa.

Hace cuanto que no lo escuchaba reír? Siglos. Me tape la cara con la mano cuando se paro al lado mío en la barra y me contuve para no llorar cuando lo escuche decir "mi amor", "gorda". Así me llamaba a mi! Todavía no lo había podido ver, pero no tenía dudas de que era él, lo que no sabía era con quien estaba. Pidió dos licuados y aproveché cuando se puso de espaldas a mí para mirar. Hubiera preferido quedarme donde estaba, no haber dado la vuelta. No solo estaba besando a una mina, sino que esa mina era nada más ni nada menos que Sabrina. Que hacía con ella? Qué hacía diciéndole "mi amor", "gorda" a Sabrina?

Sentí que mi mundo se caía a bajo en tan solo un par de segundos. No pude evitar derramar un par de lágrimas al ver esa escena.

Pagué rápido las cosas y salí prácticamente corriendo de ese lugar, no quería seguir viéndolo con otra mina en frente mío, simplemente no podía.

Llegué a donde estaban los chicos y me senté en la arena, bastante apartada de ellos, sin decir ni una palabra.

- Que haces tomando a esta hora? - preguntó Jenny riendo
- Qué? No puedo? - pregunté de mal humor y enseguida se acercó a mí con el ceño fruncido
- Ey tonta, te estoy jodiendo, qué te pasa? - dijo sentándose a mi lado y pasando un brazo por mi hombro.

No tarde ni dos segundos en apoyar mi cabeza sobre su hombro y largué todas las lágrimas que venía aguantando. Ella solo me abrazó fuerte y esperó a que me calmara para hablar.

- Que pasó Ori? - preguntó algo preocupada
- Ju... Julian - dije entre lágrimas
- Otra vez pensando en Julian? Quedamos en que te ibas a olvidar de él
- No es eso... Es que, lo vi Jenny, lo vi - dije y su cara se transformó
- Qué? Acá? - preguntó y asentí con la cabeza
- Con Sabrina, chapando, diciéndole "mi amor" - dije llorando cada vez más
- Ay no - fue lo único que me dijo antes de volver a abrazarme - Eh, no se que decirte, pero olvidate de él, disfruta que estas de vacaciones, no pienses más en ese tarado
- No puedo, necesito decirle tantas cosas
- Ni se te ocurra - me interrumpió - no te mandes ninguna cagada, ignoralo, demostrale que estas bien sin él
- Pero no estoy bien sin él - susurré para que los demás no escucharan - estoy mal, estoy muy mal sin él
- Bueno ya fue, hoy salimos, te divertís, y te olvidas de Julian aunque sea por un rato. Te parece? - dijo y asentí sin ganas, solo para dejarla conforme.

Me tome todo demasiado rápido y fuimos a caminar, con Jenny y Lola. La puse al tanto a Lola de todo lo que había pasado y opinaba igual que Jenny, me dijo que me divierta y no piense más en él. Yo ya empezaba a tomarme las cosas un poco más con humor, me había pegado un poco el alcohol y me reía aunque por dentro me hiciera mierda acordarme de lo que viví en el parador. Ya habíamos cambiado de tema, estábamos pensando en que ponernos a la noche cuando llegamos a donde estaban los chicos y, por desgracia, Julian.

- Ella es Sabri, mi novia - dijo mientras los saludaba y mi cara se llenó de odio
- Tranquila - me susurró Jenny en el oído y respiré hondo.

Saludaron a todos muy simpáticos hasta que se dieron cuenta que nosotras también estábamos ahí, y todos se pusieron serios, hasta Sabrina, que obviamente ya me conocía.

- Hola - dije seria y él hizo una mueca
- Juliii - dijo Jenny, muy amable, cortando el clima tenso - Hola, soy Jenny - agregó saludando a Sabrina con una sonrisa bastante falsa
- Lola - dijo mi amiga, saludándola con la peor cara para luego abrazar a Julian con más afecto.

Yo solo me quedé dura donde estaba, no iba a ser falsa, no quería saludar a ninguno de los dos y no lo iba a hacer. Sabrina me miró de arriba a abajo, con superioridad, con una mirada de "mira, soy la novia, algo que vos no fuiste nunca". Y Julian solo me miró con pena por la situación, lo noté bastante incómodo.

- Nos vemos chicos - dijo él despidiéndose con la mano y abrazando a su novia por la cintura para luego perderse entre la gente.

CAPITULO 113

Ya habían pasado varios días desde aquella noche y todavía dolían cada una de sus palabras, las cuales recordaba a la perfección y repetía una y otra vez en mi cabeza, como para sentirme aún peor. Fueron días complicados, en los que solo salía de la cama para ir al colegio y cuando volvía solo quería seguir durmiendo. No tenía ganas de comer, de ver a las chicas, de salir, solo quería verlo a él, que me perdonara, pero dudo que eso pase, ya que le había mandado millones de mensajes de los cuales no contestó ninguno.

Mamá me preguntaba todos los días que me pasaba pero jamás le conté nada, tanto que no se le ocurrió mejor idea que llamar a Jenny para preguntarle. Creo que no le dijo nada, porque cada mañana me volvía a preguntar lo mismo. "Que te pasa? Por qué estas así? Pasó algo con Julian? Por qué no viene más a casa?" Y más cosas así que la verdad me ponían peor. Papá por suerte no se metía en esas cosas, respetaba mi silencio y en ningún momento me preguntó nada. Y Titi... bueno, Titi ya sabía todo, le había contado el mismo día que volví llorando de lo de Julian y prometió no contar nada.


Cada vez que veía a Sebastián en el colegio me agarraba una bronca adentro que ya no podía ocultar, se notaba en la forma en que lo miraba, ni siquiera me importaba disimular. Si no hubiera sido por él y mi maldita confusión del momento, ahora estaría lo más bien con Julian. Por suerte no volvimos a cruzar palabra desde lo sucedido, y me sentía bastante incómoda estando en su clase.


Estábamos ahora en clase de historia, no se cuantas veces lo habré dicho pero era la peor materia que podía existir. Por lo tanto, con Jenny, que era mi compañera de banco, nos disponíamos a mirar por la ventana, aburridas.

- Ese no es Julian? - preguntó Jenny señalando la esquina y me sobresalté, sí, era él, al parecer discutiendo con Sebastián
- Ay no Jenny, esta muy sacado, tengo que ir antes que haga una locura - ni terminé la frase cuando Julian le tiró la primera piña, provocando que me parara automáticamente del asiento y saliera corriendo de la clase, con la excusa de que tenía que ir al baño, con urgencia.

Corrí escaleras abajo lo más rápido que pude, salteándome incluso algunos escalones, y al cabo de un par de minutos ya estaba atravesando la puerta principal.


- Julian, para - grité cuando me acerqué corriendo a la esquina donde estaban.

Me paré entre los dos para separarlos, con la mirada fija en Julian, quien me miró con bronca, con desprecio. Tenía apenas colorado al costado de la boca, mientras que Sebastián tenía la cara destrozada, y el labio sangrando.

- Ya venís a defender a tu novio no? Raja de acá, tomatelas - me gritó Julian y negué con la cabeza
- Vine a calmarte porque se que sacado te mandas este tipo de cagadas - dije señalando a Sebastián, quien solo miraba la situación mientras se tocaba la cara con una expresión de dolor
- Problema mío, no te metas más
- Me meto sí, porque esto es todo por mi culpa - dije alejándolo un poco - y vos podes irte? No lo provoques más - agregué dirigiéndome a Sebastián y él asintió
- Me las vas a pagar pendejo - dijo señalándolo mientras se iba, provocando que tuviera que frenar a Julian que ya quería correr a buscarlo.

- Calmate Julian, vos no sos así - dije soltándolo despacio, sin dejar de mirarlo a los ojos
- No soy así hasta que se meten con lo que es mío - dijo con bronca y tuve unas ganas inmensas de abrazarlo, pero me contuve
- Ya te dije que no fue nada, ya pasó, olvidate
- No me voy a olvidar nunca que me cagaste con este pajero
- No me vas a perdonar tampoco? - pregunté con tristeza y él se encogió de hombros
- No se - dijo cortante, apartando su mira
Mm
- Estás bien? - pregunté señalando su cara y él asintió
- No me hizo nada el boludo este, además de puto es un cagón - dijo y no pude evitar reír
- Sos un tarado - dije y rápidamente se puso serio
- Ya se - largó y bufé
- Basta, no me hagas esto - murmuré agarrando su cara entre mis manos - hablame como antes, sonreí con cada cosa que digo, reíte, jodeme, volvé a ser ese Julian
- No quiero ser ese Julian - dijo sin moverse y sin despegar sus ojos de los míos
- No digas eso - dije y rodó los ojos
- Basta Oriana, ya fue - dijo seco y me dolió hasta el alma
- No fue nada, yo te amo, estoy arrepentida y no voy a parar hasta que me perdones - dije muy segura y él rió irónico
- No me jodas más - dijo ahora apartándome y me dio la espalda para dejarme sola, ahí, llena de cosas para decirle.

- Julian - grité pero fue inútil, ni siquiera se giró para mirarme.

jueves, 8 de mayo de 2014

CAPITULO 112

Salió de encima mío y me ayudó a sentarme, acomodándose a mi lado sin soltar mi mano en ningún momento.

- Dale Ori, te escucho - dijo al ver que yo no decía ni una palabra
- Es que, es complicado, no se como explicarte - hubo una pausa en la que él no dijo nada, simplemente me miró con el ceño fruncido - prometeme que me vas a escuchar hasta el final y que no me vas a interrumpir - agregué algo nerviosa y él solo asintió
- Bueno, la otra noche me llamó Sebastián, y la cosa es que me dio a entender que le pasaba algo conmigo - dije así, de una, y su cara se transformó automáticamente - yo le dije que no daba que me dijera eso y le corté. Y ahí me empezó a mandar esos mensajes que vos leíste, los cuales obviamente no respondí
- Lo voy a matar, te juro que si lo veo lo mato - dijo tapándose la cara con ambas manos, y eso que todavía no le había dicho lo peor
- Para Juli, dejame terminar por favor
- Dale, seguí - dijo mirándome con seriedad
- Hoy a la mañana fui caminando al colegio y en el camino me lo encontré, llegaba tarde así que acepte subirme a su auto para que me alcance
- Podes ir al grano? Me estas preocupando - me interrumpió y eso me puso más nerviosa todavía
- No, necesito contarte todo, para que lo entiendas - dije y bufó - Bueno, me dijo que quería hablar, y lo único que hizo fue repetirme lo que me había dicho por teléfono, pero mejor explicado, se me declaró, por así decirlo - agregué y su cara se tensó aún más, sus ojos estaban prendidos fuego y me empezó a dar un poco de miedo imaginar su reacción - Y...
- Y..? - preguntó elevando ambas cejas, sin despegar sus ojos de los míos
- Y no se cómo, ni por qué, pero... nos... nos besamos - largué casi sin respirar y cerré los ojos rápidamente, no se si por vergüenza, miedo, o simplemente nervios.
- Qué? - gritó y luego se produjo un gran silencio.

Abrí los ojos con algo de miedo y él solo me miraba, frío, distante, enojado, sin decir ni una palabra.

- Perdoname - supliqué mientras las primeras lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas - te juro que me odio por eso, no fue nada, sabes que te amo
- Basta - gritó y me sobresalté - no te quiero escuchar más, ya fue demasiado
- Perdón - insistí agarrando sus manos, pero él no tardó en soltarse y se levantó de golpe, alejándose de mí.

Empezó a dar vueltas dentro del cuarto con sus manos en la cabeza, estaba como en su mundo. Sacado, pero sin decir nada.

- Julian por favor, puteame si querés pero decime algo - grité, desesperada por su silencio
- Que querés que te diga? Gracias por cagarte en todo y en mí? Besa bien? Te gustó? Se cagaron de risa de mi después? Tan boludo soy? Eso querés que te diga? Porque no se me ocurre otra cosa
- No, no digas eso, decime lo que pensas, no se, algo
- Pienso que sos una mierda, y también pienso que soy un boludo, pero desde cuándo te interesa lo que yo piense? - largó con bronca, y con los ojos algo llorosos
- Ya se que soy una mierda, lo se, pero fue solo un beso, no significo nada para mí, y no sabes cuanto me arrepiento - dije acercándome a él, con algo de miedo, para luego agarrar su cara entre mis manos - mirame Julian. Yo te amo, a vos, solo a vos. Me mandé una cagada y vine corriendo a contártelo, porque de verdad estoy arrepentida, perdoname por favor
- Basta, no te quiero escuchar más - gritó apartando mis manos de su rostro y salió rápidamente por la puerta del cuarto.

Obviamente lo seguí hasta que llegó a la puerta, donde la destrancó y la abrió, volviéndome a dirigir su mirada.

- Andate - murmuró y negué rápidamente con la cabeza - andate Oriana, solo tengo ganas de putearte y la verdad que no quiero.

Me había dejado sin palabras, sin fuerzas, sin esperanzas de que algún día me fuera a perdonar. Lo único que hice, por un impulso que tuve fue abalanzarme sobre él y lo abracé con fuerza por el cuello, inundándolo  en lágrimas. Él solo me apartó con frialdad y me esquivó la mirada hasta que estuve fuera de su departamento. Me cerró la puerta prácticamente en la cara, dando un golpe tan fuerte que logró sobresaltarme.

lunes, 5 de mayo de 2014

CAPITULO 111

Estuve bastante rato allí, el agua caliente me relajaba un montón, pero también me era imposible no pensar en él. Ensaye mi discurso unas mil veces en la ducha, pero no encontraba ninguna forma adecuada de decirle toda la verdad. Rendida, me cambié y volví con las chicas.


Las horas pasaban y yo estaba cada vez más nerviosa. Ya me había secado el pelo, peinado, cambiado, solo faltaba esperar a que las chicas se dignaran a llevarme, ya que Lola había venido con el auto.


- Podes calmarte Ori? Me pones nerviosa a mi! - dijo Jenny desde el asiento trasero del auto
- Es que tengo miedo - grité tapándome la cara
- Bueno, llegamos - murmuró Lola y levanté la vista para confirmarlo - suerte amiga - agregó dándome un fuerte abrazo
- Suerte gorda - gritó Jenny agarrando mi cara y alcanzando a dejar un beso en mi mejilla
- Gracias chicas, por todo, las quiero tanto
- Awww, anda dale, y tranquila, acordate lo que te dije - dijo Jenny y asentí, respirando hondo para luego bajar del auto y dirigirme hacia la puerta del edificio.

Me abrió el portero y casi que ni me acuerdo como fue el camino desde la puerta de entrada hasta la puerta del departamento de Julian, ya que los nervios me consumían. Respire hondo tres veces antes de tocar el maldito timbre y espere un par de minutos hasta que sentí el ruido de las llaves y mi corazón comenzó a latir más acelerado que nunca. La puerta finalmente se abrió y ahí estaba él, tan lindo y natural como siempre. Me mostró una amplia sonrisa la cual de solo mirarla me dolió, no quería ser la culpable de borrarla.

- Pasa Ori - dijo riendo al ver que yo estaba paralizada, ni siquiera fui capaz de devolverle la sonrisa, mi cara estaba aún más tensa que mi cuerpo
- Hola - dije tímida y volvió a sonreír, mierda, otra vez no Julian!
- Te pasa algo a vos? - preguntó con el ceño fruncido mientras trancaba la puerta
- Emm, no, nada - dije un poco nerviosa y me sorprendí al ver la mesa toda preparada para dos - Que es todo esto?
- Una cena - dijo no muy convencido - no es nada romántico porque bueno, ya sabes como soy - agregó y asentí con una leve sonrisa
- Que lindo que sos - largué seguido de un suspiró
- Igual no te ilusiones porque no cociné, obviamente, pero como ya te harté con la pizza, esta vez pedí sushi, yo soy medio bruto para esas cosas pero se que a vos te gusta - dijo dedicándome una sonrisa y casi muero, ahí mismo, él era un tierno y yo la mina más forra que puede existir
- No hacía falta ey, lo que a vos te guste a mi también me va a gustar! Igual gracias por preocuparte, sos un amor - dije algo nerviosa, hubiera preferido que me trate tan cortante como la tarde del domingo así no se me iba a hacer tan difícil decirle todo
- Sentate boluda, voy a buscar algo para tomar, ya vengo - dijo muy relajado y asentí, para luego con cuidado sentarme en la silla.

Mi mente no paraba de pensar, todo se estaba complicando, cada vez me daba más miedo decirle. Al poco rato salió por la puerta de la cocina con las bebidas y se sentó enfrentado a mí, mirándome a los ojos con mucha tranquilidad.

- Por qué me querías ver? - pregunté cuando empezamos a comer
- Qué ahora no te puedo invitar a mi casa? - preguntó largando una risa
- Si, claro, pero no se, me pareció raro que me hayas dicho eso después de haberme ignorado todo un día - dije esquivando su mirada
- Ah... Eh, de eso quería hablarte - dijo poniéndose serio y enseguida levanté la mirada
- Que pasó? - pregunté rápidamente
- Mira, no me va eso de hacerme el boludo, y tampoco te quiero mentir - dijo y esas últimas palabras me hicieron sentir la peor persona - ayer cuando subí a tu cuarto empezó a sonar tu celular, lo fui a agarrar para llevártelo y, bueno... era el pibe ese, Seba, y no pude evitar leer los mensajes que te mandaba - agregó cambiando la voz al nombrarlo
- Juli te lo puedo explicar
- Dejame terminar - dijo y asentí - ya se que soy demasiado celoso y me hago la cabeza por cosas que no son. Bueno, desde ayer que estoy mal por eso pero me puse a pensar y no vale la pena - agregó y fruncí el ceño enseguida, no lo terminaba de entender - el pibe es un boludo, me cae muy mal, lo sabes, pero se supone que tengo que confiar en vos, y yo confío en vos, por eso te invité, necesitaba decirte esto y pedirte perdón por haber reaccionado así, no te lo merecías, soy un boludo.

Sus palabras me terminaron de destrozar por dentro. Él confiaba en mí, se guardaba su orgullo y me hablaba de frente, y yo voy y le hago eso. No pude contener las lágrimas, lo intenté con todas mis fuerzas pero no pude.

- Ey Ori, no llores - dijo mientras se levantaba de la silla para acercarse a mi, agachándose a mi lado  - No seas tonta gorda - dijo sonriendo y secando mis lágrimas
- Salí - fue lo único que me salió decir pero él ni se movió
- Mirame - dijo poniéndose serio y agarrando mi cara entre sus manos - perdoname, no se que más decirte, fue un raye mío del momento pero ya pasó.

Me limité a mirarlo a los ojos y le acaricié el rostro con una mano, mirándolo con atención, cada detalle, sin entender como podía ser tan perfecto.

- Te amo - susurré entre lágrimas - nunca lo dudes, escuchaste? Te amo - dije y no me dio tiempo a nada que enseguida unió sus labios a los míos.

No puedo explicar lo que necesitaba ese beso, lo que necesitaba estar así con él, pero no de esa forma, no sintiéndome así de culpable. Me dejé llevar sabiendo que seguramente sería el último, así que solo me propuse disfrutarlo. Sin separarse de mí agarró mi mano y me ayudó a pararme de la silla, para luego pasar sus brazos por mi cintura aferrándome a su cuerpo con fuerza.

- Juli, para - murmuré cuando nos separamos para tomar aire y él comenzaba a dejar besos en mi cuello
- Shhhh - dijo callándome de un beso.

No se que tanto me dejé llevar que cuando quise acordar estábamos de camino a su cuarto y de un movimiento caímos en la cama, él sobre mí, sin dejar de besarme.

- Juli - dije sobre sus labios pero pareció no importarle - Juli no, para, no puedo - grité, para frenarlo a tiempo
- Por qué? Que pasó? - preguntó con cara de preocupación
- Te tengo que decir algo... muy importante - dije finalmente, sacando fuerzas no se de donde.

domingo, 4 de mayo de 2014

CAPITULO 110

Vi el video unas tres o cuatro veces seguidas y cada vez lloraba más. Me había metido en tremendo lío y ya no sabía que hacer, cómo seguir. Lo paré cuando me di cuenta que me estaba haciendo peor y me cambié rápidamente de ropa para acostarme en la cama. Pasaban las horas y no lograba pegar un ojo, mi mente no paraba de pensar, me estaba enloqueciendo.

Por suerte al poco rato llegaron las chicas, necesitaba urgente escuchar otras opiniones. Bajé lo más rápido que pude aunque mi estado de ánimo no me lo permitiera y les abrí la puerta con mi peor cara. Pobres, ellas llegaban con tremendas sonrisas, las cuales desaparecieron apenas me vieron. Tenía los ojos demasiado hinchados de tanto llorar, mi pelo era un desastre, y digamos que no había elegido la ropa más decente para "dormir".

- Gorda, que pasó? - preguntó enseguida Jenny, mientras me abrazaba con fuerza.

Las lágrimas volvieron a caer como nunca cuando me abrazaron, me venía conteniendo pero no aguanté más. No me salían las palabras, no podía hablar, simplemente necesitaba ese abrazo sentido de mis amigas.

- Vení Ori - dijo con voz suave Lola mientras entre las dos me guiaban hasta el sillón

- Nos querés contar? - preguntó Jenny y asentí, tomándome un tiempo para respirar y recomponerme

- Sebastián - dije tartamudeando y ambas quedaron duras, esperando atentamente que siguiera con el relato - se me "declaro" - agregué haciendo las comillas con los dedos
- Qué? - gritó Jenny mientras se llevaba la mano a la boca y me miraba sorprendida
- Eso no es todo, nos... nos besamos - dije agachando la mirada.

Ninguna de las dos dijo nada, solo hubo silencio, un silencio que no aguantaba más.

- Me quiero matar, soy una idiota - dije golpeando mi cabeza
- No, ey, Oriana, mirame - dijo seria Jenny y levanté la cabeza - no te tortures, ya pasó, ya está
- Pero... Por qué lo hiciste? No estabas lo más bien con Juli? - preguntó Lola sin entender nada y yo asentí
- Si, eso es lo peor de todo, estábamos en el mejor momento, siempre tengo que cagar todo - hice una pausa - lo peor es que no se por qué lo hice, él se me tiró y no se por qué no lo corrí, le seguí el beso, soy la peor
- Que pensás hacer ahora? Digo... con Juli, y con Seba también... - preguntó Jenny agarrando mi mano con fuerza
- Con Seba... ya aclaramos las cosas, le dije que se olvidara de lo que pasó, y pareció entender. Y con Julian no se, por eso les pedí ayuda, no se que hacer. Si le cuento me va a odiar toda su vida, y si no le cuento me voy a sentir más mierda que ahora, no voy a poder estar tranquila con él sabiendo que lo cagué
- Te entiendo, no te animas a decírselo por cómo vaya a reaccionar - dijo Lola y asentí, con pena
- A mi me parece que tenés que ir de frente, con la verdad. Si le mentís va a ser mucho peor, haceme caso Ori - dijo Jenny mientras con su mano secaba mis lágrimas
- Por primera vez concuerdo con ella, si se entera de otra forma va a ser peor.

Lola y Jenny siempre fueron tan opuestas, cada vez que les pedía algún consejo eran como el ángel y el diablo, siempre con una opinión diferente, pero esta vez estaban de acuerdo, y eso tenía que ser una señal.

- Me pueden abrazar, forras? - dije y no tardaron en tirarse arriba mío

- Arriba el ánimo Ori, todos nos mandamos alguna cagada alguna vez! - dijo Lola acomodandome el pelo
- No mataste a nadie, te la re mandaste pero por lo menos estas arrepentida enserio y lo querés solucionar, eso es lo único que importa - agregó Jenny con una sonrisa, siempre tan positiva ella.

Estuvimos toda la tarde comiendo, escuchando música, las chicas intentaban subirme el ánimo y aunque eso fuera imposible, por un rato me distraje y me hicieron sentir un poquito mejor.


- Deja de hablar con mi primo y dame bola a mí - grité llamando la atención de Jenny
- No hablo con Pablo, tarada - contestó despegando la vista de la pantalla para mirarme
- Y con quien entonces? - intervino Lola
- Con Julian - dijo rápido y mis ojos se abrieron como platos
- Qué? Por qué no me dijiste nada? A mi no me contesta! - dije casi a los gritos
- Tranquila, no estamos hablando de vos
- No te preguntó por mi? - pregunté triste y negó con la cabeza
- Es que está ahora con Pablo, por eso me esta hablando
- Con Pablo? Donde?
- En su departamento, están jugando a la play o algo así, "reunión de hombres" - dijo haciendo caras raras y comillas con los dedos
- Necesito ir - dije desesperada
- No Ori, calmate - dijo Lola apoyando sus manos en mis hombros y obligándome a sentarme - todo a su tiempo, no vayas ahora y largues todo, mira como estás
- Es verdad, espera un poco, relajate y cuando lo veas hablas con él, no apures las cosas - agregó Jenny y asentí
- Le voy a hablar, solo eso - dije agarrando mi celular y abriendo el whatsapp, ellas solo asintieron, rendidas.

"Juli, estás?" - si le mandaba algo más largo capaz me volvía a ignorar

"Si" - respondió cortante

- Chicas me contestó - grité nerviosa y ellas se acercaron rápidamente a leer - que le digo?

"Nos podemos ver hoy?" - su mensaje interrumpió mis pensamientos. Una sensación rara me recorrió, entre nervios y emoción por verlo, después de no haberme dado bola en todo el día.

- Decile que si boluda - gritó Lola al ver que yo no reaccionaba

"Si, donde?" - fue mi respuesta, no se, estaba cada vez más nerviosa, en realidad no quería que llegue nunca el momento de decirle todo, pero necesitaba verlo urgente

"Podes venir a la noche? Ahora esta Pablo acá, pero más tarde, a eso de las 9, te parece?"

"Dale, a las 9 estoy ahí, nos vemos Juli"

- Diosssss - grité tapándome la cara con ambas manos
- Que pasa? - preguntó Jenny riendo ante mi reacción
- No se, estoy nerviosa, lo voy a ver entienden? No se que hacer
- Tranquila Ori, hace lo que sientas en el momento, pero por sobre todas las cosas, relajate! - dijo Lola sosteniendo mi mano
- Te ayudamos a elegir la ropa? - preguntó Jenny levantándose rápidamente de la cama
- Ropa para que? Para mi velorio? Jenny no es una cita! Todo lo contrario! - dije algo alterada
- Bueno gorda, no se que decirte entonces, anda a bañarte, relajate, cambiate y después si queres te llevamos nosotras hasta lo de Julian - dijo y asentí, para luego dirigirme al baño en silencio.

sábado, 3 de mayo de 2014

CAPITULO 109

Tuve un momento de debilidad, por así decirlo. Me dejé llevar por la situación, estaba vulnerable, me sentía culpable y la verdad es que Sebastián me mataba de ternura. Pero por suerte algo me hizo entrar en razón, caer en la realidad. Ese algo no era ni más ni menos que el recuerdo de él, de Julian.

- Para - susurré con la voz entrecortada, luego de apartarlo de mí apoyando una mano en su pecho
- Qué? - preguntó con dificultad antes de volver a unir nuestros labios en un corto beso
- Basta Seba, no, no puedo - dije mirándolo a los ojos, y pude ver como su mirada encendida pasó de un segundo a otro a demostrar tan solo tristeza
- Perdoname - dijo girando su cabeza y cerrando los ojos con fuerza - soy un tarado, perdón
- No, ey, para. Yo soy la que te tiene que pedir perdón. No se por qué me dejé llevar, pero esto no significa nada, yo estoy con Julian, y lo amo. Quiero aclarártelo porque en ningún momento te quise ilusionar, ni confundirte, yo... no se que me pasó - dije mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, las cuales no tardaron en caer
- No llores Ori - murmuró volviéndome a mirar para luego limpiar mis lágrimas con la yema de sus dedos
- Es que soy una mierda - largué entre lágrimas y él negó con la cabeza - si, soy la peor, no le puedo hacer esto a Julian, no se lo merece, y vos tampoco
- Ori vos no hiciste nada, fui yo que me zarpe, no te sientas culpable
- No puedo, no entendés? Cómo lo miro ahora a los ojos? O sea besé a otro, y justo ese otro sos vos, cómo hago para mirarlo a la cara como si nada?
- Basta, no te tortures más, si hace falta yo le explico, pero no deberías decirle, si fue un impulso mío, vos no hiciste nada
- Si que hice, te seguí el beso, y encima... encima me gustó - dije casi sin pensarlo y sus ojos se abrieron de golpe
- En serio lo decís? - preguntó sorprendido
- Igual eso no significa nada, eso no cambió nada de lo que yo siento, que te quede claro - dije y asintió con una sonrisa
- Ya se, no te preocupes que no me voy a hacer ilusiones, lo que me importaba era que lo sepas. Y bueno... lo que pasó acá va a ser un secreto, un hermoso secreto - dijo y me mordí el labio mientras negaba con la cabeza
- Me quiero ir - dije algo atormentada por mi cabeza que no paraba de pensar
- Está bien, te llevo al colegio - dijo arrancando el auto
- No, al colegio no, me quiero ir a mi casa, no me siento muy bien - dije y asintió, mirándome apenado
- Dejame llevarte, es lo mínimo que puedo hacer después de la cagada que me mandé
- Bueno, dale - dije con la mirada fija en el paisaje, mientras mi mente no paraba de maquinar.


- Llegamos - murmuró, sacándome de mis pensamientos
- Gracias, por traerme - dije algo nerviosa y me dedicó una leve sonrisa
- Espero que me puedas perdonar, y que quede todo bien entre nosotros - dijo mirándome a los ojos
- No te tengo que perdonar nada, y no hay nosotros, no somos más que una alumna y un profesor - dije intentando evitar su mirada, la cual me ponía un poco nerviosa
- Tenés razón, pero bueno, espero que pueda estar todo bien - repitió y asentí
- Espero, y espero también que lo que pasó hoy quede entre nosotros, y que nos olvidemos, como si no hubiese pasado - dije y él asintió, con pena
- Nos vemos Ori, y no te preocupes por la falta, no va a haber problema
- Gracias, eh... Chau - dije amagando a saludarlo pero opte por no hacerlo, ya había sido demasiado por hoy, suficiente.

Abrí la puerta del auto y caminé lo más rápido que pude hasta la entrada de casa, nerviosa al ver que él esperaba a que abriera la puerta para arrancar el auto.

Por suerte no había nadie en casa, mamá y papá estaban trabajando y Titi en el colegio, la verdad que no tenía ganas de cruzarme con nadie. Tiré la mochila en el piso y apenas me acomodé en el sillón las lágrimas comenzaron a caer, una tras otra, sin parar. Lo único que me venía a la mente era la cara de Julian, su mirada, su sonrisa, la cual seguro no iba a ver por mucho tiempo. Escondí la cabeza entre mis brazos mientras las lágrimas seguían cayendo y estuve un rato así, sin moverme, y sin parar de pensar. Mi celular no tardó en sonar, logrando sobresaltarme. Eran las chicas, por suerte, preguntando por qué había faltado al colegio.

"Después les cuento, pueden venir a casa cuando salgan? Las necesito!"

"Obvio, vamos, pero estás bien? Pasó algo?" - preguntó enseguida Jenny

"Está todo bien Ori?" - agregó Lola y sonreí un poco, son más tiernas mis amigas

"No se preocupen chicas, cuando vengan les cuento! Las quiero" - fue lo último que dije antes de dejar el celular en la mesita y volver a mi anterior posición.

Por suerte Julian nunca me respondió el mensaje, ni me llamó, porque ahora sí que no sabría que decirle, ni como hablarle después de haber sido tan forra con él. Como masoquista que soy corrí hasta mi cuarto a buscar la computadora, para ver un video que había hecho hace unos días. Era de los dos, con fotos de chiquitos, de ahora, videos, era más o menos nuestra historia resumida en un video. Lo raro era que nunca se lo había mostrado a él, ni a nadie, me dio algo de vergüenza en su momento, y ahora ya no daba. Me coloqué los auriculares, subí el volumen y me aislé del mundo cuando puse 'play'.