jueves, 30 de enero de 2014

CAPITULO 21

- Em, si pasá Ori - dijo Lola y Julian la fulminó con la mirada - yo voy a buscar algo de hielo a la cocina y vuelvo - dijo haciéndome una guiñada y salió del baño cerrando la puerta.
- Te duele? - pregunté sentándome en el piso, a su lado.
- Un poco - dijo haciéndose el duro, ni siquiera me miró a los ojos.

Me quedé un largo rato mirándolo, no sabía que decir y las lágrimas me lo hacían más difícil aún.

- Perdón - largué por fin, rompiendo el silencio y él me miró a los ojos por primera vez desde que yo estaba ahí. Su mirada me dolió, de verdad estaba mal y se notaba.
- Me lo merecía - hizo una pausa - yo me la mandé, me desubiqué con vos. Yo soy el que te tengo que pedir perdón - dijo y negué con la cabeza, me partía el alma verlo así.
- No Juli, vos estabas borracho, yo que era la única consciente no te frené, dejé que siguieras y... - cerré los ojos con fuerza - no se por qué no te frené.
- Sh, no llores - dijo secando mis lágrimas y no pude evitarlo, lo abracé bien fuerte.

Me hundí en su pecho mientras acariciaba mi pelo. Aunque él no lo supiera, no había nada que me calmara más que cuando me tocaban el pelo. Sonreí y me aferré más a él.

- Esta loco Agustín, no sé que le pasó, pero no le hagas caso - dije separándome de ese abrazo perfecto para poder mirarlo.
- Te tiene ganas, ya te dije - dijo intentando sonreír y puse mis ojos en blanco
- No me tiene ganas, es como muy protector, más como un hermano
- Si, seguro - dijo irónico y le pegué en el hombro - vos también me vas a pegar? - dijo haciendo pucherito y me reí, me dio mucha ternura.

Me levanté y saqué de un estante el botiquín para curarle las heridas. Volví a sentarme a su lado y se rió.

- Se puede saber de qué te reís ahora? - dije sonriendo, me gustaba volver a ver su sonrisa y sus dientes perfectos.
- Es que... no se si me lo haces a propósito, pero no se me hace tan fácil mantener una charla seria con vos si me caminas por adelante así, en bikini - me miré y me puse roja al instante. Con todo esto de la pelea me había olvidado de vestirme y seguía con el bikini puesto.
- Sos tarado Julian? - después de todo lo que pasó se te ocurre hacer un chiste como ese
- No es un chiste, y no, yo no pierdo oportunidad para decirte lo linda que sos. Y lo bien que te queda - dijo mirándome de arriba a abajo y mordiéndose el labio.
- Julian!!! Me das miedo, deja de mirarme así, cortala - grité entre risas
- Está bien, la corto, no vaya a ser que tu amiguita se enoje y me empareje el otro ojo.

Reí y saqué un poco de algodón del botiquín, para mojarlo con alcohol y pasarlo al rededor del labio, donde tenía lastimado.

- Ayyyyy - se quejó
- Perdón, te dolió? - negó con la cabeza aunque obviamente le había dolido.

Cuando terminé de curarle el labio tocaron la puerta.

- Permiso, no quiero interrumpir - dijo Lola cuando abrí la puerta- pero traje hielo para el ojo de Juli
- Gracias amiga - dije agarrando la bolsa - pasá
- No, los dejo solos mejor - dijo dando la vuelta y la agarré del brazo
- Esperá, tengo que hablar un minuto con vos - le di los hielos a Julian y le hice señas de que ya volvía.

- Contame ya lo que está pasando abajo - le susurré a Lola una vez que estábamos fuera del baño
- Sigue muy tenso el ambiente, no les recomiendo que bajen, a ninguno de los dos - asentí y siguió hablando - Pablo y Agus siguen en el jardín pero ahora están hablando como personas civilizadas - bajé la mirada, apenada, no podía evitar sentirme culpable - Jenny está con ellos así que después nos contará. Y en el living están todos suponiendo cosas y hablando como viejas chusmas
- Me quiero matar, todo esto es mi culpa, entendés? Les arruiné el día a todos - dije al borde del llanto y Lola me abrazó, automáticamente.
- No digas eso, no te castigues más, ya se les va a pasar a todos, vas a ver, es cuestión de que hablen los cuatro tranquilos y las cosas se van a arreglar, te lo prometo - susurro para luego darme un beso en la mejilla y bajó por las escaleras nuevamente.

Entre al baño, sin decir ni una palabra y Julian me miró preocupado. Me senté a su lado sacándole la bolsa de hielos de la mano y la apoyé con cuidado sobre su ojo hinchado. Hizo un gesto de dolor pero trató de disimularlo para que no me preocupe.

- Por qué lloras? - dijo al rato, aún sin abrir los ojos
- No estoy llorando - mentí y él sonrió
- No te creo
- Es que no puedo evitar sentirme culpable, abajo está todo mal, no vamos a poder quedarnos acá encerrados toda la vida - dije y abrió los ojos para mirarme
- Ori vos no sos culpable de nada, no hiciste nada malo, de última yo si, pero vos no hiciste nada. Y me voy a hacer cargo, voy a bajar y hablar con ellos cuando estén más calmados - agarro mi mano izquierda con la suya y sonreí, él me daba confianza y seguridad, que era todo lo que necesitaba en ese momento.

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